[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Con un plan bajo el brazo
UN GATO | En el transcurso de su viaje por el país de las maravillas, Alicia preguntó al gato de Cheshire por el camino a tomar para salir de su situación. El minino sagazmente respondió: “eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar”. La conversación entre ambos personajes, interesante y graciosa, es a la vez recomendable para recordar algo que, por lo demás, sabemos todos: nunca sopla buen viento para el que no sabe donde va.
Con esta perspectiva, podríamos preguntarnos, también, si nuestra comarca, en su necesidad de salir de la atonía actual, no está haciendo lo mismo que Alicia cuando le dice al gato: “No me importa mucho el sitio…”. Y la tremenda respuesta que obtiene: “Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes”.
Todos estamos de acuerdo en la necesidad de salir de una situación de decadencia económica, envejecimiento y pérdida de población. Pero, ¿Qué camino tomar?; ¿Qué hacer?
Podría estar bien, para empezar, mirar alrededor; averiguar que hacen otros territorios con problemáticas análogas; establecer contactos, asociarse, integrarse con nuestras comarcas vecinas en estructuras más grandes y más fuertes…, etc. En resumen: saber que está pasando, dar un paso adelante y ser ambiciosos. Dicen los que saben, que «el valor de la innovación no está en evitar que te copien, sino en conseguir que todos te quieran copiar». Ya tenemos objetivo.
A lo mejor también ayuda “pensar fuera de la caja”; cómo podría haber dicho el propio Einstein: «Locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes».
Qué tal si, por ejemplo, nos aproximamos a la comarca con una visión distinta, dejamos de contar ayuntamientos o pedanías y clasificarlos en zonas según criterios que ya no importan nada.
Qué pasa si abandonamos el paradigma imperante de que un buen alcalde consigue cosas para su pueblo; por supuesto la residencia, o el polideportivo con piscina, un centro de interpretación, o peor aún, un teatro para representar obras de ballet en mitad de la nada.
Qué tal, si renegamos definitivamente del tan querido individualismo berciano; y en lugar de hablar de Ponferrada, Camponaraya, Carracedelo, Fabero…, pensamos en la comarca como un conjunto asociado de recursos y posibilidades. ¿Y si pensamos en el todo en lugar de cada una de las partes?
Qué tal si cambiamos el sistema de gobernanza del Bierzo, y se impulsa una transformación profunda del actual sistema de gestión del territorio. No vamos a prescindir de las estructuras existentes, pero si podríamos pedir que funcionen y se organicen de otra manera. Hay mucho dicho y hecho sobre la importancia de construir sistemas de gobernanza abiertos y participativos y ejemplos que se podrían utilizar como referencia. ¿Hay alguien en alguna institución de la comarca que esté trabajando el tema?
¿Dónde quedó aquel «manual» sobre lo que debería ser el Consejo Comarcal con el que nos animó Jesús Esteban?. Por sus hechos parece que, aun habiendo compartido un gobierno municipal, el presidente actual no ha dedicado ni un solo minuto a su lectura.
Pensemos, por ejemplo, en el turismo; una actividad para la que la comarca tiene muchos recursos valiosos, existe una cierta estructura y experiencia y que sin embargo esta ¿gestionándose? de “aquella manera”. Hay muchas preguntas razonables a las que no es posible dar respuesta: ¿Por qué el Consejo Comarcal, competente en esta materia, no realiza y gestiona un Plan de desarrollo turístico del Bierzo?. Por qué es posible que Las Medulas sigan tan desatendidas por las administraciones que tienen puesto el pie en este paraje de tanto valor cultural y patrimonial. ¿Se tiene un plan para integrar el Ponfeblino en una oferta más amplia o será paseo y manta? Por qué no existe una fuerte conexión con las vecinas comarcas de Laciana y con Valdeorras para construir una oferta turística que compita en igualdad de condiciones con la variada y potente competencia del resto de territorios españoles. ¿No saben que hasta las estaciones de esquí del Pirineo se han agrupado para mejorar su oferta y atraer a los visitantes?
Reclamamos ayudas, subvenciones, auxilios… y en muchos casos llegan en cantidades más que razonables, el problema, ciclo tras ciclo, es que se amortizan al ritmo al que se pagan las facturas, no quedando nada para el futuro. Y el problema es siempre el mismo, no entendemos, la sinergia: «El todo es mayor que la suma de las partes» que nos explicaba Aristóteles.
El primer paso es sencillo: si en 8, 12, o más… años quienes nos representan no lo han entendido, hay que cambiarlos. A los futuros presidentes, vicepresidentes, alcaldes, concejales y demás miembros de nuestras instituciones deberíamos decirles: al cargo se viene «pensado»; y a ser posible, con un plan debajo del brazo. Eso no garantiza el resultado, lo sabemos, pero es mucho mejor que encontrarse con personas que no saben como gestionar las responsabilidades para las que han sido nombrados.
Bercianas, seamos exigentes; que se lo curren un poco.
PD. Para evitar arrobas (@) que no están en nuestra cultura y simplificar la escritura hemos decidido usar el plural en masculino o femenino indistintamente: Hoy todas somos bercianas.