[LA PIMPINELA ESCARLATA] La hipocresía de los sueldos municipales
EDUARDO FERNÁNDEZ | La ciudadanía está hasta el gorro de los políticos. Pero la ciudadanía tiene descontado que los políticos cobran. La ciudadanía tiene un aguante muy pequeño con la cosa de los dineros públicos, porque está muy esquilmada. En el sentido literal. Y en Ponferrada más, porque el esquilme del mandato anterior viene en forma de presión fiscal insostenible. Ahora bien, como el cambio municipal todo lo convalida, nos hemos quedado sin uno de esos ejercicios de transparencia que acreditan una democracia de calidad, que es la rendición de cuentas. Esto es, que los salientes del equipo de gobierno nos cuenten cuánto ganaron y sobre todo, que podamos calibrar si se lo ganaron en atención a lo que hicieron. Como aquí es en atención a lo que dejaron de hacer, probablemente nos deban dinero a todos. Hay quien piensa que por eso están en la oposición; yo tengo muchas más dudas porque están en la oposición por la conjunción de fuerzas que acuerdan un gobierno distinto, pero no porque la ciudadanía se lo haya reprochado en forma de varapalo electoral, o sea, que como poco esto de que han pasado a la oposición porque cobraban sin trabajar es bastante relativo, aunque no ofrezca duda el resultado.
Uno, que se ha pasado dos décadas cobrando del erario público y casi otras dos siendo contribuyente neto como autónomo, cree que lo mejor es explicar todo con muchísimo detalle. Cuando yo era diputado no era obligatorio explicar lo que ganaba, pero yo decidí desde el primer día colgar mis nóminas en la página web. Sobre todo, porque la peña te puede atizar por lo que cobras, pero no por lo que creen que cobras o por lo que otros fabulan que cobras. Y le hago las mismas recomendaciones a todos los del equipo de gobierno actual de Ponferrada: explicarse para que otros no cuenten una milonga con esta cosa que se presta de forma tan populista al barullo y el cabreo.
Cada euro que cobran los concejales se lo pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos, lo que convierte a cada ciudadano de Ponferrada, votante o no, en legitimado para opinar. Y cuando el personal anda canino, toda explicación es poca. Ahora bien, esto de que nos dé las explicaciones trucadas quien dentro de unos días va a estar en la misma posición de cobrar a cuenta de nuestros tributos, esta vez en toda la comarca, es jugar con las cartas marcadas.
De entrada, ya se le ha olvidado recordar al gran jurista Olegario Ramón que la ley que habilita la subida de los sueldos municipales es de ese estadista mundial que se llama Pedro Sánchez. Le parecía poco y lo ha subido; Rajoy lo dejó mucho más bajo en la Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local de 2013 y Sánchez lo ha subido en la Ley de acompañamiento de los Presupuestos en octubre del año pasado. Seguramente si hubiera consultado con Olegario, no lo habría hecho, pero se le olvidó preguntar y Sánchez decidió subir el sueldo de los alcaldes por la simple razón de que es un reflejo automático de lo que cobra el Gobierno de la Nación. O sea, que Sánchez y los socialistas de Moncloa cobran más que ningún gobierno anterior. Se me ha pasado desapercibido que Olegario le hubiera afeado a Sánchez subirse su sueldo y, de paso, permitir que Morala cobrara ahora dentro de un límite mayor. Recuérdenlo cuando voten a quienes harán las próximas leyes estatales este mes.
De truhanes y tahúres estaba trufado el anterior equipo de gobierno y parece que así va a pasar al Consejo Comarcal, para que sea más cierto que nunca lo que tantas veces leemos en este medio, lo del inútil presidente del inútil Consejo.
Luego volveré a lo de los sueldos municipales, pero con la autoridad que me otorga haber sido portavoz en dos legislaturas distintas en el Consejo Comarcal del Bierzo, cuando todos los que estábamos allí -de gobierno y oposición- estábamos por amor a la tierra y no por disfrute de las retribuciones, les digo a los nuevos que me va a encantar que pongan el listón municipal tan alto para ver si luego tienen que colarse por debajo de ese listón en el pleno que decida las retribuciones que cobren en el Consejo Comarcal. No es una cuestión de siglas políticas, ni de momentos, sino de talantes. Yo estuve en un Consejo Comarcal presidido por Rita Prada en el que a fuerza de hacer de la necesidad virtud, se aprendía sobriedad y comedimiento en el gasto por fuerza. Les invito a los nuevos a que busquen lo que cobrábamos los de entonces, y cuando quieran comparamos, que podía rondar los 30 € por año. Por no recordar que cuando íbamos a negociar nuevas competencias con la Junta de Castilla y León, nada de coche oficial, sino uno llevando a todos, nada de dietas y como mucho, Rita invitaba -personalmente y sin pasar dieta- a bocadillo a la vuelta. Tengo la sospecha de que el arañazo que le va a hacer el nuevo equipo de gobierno comarcal al presupuesto del Consejo con sus sueldos y sus retribuciones por asistencia va a ser comparativamente mucho mayor que el que veamos en Ponferrada. Y como lo voy a disfrutar enormemente cuando se apruebe, me va a dar munición para varias pimpinelas.
Mientras tanto, yo por lo que estoy escandalizado es porque no sé si es verdad que por primera vez en Ponferrada la oposición, en este caso socialista, va a disfrutar también de esas dedicaciones que tanto reprocha a los demás. Porque si se incrementa el gasto, tienen una parte alícuota de responsabilidad, así que les voy recomendando que renuncien a cobrar como concejales y como grupo, por decoro y credibilidad cuando hagan estas quejas. Sé que pedirle a Olegario coherencia y congruencia en general viene a ser ejercicio tan complejo como pedirme a mí mesura ante una bandeja de pasteles.
Así que termino con unas escuetas recomendaciones:
1ª) A Morala, que la siguiente vez disparen primero y se expliquen antes para evitarles tener que luchar a remolque con medias verdades, que a Olegario ya se le conocieron cuatro años de oposición con ese estilo.
2ª) A los integrantes del equipo de gobierno del PP y Coalición por el Bierzo, que justo antes de pasar a votación el asunto de los cobros, presenten una enmienda al dictamen o propuesta que haya, de modo que no cobre el que no vote a favor. Porque los ciudadanos ya estamos hasta el gorro de los que predican y no dan trigo o los que venden moralina fácil, pero luego se aprovechan de los resquicios del sistema. Cobrar dedicaciones y ver cómo se incrementan las asignaciones de grupo oponiéndose, pero luego disfrutando de tales prebendas es de una sinvergonzonería tal, que no merece el premio de que se pongan colorados solo unos concejales y cobren muchos más o se le impute el aumento de gasto a dos partidos cuando se benefician todos los grupos municipales.
3ª) Al futuro portavoz del PP en el Consejo Comarcal del Bierzo, que tome buena nota del porcentaje que suponen estos sueldos en el presupuesto municipal, para tener un criterio de adecuación moral como el que pone el repartidor de carnets éticos a todos los demás, y ver cómo luego se lo aplica a sí mismo. Y ya de paso, que vaya tomando nota de lo que va a ser una modélica relación institucional y no deje piedra sin remover en el siguiente mandato comarcal, para evitar que se haga desde allí la oposición municipal que no se hace en el ayuntamiento, que para eso no va a cobrar sueldo de presidente y la situación de la comarca no se puede permitir distraer esfuerzos con la que está cayendo.