[EL PROTECTORADO] La Ciuden tiene solución
AL RAISULI | La Ciuden es la heredera denigrante de Ponferrada, Capital de la Energía. Esta iniciativa tenía un concepto y un propósito antes de que los sociatas decidieran transformarla en estación balnearia para holganza de enchufados y cantamañanas, declinando así de convertirla en un referente energético global cargado de futuro.
Pronto traicionó el espíritu fundacional y se entregó a dos tentaciones a cada cual más desquiciada: investigar sin utilidad alguna una estupidez innecesaria con un más autobombo despilfarrador que la entrada de Cleopatra en Roma, y crear un poder político paralelo a base de alimentar desde los presupuestos generales del estado a toda suerte de ocurrencias de charanga y pandereta.
De aquellos polvos estos lodos. Hoy la Ciuden es como uno de esos navíos varados en el Lago Baikal que esperan oxidados y sin convicción el retorno de las aguas salvadoras. Con la diferencia importante de que a ese amasijo de hierros inútiles encallados en Cubillos sigue llegando puntualmente la nómina de la tripulación.
La historia de la Ciuden es la versión local de una tara muy española cual es apropiarse de una buena idea, trufarla de sandeces de cosecha propia hasta desvirtuarla y dejarla a su suerte en manos de cuatro politicastros insaciables que encuentran en ella la mamadera soñada, claro está que solo para ellos y sus adláteres.
En cambio la Ciuden sí tiene remedio. Lo tiene si alguien con capacidad de decisión acaba de una vez con la tómbola sectaria que es, y la promueve de nuevo como la herramienta básica del progreso del Bierzo que nunca fue pero que aún lo puede ser. Eso no se arregla solo con un nuevo casting de barandas sino recuperando el concepto y el propósito originario.
La copiosa galería de ilustres inutilidades de Ciuden no necesita contar con una nueva cara con el fin de darles coba a la Ministra and the Supremes; para labores de peloteo ciego e incondicional tienen a la bien engrasada troika de Ramón-Morán-Courel. Una cara nueva tras tantas frustraciones viejas se antoja más de lo mismo, malo por supuesto.
En Ciuden hay una tripulación, enchufada o competente, o ambas a la vez, que seguro está deseosa de salir de la calma chicha castrante a las que les ha llevado la falta de un rumbo cierto y un capitán que sepa de reflotar naufragios. La armadora, la Ministra Ribera, no debe abundar en el error de traernos otro grumete con galones de almirante a ver pasar el tiempo con el catalejo centrado en su propio ombligo.
Ese relevo será inútil si no llega acompañado de un Plan para que la Ciuden vuelva a navegar en el mar temático que le corresponde, el de la Innovación y el Progreso Energético. Y si la Ministra cree que la vocación fundamental y definitiva de la Ciuden debe ser el fomento Cultural y Artístico que le pase el testigo del muerto a Iceta.
No estaría de más que de una vez en este asunto, cardinal para el Bierzo, se dejaran aconsejar por quienes saben de la materia concreta mucho más que esa tropa de corifeos ignorantes como mulas de la que se acompañan. Igual no ofrecen adulaciones pero sí soluciones.