[CRÍTICA] ‘El diablo corre por el cielo’, pasión por investigar de un auditor
TOÑO CRIADO | Hay dos tipos de libros, los de investigación o por encargo, y otros que si no los escribes te harán sufrir. La pasión por la novela de Raymond Levene le sitúa en el segundo grupo. Su profesión de auditor de cuentas le ha servido, en su segunda novela de ficción, El diablo corre por el cielo, para adentrarse en las profundidades de un personaje detectivesco apasionado por indagar los sucesos que ocurren en cadena durante su viaje a las Canarias, pero que tienen conexiones con nuestra querida provincia de León: “La conocí hace tres años en Villafranca del Bierzo. Me habían destinado allí con el propósito de resolver un caso…nos habían chivado que iban a robar en el monasterio de las clarisas. Allí se conservaba un cuadro de grandes dimensiones”.
Con un gran dominio de la técnica y composición logra una síntesis proveniente de su base intelectual. No es ingenuo, se nota que es muy paciente y ordena todos los elementos de intriga y suspense. Nos propone un viaje que presenta un amplio registro de arquetipos que crean una mitología del misterio con la ayuda de un escritor de novela negra y de un comisario de policía retirado. El protagonista Pablo Unzúa, un profesional de la auditoría, investigará la desaparición de una enigmática mujer, un fraude contable, un asesinato, una trama de tráfico de obras de arte, un secuestro y hasta el extraño ahogamiento de un marinero. Resolver los misterios se convierte en el principal cometido de Unzúa y sus dos amigos.
La escritura de Raymond Levene tiene ese don de lo que llamamos capacidad narrativa. «Mi método de escritura es la improvisación. Ir escribiendo sin saber cómo va a acabar. Así disfruto cada día que me pongo a escribir», cuenta el autor y así llegó «Aquel mes de julio que transformó mi vida. Un viaje de trabajo a las islas Afortunadas, que en un principio no debía llevarme más de una semana, se convirtió, sin habérmelo propuesto, en una sucesión de acontecimientos insólitos que dieron al traste con todas y cada una de mis expectativas».
Hay detrás de tantas sospechas y teorías, una dedicación y un aprendizaje, una curiosidad al servicio de una especial predisposición para ver y describir: ”…con la puesta del sol el rincón adquiría tonalidades rojizas similares a las del diablo que danzaba en el rótulo del establecimiento”.
Ese diablo que corre por el cielo te engancha y te impide abandonar la trama. Tras su lectura viene el sobrecogimiento escoltado por la esperanza ya que esperamos con interés la segunda parte, porque hay que tener en cuenta que la carrera de escritor es la única en la que jamás se alcanza la graduación.
Notas sobre el autor: Raymond Levene (Madrid, 1957). Cursó sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid. Inició su carrera profesional como auditor de cuentas en una firma multinacional y nueve años después constituyó su propia empresa de auditoría, en la que lleva desarrollando su actividad más de treinta y dos años. Ha participado en numerosos cursos de creación literaria en Madrid con escritores de prestigio. En 2006 se publica su novela Marcador omega, que trata del poder hipnótico de una minoría dominante tras un cataclismo. Con El diablo corre por el cielo, su segunda novela, se adentra en el género de suspense.