[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Dándole vueltas
UN GATO | Aunque estemos pasando unos días fríos, apunta ya la primavera. Se percibe claramente como se alargan los días; el sol va más alto por su vereda y comienza a alumbrar algunos rincones del patio o del jardín que están orientados al norte. También ha comenzado la actividad en los árboles y prados y las plantas de las macetas de los balcones, cuyas yemas de crecimiento están preparándose para la gran explosión. Y seguramente tendremos, también, frecuentes días de sol y de calor; no en vano el refrán: “en febrero busca la sombra el perro”.
Lo que está dormido se despereza y con ello se despierta también esa parte del espíritu humano que resuena con la naturaleza. Recordamos a los que se han ido y somos conscientes de que estamos vivos.
Esta vez, la primavera nos traerá, también, las elecciones municipales. Una flor de la primavera social que solo aparece cada cuatro años pero que, teóricamente, tiene el mismo objetivo que la naturaleza: reabrir y regenerar el ciclo social mediante la elección de nuev@s regidores para nuestros ayuntamientos y diputaciones. Se trata de elegir personas capaces, con energía e ilusión para sustituir todo aquello que no ha funcionado: la inercia, la pasividad, la incompetencia, la mediocridad y el continuismo de aquell@s que están más atentos a conservar su puesto que a ejercer sus funciones con responsabilidad y eficacia.
Teóricamente digo, porque todos sabemos que no es así; una buena parte de las posibilidades de cambio se perderá, porque precisamente esas personas tan ineficaces para la gestión de sus responsabilidades como listas para sobrevivir volverán a aparecer en las listas electorales; con sonrisas renovadas y los mas audaces o cínicos, con promesas nuevas y viejas que una vez más no cumplirán. No importa, piensan, es solo un trámite. Y lamentablemente tendrán razón.
Poco después La sociedad, con su voto, refrendará su incompetencia y tendrán carta blanca para para seguir realizando una administración continuista vacía de iniciativas.
Es verdad que gestionar la realidad es trabajoso y presenta dificultades. Pero no es suficiente. Desde luego no es suficiente en un territorio como El Bierzo colocado ya en la muy peligrosa posición de aspirante a socio de la España vaciada. Si, si; ahí están los datos sobre población, estructura del PIB comarcal, creación de empresas, innovación, etc…
Y que hacer, entonces? No va de un lote de recetas; dinamizar un territorio como El Bierzo es desde luego mucho más complicado. Pero, podemos empezar por reflexionar sobre lo que no deberíamos hacer más; siempre es más sencillo y además hay experiencia sobrada de incitativas inútiles que este territorio (y otros muchos) han tenidos que soportar.
En el podio de las inutilidades perversas está la búsqueda de la gallina de los huevos de oro: léase la llegada de una empresa importante de un sector también importante que elija El Bierzo y desarrolle una infraestructura con dos mil o tres mil puestos de trabajo; O tal vez más…
Desde luego sería magnifico, pero… muy probablemente no será; es como jugar a la lotería, casi nunca toca. Vale jugar un décimo, por si acaso cuando haya sorteo, pero centremos nuestros esfuerzos en temas más asequibles. Y sobre todo: no vendamos una gallina que no existe.
La siguiente inutilidad, también perversa, aunque ya no engaña a nadie es la creación de asociaciones, laboratorios, mesas, grupos, espacios, etc… que estudien como hay que hacer estudios para hacer estudios que consigan el desarrollo de la comarca. Una experiencia, compartida por tod@s los bercianos es que no sirven para nada, excepción hecha de alguna contratación que suele recaer en alguien conocido de alguien y que resulta ser tan inútil o impotente como los que la contratan.
Pero… y entonces, ¿qué hacer?: Hay que picar muchísima piedra. Traduciendo: picar significa esfuerzo, atención, dedicación, visión, imaginación. Por eso, necesitamos ediles, alcaldes y presidentes y vicepresidentes comprometidos con la comarca; dedicados a la búsqueda inteligente de posibilidades y oportunidades; que ayuden a la creación de infraestructuras útiles; que trabajen con visión del futuro que quieren construir para sus conciudadan@s.
Y como primer paso, seguramente, prescindir de tod@s aquell@s que no quieran o no puedan contribuir a ese objetivo. Si no aportan a la comunidad no merecen representarla.
A lo mejor, no tenemos las soluciones pero ¡¡sí sabemos por donde empezar!!
Bercian@s, ¡¡ feliz primavera!!