Estación Temple retomará las protestas si el Ayuntamiento no le paga en diez días
La asociación carga contra el «silencio cómplice» de la oposición y pedirá que no se vote a ninguno de los actuales grupos municipales.
Dos meses y diez días después de anunciar un acuerdo por el que el Ayuntamiento de Ponferrada se comprometía a abonar los 1.282,49 euros que le reclamaba la asociación de vecinos Estación Temple Navaliegos por la restauración ejecutada en los dos edificios públicos cedidos al colectivo vecinal y la fuente situada frente a uno de ellos en el parque del Temple, la deuda todavía no se ha satisfecho. Por ello, la asociación ha decidido retomar a partir de febrero las protestas que sostuvo durante casi dos meses a las puertas del consistorio si el pago no se produce antes del 31 de enero o en su defecto se les presenta un compromiso firmado.
La junta directiva de Estación Temple Navaliegos también critica con dureza a los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Ponferrada, a los que acusa –con la única excepción del concejal no adscrito– de haber mantenido «un silencio cómplice» y de no haberles defendido «de todas las manipulaciones, mentiras y acoso hacia una asociación de vecinos». El reproche se dirige de forma individual hacia uno de los miembros corporativos: «Incluso teniendo un concejal como socio, no han iniciado una solo propuesta ni solicitado respuesta a tanta infamia».
La asociación anuncia que pedirá que no se vote » a ninguno de los partidos políticos actuales que existen en el ayuntamiento, incluida la oposición», por considerar que son «cómplices necesarios en todo aquello que callan, ocultan y no denuncian, incumpliendo gravemente las promesas realizadas en las elecciones, simplemente porque la mentira es más cómoda y rentable que la verdad».
También arremete el colectivo presidido por Ricardo Conde contra «la mayoría de los medios de información», por la «dejación de sus obligaciones de una información veraz en beneficio de quienes demasiadas veces tienen por costumbre la práctica de la violación de los derechos atacando a la libertad de expresión». La asociación atribuye ese «silencio cómplice» de los medios a «razones de beneficio, con las subvenciones públicas que reciben».