Rescatan del olvido la novela costumbrista ‘El tío Perruca’, obra de Benigno Suárez
El libro cuenta con un gran valor etnográfico y lingüístico puesto que, aunque está escrito en castellano, los personajes se expresan en la lengua tradicional de la zona, una variedad del leonés occidental.
El Ayuntamiento de Igüeña y el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación han colaborado en la puesta a disposición del público de una pequeña joya de la literatura costumbrista, El tío Perruca, novela escrita por Benigno Suárez Ramos que había sido publicada en el año 1976 y que actualmente se encontraba agotada y descatalogada. El ayuntamiento de esta localidad del Alto Bierzo ha sufragado los costes de publicación de la obra mientras que el ILC se ha encargado de llevar a cabo todas las labores de revisión y corrección del texto, creación de un glosario anexo y coordinación editorial general.
El tío Perruca es una novela ambientada en el pueblo de Igüeña y sus cercanías, un espacio de naturaleza exuberante, entre montes y peñas, en el que se desarrolla la peripecia de José Pardo Crespo, apodado Josepín o tío Perruca, personaje inolvidable y montaraz, cazador infatigable, tozudo como él solo, dueño de una visión particular e indómita de la vida, y gran conocedor de todos los rincones de su valle natal. Acompañado por Raposín, su fiel ayudante, Pardo se enfrentará un día al animal más grande e icónico de los Montes de León, una osa herida contra la que no dudará en emprender una lucha a brazo partido cuyo desenlace mantendrá en vilo a toda la comarca. Uno de los momentos culminantes de la narración tiene lugar cuando Raposín intenta ayudar a su amo clavándole un cuchillo a la fiera: aunque el tío Perruca se encuentre en plena refriega y sangre por la cara a borbotones, aún tiene ánimo para pensar que una piel de oso agujereada no sirve para nada. Por eso le dice a su criado: «¡Nu la pinches, ho! ¡Que estropeyas el pilleju!».
Y es que, aunque la novela esté escrita en castellano, la mayoría de los personajes que aparecen en ella se expresan en la lengua tradicional de la zona, el leonés occidental que es propio de esta parte del Alto Bierzo, variante muy similar a las de Cepeda o Maragatería, y también a la del Alto Sil aunque sin presencia de sonidos como el de la llamada che vaqueira. De ahí su gran valor etnográfico y lingüístico, completado con la abundancia de topónimos propios de la zona presentes en sus páginas (Buvín, Fuyinas, La Carbayosa, Los Molines, El Payarón, El Peornal), así como nombres de plantas (salgueiros, carqueixas, chaguazos), de animales (llobos, oveyas, jatos), e incluso apodos de personas (la tía Curuxa, María la Llastra…). El libro también hace alusión a costumbres, juegos, labores del campo, alimentación y música (el gran baile final, ‘la danza del oso’, se celebra con la participación de nada menos que tres tamboriteros de flauta y tamborín).
El autor, Benigno Suárez Ramos (1922-2005), natural de Igüeña, fue un fraile de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que desarrolló su labor humanitaria y misionera en diversos lugares del mundo, como Cochabamba (Colombia), Viña del Mar (Chile), Monrovia (Liberia), Ghana… Una larga etapa de treinta años de duración en la que Suárez Ramos ejerció como enfermero en varios hospitales de la Orden y en consultorios de zonas muy remotas y aisladas. Su infancia en Igüeña le llevó a manifestar siempre un gran interés por la naturaleza, llegando a acumular un gran conocimiento de la montaña y de los usos medicinales de las plantas propias de los lugares en los que se encontraba.
A su regreso a España, trabajó unos años como Superior en el Hospital Psiquiátrico de Mondragón (Guipúzcoa), donde se imprimió la primera edición de El tío Perruca. Su último destino fue el Sanatorio Marítimo de Gijón. Siempre vinculado a su pueblo natal -al que acudía siempre que podía, sobre todo en sus última etapa vital-, colaboraba con la revista local El Aguzo y en muchas otras iniciativas sociales y culturales.