[UNA HABITACIÓN AJENA] Se armó el belén
NELLY BOXALL | Hace apenas quince días denunciaba en este mismo espacio, con motivo de la celebración del Día de la Constitución, la ficción de la separación de poderes que el régimen del 78 nos ha venido narrando a través de un torpe y constante relato. Quienes ahora se rasgan las vestiduras, de un extremo a otro del espectro político, parecen pretender que creamos ciertas unas soflamas repetidas a modo de trampantojo por tierra, mar y aire que no hacen más que intentar disimular que la estructura, composición y designación de los órganos del Poder Judicial es un traje a medida del sistema de partidos, concretamente el Tribunal Constitucional, cuya labor primordial es avalar o vetar la normativa aprobada por las mayorías parlamentarias que, dicen, actúan en nuestro nombre y representación -a ratos, si se da la ocasión- y no la de intérprete supremo -que no único- de la Constitución que tanto nos repiten.
Y nos han montado una escenita para ir calentando motores de cara a las comidas y cenas navideñas. Mucha más prisa se ha dado el Constitucional para pronunciarse ahora que para valorar si había sido constitucional o no la declaración del estado de alarma en la pandemia, cuya declaración de inconstitucionalidad llegó cuando ya no se podía hacer nada; tampoco debemos olvidar que en 2013 el Partido Popular, gobernando, rebajó el sistema de mayorías, a su favor, para la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial; como no es moco de pavo el hecho de que los dos candidatos propuestos por el Gobierno para renovar el Constitucional hayan formado parte del equipo de gobierno de Pedro Sánchez, el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo -y pareja de la Presidenta del Congreso- y Laura Díaz, exdirectora general de Asuntos Constitucionales del Ministerio de la Presidencia; a la Historia pasará la chapuza procedimental vía enmiendas en la reforma del Código Penal ante la inminencia de los juicios a los excargos públicos de ERC y Junts, además del ya habitual chantaje de los partidos nacionalistas para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado… mientras tanto Bruselas nos regaña por la torpeza en las formas ¡que hay que contar con la gente! Que lo bien hecho, bien parece. Y nos hablan de asalto a la democracia y a la separación de poderes ¡Ja!
Tengan unas fiestas serenas y conscientes, manténganse a salvo del ruido imperante y de los intentos de polarización social de una y otra orilla. Y no se tratará de pasotismo, será supervivencia, porque sus Señorías, hay que ver cómo nos vienen complicando la vida últimamente. Dos mil veintitrés es año de elecciones en España (o lo que sea) y será insufrible sin ningún género de dudas, continuaré atrincherada en esta Habitación Ajena desde cuya ventana seguiré observando el mundo con una mezcla de extrañamiento e incredulidad.