[LA PIMPINELA ESCARLATA] Sancionar a Olegario
EDUARDO FERNÁNDEZ | Olegario ha teñido el mandato que termina del sucio color de los ilícitos políticos. Y dirán ustedes que por qué me pongo tan tecnicista. Ya le atizaron los tribunales por conculcar derechos fundamentales de los concejales de la oposición. Es mérito de sátrapas y dictadores que le hace pupita a Olegario cada vez que se lo recuerdan, porque demuestra fehacientemente ese tic autoritario del que la izquierda se cree exenta, pero al que se abonan cada vez que pueden. Como es conclusión incontrovertida de un órgano judicial, no le queda más remedio que tragar cuando se lo mencionan, como no le quedó más remedio que permitir a la oposición el igual disfrute de los derechos de representación que el equipo de gobierno se había apropiado y reservado en exclusiva para sí. Ese episodio rasca irritantemente la piel tan fina que tiene para la crítica, porque le sitúa en el mismo horizonte de ignominia que aquellos que muestran escaso respeto por las libertades fundamentales que nuestra Constitución consagra.
Y ahora resulta que tampoco sabe qué cosas puede o no puede hacer en campaña electoral desde el ayuntamiento. La notable confusión entre lo institucional y lo partidista que parece haberse instalado en la alcaldía durante el mandato choca frontalmente con las previsiones de la ley electoral vigente. Y si durante los cuatro años anteriores había que comérselo o ir al juzgado, quienes ahora compiten en desigualdad de condiciones con Olegario tienen un recurso más inmediato, que es acudir a la Junta electoral. Esta vela por la limpieza y transparencia del proceso electoral, también en lo que se refiere a la igualdad de condiciones. No parece que esté en igualdad de condiciones quien quiere utilizar el salón de plenos como si fuera un mitin y el despacho de la alcaldía como si fuera la sede de su partido.
Yo tiendo a disculpar a Olegario, porque apenas llevamos muy poco tiempo de andadura democrática y en cuatro décadas no han tenido tiempo de interiorizar desde la izquierda autoritaria las obligaciones que la ley impone a los contendientes en unos comicios municipales. O eso, o es que la cabeza no les da para más, pobrecitos. Como le ha pasado también a la ministra portavoz del mismo socialismo autoritario que practica Sánchez, Olegario estará encantado de que le coloquen en ese selecto club de quienes desprecian las reglas del juego democrático. Al fin y al cabo, como tantas veces se ha recordado, Olegario es Sánchez, y bien orgulloso que está. Suponemos que -como cuando rechazó en el pleno municipal pedir la reforma de la funesta ley del solo sí es sí que ya ha beneficiado a más de mil agresores- también está orgullosísimo de que quienes están encarcelados por haberse cargado a sus semejantes como algunos presos etarras participen en las elecciones como si nada. Para esto también Olegario es Sánchez.
El caso es que Olegario Ramón personalmente, y no solo el PSOE como institución, ha merecido ya el reproche en forma de sanción de la Junta electoral de zona de Ponferrada por no cumplir las previsiones legales y jugar sucio. ¿Pero no va por delante con tanta claridad, a qué viene esta carrera enfebrecida? No sé si ustedes han reparado en el detalle, pero a mí lo que más me gusta es que lejos de intentar justificar que no habían incumplido la ley, la defensa de Olegario y el PSOE es que la Junta electoral puede haber incurrido en defectos de forma en su resolución. De forma, y no de fondo, porque en el fondo todos sabemos que Olegario intenta prevalerse del uso de la institución municipal para su campaña electoral. Y si hasta ahora teníamos ya esa intuición en forma de obras acumuladas al final del mandato para poner a Ponferrada en el caos y patas arriba, ahora ya es una certeza. Están a un paso de volver a recordar lo de los fachas togados para explicar la sanción.
Pero es que se abona a ello y tratará en lo que falta de campaña electoral de volver a hacer una utilización abusiva del ayuntamiento con fines electorales. Ya sé que no ha habido tiempo para que la ministra de Ciencia e Innovación venga al ayuntamiento hasta ahora. No ha habido ni un solo día posible antes de la campaña electoral para esta visita, cuatro años imposibles, y miren que lo han intentado y nada, agenda completa hasta ahora. Tiene necesariamente que ser en campaña. Porque además tiene que hacer aquí temas que no admiten esperar diez días más a que pasen las elecciones. Es que el azar y los astros se conjuran para meter en problemas electorales a Olegario. Porque estoy seguro de que él no quiere que venga la ministra y que es un empeño de esta, que está por ahí en periplo electoral para presentar candidatos en otros sitios, también de esta provincia.
O sea que la ministra viene a mantener una “reunión privada”, dice la convocatoria del ayuntamiento. Lo que traducido al berciano viene a ser que necesitaba una justificación para un acto electoral, pero que se organizase institucionalmente. Y esto después de la sanción ya conocida de la Junta electoral. Espero que otros partidos defiendan debidamente la separación de lo institucional y lo partidista, de lo personal y lo municipal que deliberadamente confunde y emponzoña el candidato socialista. Espero que de nuevo acudan a la Junta electoral, porque esto no puede ser ni habitual ni gratuito. Y por qué no confesárselo, espero que por acumulación pueda llegar a considerarse si los organizadores de estos aquelarres mitineros pudieran tener una responsabilidad más grave que la de una sanción. Vamos, estoy esperando que como tantas veces hace la izquierda con sus organizaciones afines, se caliente alguien del otro lado y decida solicitar que se abra la vía penal por delito electoral del art. 144.1.b LOREG por infringir las normas legales en materia de reuniones y otros actos públicos de propaganda electoral. Solo por entretenernos, aunque sea como llevar un cuaderno azul a la fiscalía. ¿O los demás candidatos, al menos los que ahora ya sean concejales, pueden organizar reuniones privadas con cargos públicos y con convocatoria de medios desde las instalaciones municipales? Pues eso, luego se extrañarán cunado toque de nuevo sancionar a Olegario.