[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] 23-Jl
UNA GATA | No podíamos imaginarlo cuando fuimos a votar el pasado 28 de mayo; ni siquiera el PP esperaba esa cosecha de votos y sobre todo de escaños y concejalías que, unidas a las que a buen seguro les proporcionará VOX, va a hacer posible que gobiernen en coalición en una gran parte de las instituciones españolas. Tampoco esperábamos la respuesta del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, convocando elecciones generales de una manera tan súbita y próxima.
Y como era de imaginar, sobre esta decisión tan definitiva hay opiniones para todos los gustos; opiniones que se van desgranando en el correr de estos días por politólogos, tertulianos, políticos de distinto signo y ciudadanos de todas clases y colores, que, entre otras cosas, se afanan en hacernos ver lo acertado/desacertado de esta decisión y de paso señalan, desde la barrera, lo que debería hacer el PSOE con su secretario general a la cabeza, en esta situación.
Puestos a ello, también las gatas del callejón queremos participar en la marejada de opiniones que atraviesa España y dejar en esta columna sensaciones, sentimientos e incluso alguna reflexión fundamentada. Que todo va junto y envuelto, y no es fácil distinguir unas cosas de las otras.
Queremos decir, en primer lugar, que a nosotras nos “gusta” la decisión del presidente; fundamentalmente, porque creemos que de no hacerlo, él y su gobierno estarían sometidos a un desgaste salvaje por parte de una derecha que huele la sangre y no se detiene ante nada.
Y como el balance objetivo de la gestión de este gobierno es no solo bueno sino “muy bueno”, nos parece bien que se reivindique de la única forma posible en una sociedad democrática: sometiendo la gestión a la decisión de los españoles. Lo de “muy bueno” no es pasión; es el resultado de analizar las políticas económicas y sociales realizadas por el gobierno de coalición en un entorno de pandemia y guerra que acrecienta su valor. Se reconoce en muchos foros nacionales y también internacionales como en el periódico inglés The Guardian. No lo repetiremos aquí, no hace falta.
Si es pasión, en cambio, pretender que esa gestión tenga una valoración social directa, entre otras cosas, porque el voto de las pasadas elecciones se presta a interpretaciones y valoraciones que es necesario aclarar con rapidez. ¿Se ha castigado a los gobiernos regionales y locales porque sugestión ha sido mala?, o como dice la derecha, con Ayuso y Feijóo a la cabeza (y algunos de la izquierda), ¿se ha votado “contra el “sanchismo”, y ese sentimiento ha anulado el valor de la gestión realizada en ayuntamientos y comunidades autónomas? Y en este supuesto, ¿cómo no va a sentirse interpelado el presidente por ello? ¿Y cómo puede responder a esa interpelación sin convocar elecciones?
Nosotras, está claro, no queremos a la derecha; nunca lo hemos expresado con la claridad que ahora, pero no es momento para guardar la ropa. Nos echamos a temblar al escuchar a Feijóo decir que los españoles decidirán “entre Sánchez y España”. Resulta que ellos son España. Lo piensan de verdad y desde siempre y están ansiosos para “regenerar nuestra patria”, que significa gobernar según sus intereses y privilegios y someternos a un control estricto; con entretenimiento basura, coacciones económicas y la imposición de una moral de conveniencia.
En resumen, opinamos que el balance de gobierno a nivel nacional es bueno, la presencia en la Unión Europea más importante que nunca y que tenemos la oportunidad de consolidar el futuro desarrollando una sociedad abierta y creativa, frente a un modelo cerrado, autoritario, y en algunos casos con aromas de posguerra. En términos de derechos y libertades podemos retroceder en un día lo que se ha ganado con esfuerzo en estos años. NO queremos ser “españoles sensatos” como mansurronamente le gustaba decir a M. Rajoy. Queremos estar vivas, atentas, abiertas, dialogantes, inquisitivas y siempre reivindicativas de nuestro futuro. Pensamos que España tiene que marchar por esa senda, y esa sí es nuestra España.
Por eso, es importante que la izquierda se movilice y vote masivamente, evitando un gobierno del PP con VOX que no iría a favor de los ciudadanos. En Castilla y León estamos ya asistiendo a un gobierno de esta clase y a las ocurrencias y desgraciadas decisiones de su vicepresidente. Que tenemos ejemplos de lo que nos espera, como la gestión del incendio del año pasado en Zamora: 29 veces más destructivo (en superficie calcinada) que la catástrofe del volcán de La Palma, en el que se evidenció la falta de prevención y medios de apoyo y el nulo interés de la Junta por coordinarse con el gobierno central u otras autonomías. Y, aunque parezca una broma, como compensación al desastre se ofreció un concierto gratuito que, por cierto, ni siquiera llegó a celebrarse. Esa es la tan cacareada eficacia gestora de la “derecha” y lo que viene ofreciendo a esta comarca durante muchos años.
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