[LA PIMPINELA ESCARLATA] El votante mediano y el alcalde medio
EDUARDO FERNÁNDEZ | La Ciencia Política se esfuerza por buscar modelos explicativos del comportamiento político, y más concretamente del comportamiento electoral para entender el barullo en el que se mueve la política y los partidos actuales. Los políticos locales tienen otras preocupaciones más pedestres ante la cercanía de las elecciones y Ponferrada es un campo de pruebas de lo más elemental cuando se ve la actuación del equipo de gobierno. Tampoco es que las cabezas pensantes den ahí como para un cruce entre Pericles y Churchill, claro.
La teoría política se ha afanado por describir qué es el votante mediano, ese que representa los gustos de todos para, complaciéndolo a él, dar con la tecla que hace ganar elecciones. Este es una entelequia que no existe en ningún sitio, pero que orienta muy claramente cómo se mueven algunos gobernantes en la busca de los votos. Junto con el teorema del votante mediano se han tratado de establecer otros que indagan en cuánto le dura al votante la memoria de las cosas malas y cuántos votos se pueden mover a la desesperada en las semanas previas a las elecciones. El olegarismo es para esto el nuevo paradigma que se estudiará en las Facultades de Ciencia Política. A mi me toca impartir desde el curso próximo en la universidad una asignatura denominada Introduction to Political Science -ya, disculpen el anglicismo que me recuerda a los fondos next generation sin fin que prometió el alcalde- y voy a empezar por ahí. Tema 1 “del teorema del votante mediano al axioma del Olegario medio”.
Primera parte del axioma: los gurús socialistas en Ponferrada parecen haber decidido que el votante mediano está cerca de donde vive físicamente el alcalde, para que le mejoren los servicios, aun a riesgo de que le esparzan basura en las inmediaciones, pero al fin y al cabo esto fastidia un día y la fibra es para siempre. A mí me parece igualmente reprobable que le tiren basura cerca de la vivienda del alcalde y que se mejoren los servicios donde viven los ediles del gobierno, con las necesidades que hay en todos los barrios y pueblos. Pero es que donde están los del equipo de gobierno está el votante mediano al que hay que confundir o ganarse para las próximas elecciones municipales. Y me solidarizo con el alcalde y hasta con la basura que le echan, como nadie se solidarizó conmigo cuando en aquellos escraches que eran jarabe democrático a mí me enguarraban el portal de casa. Ahora estoy esperando que el alcalde se solidarice con todos los ciudadanos de Ponferrada que tienen bolsas de basura apiladas cerca de sus domicilios engordando ratas. Pero está ocupado escondiéndose de su responsabilidad ante el deterioro del servicio público de limpieza.
Segunda parte del axioma: la memoria a corto plazo del votante medio no alcanza, como hasta ahora se preconizaba en la Ciencia Política, a los seis meses anteriores a votar, sino a las seis obras terminadas antes de las votaciones, aunque hayan tenido seis meses a la ciudad previamente en el caos por una mezcla de imprevisión y electoralismo ramplón. Variante del axioma: basta con una sola obra si se trata de glorieta de concejal de los que siempre sirve de muleta en caso de desfallecimiento del equipo de gobierno.
Tercera parte del axioma: cuatro fotos y cinco tweets en las redes sociales de los suyos puntúan como media obra; si las fotos son de viajecito fuera de Ponferrada puntúan doble; y si son con ministro no cesado aún, triple. De estas últimas van quedando verdaderamente pocas, por agudización del denominado síndrome de gafe de alcalde, como en breve atestiguará la ministra de Industria.
Cuarta parte del axioma: abrir el baúl de los recuerdos para rescatar las promesas olvidadas, sobre todo si vienen acompañadas de mucho empleo, puntúa como una obra. Al fin y al cabo, completa la segunda parte del axioma, porque se espera que la peña en Ponferrada para votar no alcance siquiera la conservación de la memoria a corto plazo. Si la promesa desempolvada afecta a autovía a Orense, parque agroalimentario, proyectos en Compostilla o alicatado de la Tebaida puntúa doble.
Hemos considerado si podría denominarse axioma del alcalde medio, pero aquí no se trata del virtuoso punto medio de Aristóteles, sino de una auténtica medianía entre la desidia y la incompetencia. No habrá votante mediano, pero hay principio de Arquímedes, bosón de Higgs, teorema de Pitágoras, Teorema de Tales, ley de Newton, teorema de Fermat, y ahora, para completar la excelsitud de la ciencia, teorema del Olegario medio. No se puede pasar mejor a la historia, y eso que ya capitaneó como especialista en planes estratégicos el equipo de grandes expertos que han inundado Ponferrada de milmillonarias subvenciones. El Olegario medio existe, está aquí, agazapado mientras dure la huelga de la basura; pero reaparecerá con las obras, bailando bachata, embreando parques, y prometiendo que cuando ya no le toque, hará lo que pudo hacer cuando le tocaba gobernar, pero le daba pereza.