Ramón Camuñas estrena el documental ‘Villasinde 74, memoria de un pueblo’
La localidad de Villasinde, en el municipio de Vega de Valcarce, acoge el próximo viernes 4 de agosto la proyección del documental Villasinde 74, memorias de un pueblo.
Además, se ha organizado una sardinada popular para congregar a los vecinos y vecinas del pueblo, y abierto a todas las personas que deseen asistir. La iniciativa pretende ofrecer un lugar de encuentro, que combina cultura popular y ocio en el entorno rural, cuyo objetivo es recuperar la identidad de los pueblos del Bierzo.
«En un mundo cada vez más globalizado es crucial no dejar de lado nuestra verdadera esencia, nuestros orígenes y su historia, pero también nuestro sentido de pertenencia y trabajar con los que viven aquí, pero también con los que regresan cada vez que pueden al pueblo para proteger y mantener la esencia de lo nuestro», explican los organizadores.
Entre los años 60 y 70, mientras que en este pueblo del Bierzo, Villasinde, la vida transcurría lentamente, casi ajenos a los cambios sociales convulsos de ese momento en España, muchos de sus vecinos emigraban a las ciudades, principalmente Barcelona y Madrid, pero también Francia, Suiza o incluso Holanda, buscando nuevas oportunidades que la vida rural no les ofrecía.
En el año 74, momento en el que se recogen parte de los fragmentos audiovisuales de este documental, y durante el verano, mientras unos viven su vida en el pueblo, enfrascados en las labores del campo, tan intensas en la época estival, otros regresaban a su añorada aldea en vacaciones. Los niños se asilvestraban un poco más y se olvidaban por un tiempo del asfalto y el bullicio de las ciudades y se vivía con intensidad aquella frase de «quien tiene pueblo, tiene un tesoro». Era emocionante regresar para visitar a los abuelos, los primos y toda la familia, reencontrarse con los amigos de siempre y saludar a los vecinos que te regalaban las mejores frutas y verduras de su terruño.
En este contexto se fragua este documental realizado por Ramón Camuñas, oriundo de Villasinde, pero que emigró en aquellos años junto a su familia a Barcelona. Aficionado al cine desde que tiene memoria, descubre cámara en mano auténticas joyas de hemeroteca en aquel verano del 74, con muchas imágenes de la vida rural, de sus costumbres, pero también de los veranos traviesos y alegres que vivía el pueblo cuando se duplicaba su población y los emigrantes volvían para vivir intensamente el verano junto a los suyos.