Las ayudas de Transición Justa priorizan campos de golf frente a industrias, critica el PCE
Los comunistas creen que la anunciada partida de 40 millones repite «el desfalco» de las convocatorias de los fondos Miner.
El Partido Comunista de España del Bierzo considera que la convocatoria de 40 millones de euros a proyectos empresariales para zonas afectadas por la Transición Energética ha convertido “una oportunidad de oro en un esperpento”. El PCE critica que la generación de empleo “es secundaria en esta convocatoria”, ya que según argumenta, se valora con un 35% de la puntuación total asignada al proyecto. En este sentido, la organización denuncia que el Instituto de Transición Justa ha “repetido el desfalco de convocatorias anteriores” por seguir un modelo fracasado.
Asimismo, la formación apunta a que estas ayudas se enfocan únicamente al turismo y tachan de disparatados los criterios para otorgar las subvenciones. De esta forma, el PCE denuncia que “si se trata de una instalación industrial, el coste máximo de la construcción deberá ser 252€ por metro cuadrado para poder acceder a la subvención, en cambio, si se trata de un campo de golf este tope se eleva a 900 €”. La organización considera “absolutamente surrealista” que se considere la subvencionabilidad de un campo de golf en una cuenca minera, y “mucho menos cuando se priorizan a cualquier industria”. Del mismo modo reitera que las ayudas se enfocan “a proyectos de escasa conexión con el terreno”.
Para Isabel Maroto, secretaria política comarcal, estos criterios “caracterizan” a los Fondos de Transición Justa. En su opinión se resumen en “Hoteles de 5 estrellas, campos de golf y nada de empleo, son la fantasía de los que quieren hacerse de oro a costa de las comarcas mineras”. Maroto también critica que “parece que quieren convertir las cuencas en un cortijo para su disfrute y nuestra precariedad”.
El PCE lamenta que se ha perdido de nuevo una oportunidad para generar empleo directo, a través de “empresas públicas controladas democráticamente” y considera que en su lugar se ha preferido ayudar a empresarios “cazasubvenciones”. De esta forma, señalan que hubiera sido una buena oportunidad para invertir estos fondos en el desarrollo de la industria agroalimentaria, que complementen a las explotaciones forestales, industrias de transformación de la madera o empresas auxiliares que puedan abastecer a las del sector del metal, vídrio, componentes de renovables o cemento, ya asentadas en la comarca.
Asimismo, el PCE anticipa que este tipo de ayudas acabarán en proyectos “localistas” donde considera que en el mejor de los casos generarán “unos pocos empleos”. La organización también alega que el enfoque hacia el turismo “es un error” que ya se ha cometido en otras ocasiones y opina que “algunos no tropiezan con dos veces con la misma piedra, intentan romperla a cabezazos”. “Una economía sin industria es muy frágil y este modelo insostenible al medio plazo”, explica Maroto.