[LA OVEJA NEGRA] Solamente votar ya no sirve
GERMÁN VALCÁRCEL | Soy de los que están convencidos de que si votar sirviera para cambiar algo estaría prohibido. También lo estoy de que, con esta aseveración, dicha de inicio, me he quitado de en medio a cantidad de lectores. Si les soy sincero mejor, algunos de ellos padecen graves problemas de compresión lectora y de sectarismo, además de padecer de fobias y prejuicios muy serios que les impiden contextualizar y entender correctamente lo que aquí se escribe.
Esta campaña electoral confirma aquello que dijo el escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn: “Sabemos que nos mienten. Ellos saben que mienten. Ellos saben que sabemos que nos mienten. Sabemos que ellos saben que sabemos que nos mienten Y, sin embargo, siguen mintiendo”. La mentira es una práctica que la opinión pública relaciona, con buen criterio, con la profesión política. Algo ampliamente asumido por la sociedad española, con independencia de su edad o color político; casi nadie cuestiona que la práctica totalidad de los candidatos políticos, son unos mentirosos compulsivos. La mentira, la ocultación de información, la tergiversación y el secretismo están presentes en la vida pública de nuestra sociedad -ciertamente no solo entre los políticos- se han vuelto cotidianas. Pero, también sabemos que las mentiras solo ofenden a los inteligentes y a las gentes con espíritu crítico, al resto les dan esperanzas.
Escuchar a los políticos locales es perder el tiempo, si lo que se espera es buscar respuestas a los graves problemas que nos acucian. Eso sí, ellos lo mismo nos lanzan discursos sobre una ciudad llena de baches, de calles sin asfaltar y con las baldosas de las aceras levantadas, que de una ciudad puntera en ciencia y desarrollo tecnológico, y lo hacen mezclando todo, banalizando conceptos, esgrimiendo hipérboles, todo con un único objetivo: clavar su pica en los presupuestos municipales.
A estos “aspirantes” a dirigir nuestras vidas les importa un bledo que el mundo esté sometido a un cambio de época, o que el metabolismo económico del capitalismo, el sistema de dominación político de nuestras sociedades, la división internacional del trabajo y la reordenación geopolítica del sistema-mundo se estén modificando ante nuestros ojos sin que sepamos todavía bien hacia dónde nos dirigimos. Llamémoslo sociedad post democrática, capitalismo decadente o con cualquier otro apelativo. Nada de esto les importa, a ellos solo les interesa llegar a la poltrona.
Nuestros carpetovetónicos políticos siguen hablando de procesos industriales e infraestructuras imposibles, en un marco donde se terminó el botellón de la energía barata y concentrada que no solo va a arrasar la industria, sino también la agricultura industrial y cambiar todo lo referido a movilidad. Pero estos trileros políticos creen -porque es una mera creencia, sin ninguna base real- que vivimos bien aislados en la hoya berciana, la región más rica de Europa, la de los siete sellos de calidad, la séptima u octava maravilla del mundo, o tal vez del universo; ajenos a lo que ocurre en el resto del planeta, se muestran incapaces tanto de ir más allá del tactismo electoral de mirada corta como de tener una estrategia de mirada larga que permita ir preparando las instituciones de la comarca para los venideros conflictos por el control de los recursos.
Mientras, en estos estertores finales del actual metabolismo socioeconómico, nuestra geografía va a ser arrasada en nombre de una falsa transición energética. Pero de eso poco, o nada, han hablado, y quienes lo han hecho -Podemos e IU- no pasa de ser un ejercicio de cinismo e hipocresía: Sus partidos, como miembros del gobierno, son los responsables del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, aprobado por acuerdo del Consejo de Ministros de 16 de marzo de 2021, el marco legal que permite y fomenta el brutal expolio y ecocidio que el Bierzo -el país entero- esta, ya, sufriendo. Como también lo son del Real Decreto-Ley 20/2022, aprobado el pasado 24 de enero de este mismo año. Dicho decreto exime de los procedimientos de evaluación ambiental ordinarios, y elimina la posibilidad de participación ciudadana, a través de alegaciones, a los macroproyectos eólicos y fotovoltaicos. No, señores y señoras, esto no lo han hecho VOX y el PP, han participado, aparte del PSOE, Podemos, IU y algunas ONG ambientalistas, como lavadoras verdes. Otra vez la mentira y la manipulación como arma política.
>Lo que está en riesgo son las bases de la condición humana, algo que estamos permitiendo por pura ignorancia y soberbia
Pero no solo ellos, los políticos, han fracasado, también lo han hecho los colectivos ambientalistas y ecologistas, incapaces de aprovechar la ocasión (aunque algunos lo han intentado, los bastardos intereses políticos y económicos, los egos y los narcisismos de ciertos personajes han sido -y mucho me temo van a seguir siendo- una barrera y una rémora) para transmitir, informar y movilizar a la población, ante el grave escenario en el que nos encontramos. Lo que está en riesgo son las bases de la condición humana, algo que estamos permitiendo por pura ignorancia y soberbia.
El colapso sistémico y civilizatorio es inevitable, lo único que no está, todavía, escrito es la velocidad que tendrá y la profundidad y amplitud alcanzará. Pero deberíamos aprovechar la situación para ir poniendo las bases para la construcción de nuevas sociedades más justas, solidarias e inevitablemente sostenibles. El tiempo se nos acaba, y será más difícil cuanto mayor sea la degradación social y ambiental. A mayor degradación, más posibilidades de que eclosionen nuevos autoritarismos y fascismos.
Es necesario ir creando alternativas, al margen de los aparatos del Estado, votando nada se va a conseguir transformar, nada sano se va a construir. De gentes con afán de pastorear nada se puede esperar, al menos nada saludable, no en vano, son los caporales y la punta de lanza de los nuevos totalitarismos. Repasen, por ejemplo, los presupuestos municipales de ayuntamientos como el Ponferrada, donde vivimos más de la mitad de la población del Bierzo, y miren el apartado de gastos de personal y el de los representantes políticos, Luego resten con los de hace cuatro años y obtendrán las jugosas diferencias.
Una vez terminada “la fiesta de la democracia” recordar a los votantes y para quienes se abstienen de votar y de abstenerse que, a partir del lunes, estas gentes seguirán ahí, y sepan que, por mucho, que lo reiteren en sus redes sociales, no son servidores públicos, al contrario, nos volverán a convertir en siervos con sus decisiones caprichosas y con la utilización de la ley y la norma como forma de premio y castigo: si te portas bien harán la vista gorda, si no caerá sobre nosotros todo el peso de la misma, aunque sea de forma arbitraria. Reclama, nos dirán con chulería y soberbia. Es en estas instituciones más cercanas donde estamos más sujetos al capricho de estos personajes. Por eso es necesario construir un nuevo municipalismo, alejado de la partidocracia. Será la única forma de acabar con caciques políticos y funcionarios soberbios, altaneros y engreídos.
Como sostiene el escritor y activista Jasper Bernes: “Para conservar este nicho ecológico en el que nosotras, nosotros y todas nuestra legión de especies hemos vivido durante los últimos once mil años, vamos a tener que reorganizar completamente la sociedad y cambiar donde, como y, sobre todo, por qué vivimos”.