[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Agua para todos
OTRO GATO | Está claro que no nos damos por enterados; nuestra conducta pone de manifiesto que desdeñamos los avisos cada vez más apremiantes que nos llegan desde muchas instancias; que pasamos de las señales que percibimos directamente y la experiencia de situaciones vividas en el pasado. Nos gusta nuestro confortable mundo de la abundancia y pensar que nosotros, los ciudadanos, poco podemos hacer para cambiar las cosas que son responsabilidad “del gobierno”, es decir, que “otros”.
Vale, pero la realidad tozuda nos previene de que más temprano que tarde vamos a pasar a vivir una escasez severa de agua.
Cierto que la comarca está prácticamente en la frontera de lo que eufemísticamente llamábamos «la España verde”, y sobre todo, tenemos unos cuantos ríos que hacen del Bierzo una comarca rica en agua. Sin embargo, los incendios de esta primavera (provocados todos por el ser humano, con o sin intención), nos dejan claro que ya todo el territorio nacional es «la España seca». Para comprobarlo basta analizar las situaciones críticas en el suministro de agua vividas en zonas geográficas que forman parte de esa afortunada, feliz e inexistente “España verde”
Aquí lo vemos lejano, Bárcena está en condiciones de soportar algo más de un año sin aporte nuevo, sirviendo en condiciones «normales» suministro suficiente, tanto para el consumo urbano como para las necesidades agrícolas de nuestra comarca. Del consumo industrial -salvo en la producción hidroeléctrica- no diremos nada, ya que en El Bierzo gracias a transiciones y cierres tiene un valor «residual».
Pero, hilando un poco más fino, observamos que Bárcena solo atiende el suministro de una zona concreta. Más de un centenar de pueblos y más de la mitad de los municipios de nuestra comarca no se abastecen de esa fuente para el consumo residencial, el riego o ambas cosas.
La situación dista de ser tranquilizadora y no es un hecho aislado. El año pasado, que comenzó mucho mejor que este hidrológicamente hablando, ya se sufrieron restricciones en el suministro algunos pueblos de las zonas más altas y aunque no hay información sobre riego en esas zonas por el escaso uso profesional, seguro que no tuvieron excedentes en agua. Y pasó que, en esas zonas acostumbradas a llenar los depósitos, aljibes o albercas con agua de manantial (mal-tratada para llamarla «potable», pero de eso hablamos otro día), han “descubierto” que sus manantiales apenas tienen caudal. De no cambiar las previsiones, 2023 será peor que el anterior y seguramente veremos cómo florece el negocio del transporte de cisternas de agua (para otros consejos de inversión, sigan este medio).
Pero nosotros, a pesar de los avisos recibidos, las señales percibidas y la experiencia previa seguimos con nuestra vida de siempre; somos ciudadanos de pie, al fin de al cabo y no tenemos soluciones. Lo tienen que resolver aquellos que elegimos para gestionar la cosa pública. El problema es que ellos también se han comportado como ciudadanos de a pie y han ignorado que el agua es una necesidad básica para sus vecinos; se gasta lo que haga falta en rotondas y festejos, pero lo del agua es como la Educación o Sanidad, y después de todo la escasez ofrece oportunidades de privatizar la actividad. Podrían haber comenzado a revisar captaciones, conducciones, depósitos, tratamientos, aprovechamiento de residuales y otras cosas más que hacen casi todos a unos pocos kilómetros hacia el sur, para no tener que recortar mucho esos 3,8 metros cúbicos al mes que dicen que necesita de media una familia normal.
También podrían haber trabajado un poco más la consciencia del ciudadano de a pie, ya que nunca nos contaron que nos iba a faltar el agua de forma seria. Es verdad que si hay pequeños en casa, nos darán indicaciones para no «tirar» el agua, que a ellos si se lo han contado. En cualquier caso, nos va a tocar aprender, a no dejar el grifo abierto, a no regar con la manguera nunca, a lavar el coche los 29 de febrero,… y otras muchas recomendaciones; nosotros, los gatos les dejamos alguna: https://ayudaenaccion.org/blog/sostenibilidad/ahorrar-agua-medio-ambiente/
Pero esos 130 o 140 litros por persona y día, que son los que gastamos y pueden parecer mucho, no son nada comparados con los que «tiran» otros sectores. La falta de mejoras en el riego del Canal Bajo: prometidas, comprometidas, discutidas, aprobadas, rechazadas, pagadas, gratuitas, diseñadas, proyectadas, modificadas y muchas más cosas, siguen como el día que se abrió la primera compuerta, inundando campos con litros de agua que en muchos casos termina en desagües. ¿Llegará alguien que se ponga serio con esto? Ya se tiene la experiencia del Canal Alto, en el que se mejoró el consumo de agua, donde aún se sigue regando. Por dar un último apunte, este año se ha adelantado la temporada de riego.
No queremos mirar los depósitos forestales para el abastecimiento de los medios de protección contra incendios, miedo nos da, no solo por lo que pueda ocurrir este verano si no somos escrupulosos en el uso del fuego, también por aquellos que trabajan en las tareas de lucha contra los incendios que se puedan producir.
Muchos de estos depósitos se sirven de los excedentes de las captaciones o de manantiales de alta montaña, que son precisamente los que más van a sufrir la falta de precipitaciones.
Este solo es un ejemplo de lo que podemos ver este verano, si no empezamos a ser conscientes y racionales en el uso del agua. Y en este sentido, nuestros munícipes pueden también hacer algo sencillo; por ejemplo, no limpiar las calles baldeando agua!
Bercianas, ahora que llega el verano, disfrutemos de Bárcena y también de nuestros ríos y piscinas; pero seamos conscientes de es un bien escaso, que el agua debe continuar siendo para todos.