[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Gobernanza
UN GATO | Aunque no es una definición universal, para muchos expertos la gobernanza de un país (región o comarca) está formada por los esfuerzos realizados por todos los actores sociopolíticos, públicos y privados, que actuando a todos los niveles y en sus distintas formas tratan de dar respuesta a las demandas que se generan en el funcionamiento de la sociedad.
Se deduce, por tanto, que la evolución de cualquier territorio está ligada a las actitudes y dinámicas generadas por el conjunto de actores sociales que lo ocupan y que con su acción se “apoderan” de él. Es decir, que el proceso de reconfiguración y cambio que tiene lugar constantemente, depende no solo de factores externos o los recursos endógenos, sino de la actitud innovadora o regresiva de los actores con capacidad de acción.
Con este pequeño bagaje teórico, avalado por estudiosos como Jan Kooiman podemos asomarnos al balcón del Bierzo para averiguar como está estructurada la gobernanza en nuestra comarca y reflexionar sobre lo que podemos esperar de ella para enfrentar el futuro. Teniendo en cuenta, claro está, que la gobernanza trata de dar respuesta a las demandas de la sociedad, es decir al interés general y no a los beneficios particulares.
Repasando nuestro pasado inmediato topamos enseguida con las empresas mineras y energéticas; todas ellas de carácter extractivo y orientadas a su propio beneficio. Su cierre nos deja un montón de escombreras por restaurar y algunos desmanes ambientales serios que no les pasarán factura. Nos dejan también una cultura de sometimiento al poderoso y lo que es peor: ningún instrumento, idea o herramienta para construir el futuro. Dejan a la sociedad tan yerma y seca como la tierra que excavaron para llevarse su riqueza.
Algo parecido puede decirse de ENDESA, con su poblado, con plaza y todo, economato, centro deportivo y tantas cosas que hacían de esa empresa un mundo de élite dentro de la sociedad berciana. Se ha marchado de la forma más miserable posible, dejando en la calle a trabajadores suyos que operaban a través de subcontratas. Y sigue dando vueltas por ahí con un supuesto plan de acción con el que pretende lavarse la cara.
Podemos continuar la relación con los grupos empresariales con intereses, como no, en la construcción, los medios de comunicación y actividades diversas, siempre que haya beneficio a la vista; añadir además a las cámaras de comercio y asociaciones empresariales. Todas ellas fuertemente relacionadas con el poder político en una relación de mercadeo de ida y vuelta absolutamente clientelar. Otros que no aportan nada de valor para construir el futuro.
Y por supuesto, nuestros favoritos: unas instituciones públicas inoperantes: la Junta, tan atenta siempre a reclamar sus competencias como ausente para cumplir sus responsabilidades; que felicidad para ella que un gobierno central tan bisoño como ambicioso cargara con la responsabilidad de la transición ¿justa?, aunque al hacerlo invadiera sus competencias. ¿Qué ha hecho la Junta por la comarca en los últimos 10 años digno de ser mencionado?. Aunque, eso si, siempre ha tenido delegados que han actuado más como comisarios de control que como palancas de apoyo para presentar nuestros problemas en Valladolid. Ni siquiera han sido capaces de adecentar las Médulas y aceptan de buen grado que se mantenga el caos organizativo que envuelve su funcionamiento. Lo tenemos tan claro que lo resumimos en una frase: “De la Junta, ni una mala palabra ni un buen gesto”. Por algo será.
Y a nivel comarcal, el absolutamente desvaído Consejo Comarcal, que con su presidente al mando, ni sabe ni quiere ni puede; otro surfista que cobra por pasar el día pero que seguro que tratará de repetir en el cargo. ¿Para qué?
Qué decir del Gobierno central con su sobada transición justa, que no ha visto ni un solo resultado reseñable, más allá de repartir algunos dineros al estilo del fallecido Instituto del Carbón: ¿Dónde están las ideas, la innovación, los proyectos tecnológicos que pudieran ayudar a la comarca a salir del pozo minero. ¿En la recientemente renovada CIUDEN?
Y en este apartado de instituciones públicas provinciales y locales ¿qué aportarán los próximos alcaldes y concejales?. Qué aportaran repetidores como el alcalde de Ponferrada, o viejas glorias, que como en Fabero quieren volver a la política activa, ¿para qué? ¿Ayudarán a construir el futuro?
Podríamos seguir, pero no es necesario; no decimos nada que no se sepa; y la conclusión es desesperanzadora: la gobernanza del Bierzo es de baja calidad. Y esta es la tremenda losa que continuará lastrando las posibilidades de desarrollo de la comarca.
Dentro de unos días se celebrarán elecciones municipales y con ello, también se renovará el gobierno de la Diputación Provincial y el Consejo Comarcal. Intentemos que nuestro voto sirva para que esos poderes fácticos instalados en el continuismo y la inoperancia tengan que moverse; no les demos mayorías absolutas; que negocien, que propongan que se acostumbren a generar otras dinámicas de relación más allá del control de sus poltronas. Que aprendan, que busquen, que se asesoren… Hay que construir una sociedad más viva, abierta, participativa, inquieta, que sea el caldo de cultivo de un futuro más prometedor.
Bercianas, si lo malo conocido van a ser 4 años igual, busquemos calidad el domingo 28, importa.