[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] La salida, por el Consejo
TRES GATOS | Vamos a coincidir con el comentario de muchos estos días, pero en lo nuestro no hay más influencia que la del tiempo vivido y el sincero deseo de que, el que nos queda por vivir, nos quite toda la razón, que cuanto mayor sea el error, más disfrutaremos contando esa vez que nos equivocamos. Y es que el plan que nos da el presente, malo no será, pero buena pinta no tiene.
Guiado por ese fino instinto político o quizás por esa empatía y cercanía, el bueno del exalcalde de Ponferrada ha quemado todos sus barcos y lo que es peor, la única alternativa municipal a la derecha con él. Perdida la ocasión de presentar un pacto municipal serio, que dejase en evidencia que Ivan buscaba otras cosas (pista: «Todos los concejales de gobierno cobrarán dedicación«), se dejó liar en los quizás de los ivanistas (que no bercianistas), sin llegar a entender que cuando hablaban de «coalición», se referían al nombre del partido y no a un acuerdo y esperó hasta el último momento para presentar una única oferta, que sin duda era honesta, pero hacía poca insistencia en los auténticos problemas que presenta nuestra ciudad y que se extienden a nuestra comarca. Hay que hacerla atractiva a la inversión productiva. De haber presentado un programa serio para la recuperación, tampoco habría llegado a un pacto, pero nadie dudaría sobre el auténtico fondo del acuerdo del tripartito ponferradino.
No habrá sido por la falta de oportunidad para preparar una estrategia para la ciudad y la comarca, cuatro años ha tenido con el viento en popa y a pesar de eso, se perdió en los protocolos o las fotos y dejó de hacer lo que debía, preparar una estrategia para la ciudad y la comarca, que necesariamente sería para más de un mandato, consensuarla con la ciudad y justificar la continuidad de su labor. O quizás es que nunca hubo un plan. Pero, a poco que pasease por Ponferrada tendría que haber echado de menos lo que extraña cualquiera que conozca nuestra ciudad: gente.
Eso tendría que haberlo llevado a preguntarse dónde está la gente que falta, para descubrir que muchos se han ido buscando oportunidades laborales, sobre todo esa franja de edad que debería estar construyendo futuro, otros fueron expulsados en los cierres extremadamente duros del sector energético y que comenzaron el año 2018, otros desplazados por la desaparición de los servicios industriales, bastantes huyendo a colocar sus iniciativas en lugares más propicios y súmele los pocos afortunados, que teniendo posibles, buscaron zonas con más servicios y playa para disfrutar tranquilos sin pensar en radioterapias kilométricas, transportes públicos en diligencia o profundos debates políticos sobre «parklet si o parklet no» y tendrá una buena base para saber dónde van los que faltan; y los que se han quedado, pues sin un euro y en casa.
Vamos, que el diagnóstico era sencillo, se lo habría contado hasta la estatua de Pepe Cortés, si le hubiese dado por parar a escucharla; y ahora moléstese un poco y repase las soluciones y alternativas propuestas y se encontrará que se ha preocupado más de hacer grupo de simpáticos que de capaces en su entorno y que un gobierno nacional que ha conseguido paladas de dinero en distintos planes europeos -uno exclusivo para la transición energética-, aquí nos dejó dos conciertos musicales y una restauración de un cielo abierto. O que a la mayor ciudad, no capital de provincia, de esta autonomía, la han mirado con catalejo desde Valladolid, sin que nadie les molestase en su indolencia. Algo tendría que haber dicho, ¿o no?. En su descargo, los que están hoy en el ayuntamiento (incluimos aquí a los que repiten) empiezan igual que los que con usted salieron, de visita y buenas palabras, con unos, otros y los de en medio, pero con cero compromisos ciertos.
Antes de avanzar soluciones, que saben quienes nos siguen que no nos gusta dejar las puertas cerradas sin abrir alguna ventana «para que ventile», vamos a mostrarle la otra pata de la que sale cojo: la política orgánica. Vale que la agrupación de Ponferrada lleva unas cuantas decenas de años con el mismo problema, demasiado lejos del cielo y extremadamente cerca de Camponaraya, pero podría haber aprovechado la falta absoluta de liderazgo político en la comarca (o lo que sea) para encabezar una alternativa seria contra el caciquismo del vecino o de los de León; es más, hasta de izquierdas y bercianista, que se pueden defender las dos cosas con orgullo, pero ha estado a lucir palmito en el salón de UGT, contando las batallitas contra «las oposiciones» en los plenos municipales, recibiendo aplausos de familia y afines y poco más. Repetimos, con esos medios poco habría costado dar líneas políticas a un programa para Ponferrada y la comarca, esa que ahora le recoge de rebote (que los 4 votos socialistas de Ponferrada en el Consejo pesan mucho, si y sólo si los sumamos a los 12 de la oposición…).
Ahora puede contar que ganó las elecciones y no gobernó, no es el primer socialista al que le pasa en Ponferrada, pero todos tranquilos, en los repartos de consejeros y diputados provinciales se da la paz, aunque solo saques un concejal en tu ayuntamiento, que las primarias se dan si y solo si resultan como uno quiere. En su caso, que buen momento habría sido para ser realmente honesto, recogerse y dar la oportunidad de que llegue alguien que: sepa, quiera y haga, las tres virtudes que han faltado en prácticamente todos los políticos que han pasado por esta comarca. No lo va a hacer, hace tiempo que demostró que corría más que las buenas ofertas que le han perseguido, pero siempre podrá presumir de retirar al presidente comarcal que menos ha hecho (8 años de nadas premiadas con la Diputación), luego busque una excusa profesional o personal, que para usted esto era un plan b y ya está contando que no tiene plan ninguno para la comarca, (las basuras y el cambio de sede no son suyas y ya veremos como acaban) y además, mal empieza el que ve al Consejo como segundo plato.
Los muchos que han deseado terminar de la peor manera posible, ya lo han conseguido; entre lo malo y lo peor, salieron Morala, CB y Vox, que nos van a demostrar que era mejor el no hacer nada de los anteriores. Comienza a esbozar un plan en el que privatizar el patrimonio público y colocar vehículos donde había peatones parece que era lo primero que traían en la cartera, y 15 dedicaciones para continuar. No hagamos más leña hasta ver como pasan los 100 primeros días y sobre todo la vuelta del verano, que estarán trabajando ya en presupuestos y si estos presentan más acciones.
Para los que quieran trabajar en alternativas: creen espacios de debate y vuelvan a pasear por la calle, pidan en la sede de su partido que todos los camuflados devuelvan el carnet y el cargo y remen mientras nos dejan despeñarnos por la cascada.