Clínica Ponferrada reúne a sus accionistas para instar el concurso de acreedores
Seis meses después de negarlo, el consejo de administración de la sociedad propone recurrir al procedimiento concursal como única salida a la imposibilidad de pagar sus deudas.
La junta general de accionistas de Clínica Ponferrada tiene previsto reunirse en primera convocatoria este jueves al objeto de aprobar la solicitud de concurso voluntario de acreedores ante el Juzgado número 8 y de lo Mercantil de León y el nombramiento de la persona o personas que ostentarán la representación de la sociedad en este procedimiento.
Asimismo, se dará cuenta a los accionistas de los últimos ceses y dimisiones en el consejo de administración, que desde mayo hasta agosto han abandonado José Álvarez Gutiérrez, vicepresidente y uno de los consejeros delegados mancomunados, así como Blanca Orduña y José García Acevedo.
BierzoDiario ya adelantó el pasado mes de marzo que Clínica Ponferrada estaba valorando la presentación de concurso de acreedores ante las crecientes dificultades para hacer frente a sus obligaciones con los proveedores. Meses antes había contratado a un economista experto en la preparación de la documentación necesaria para instar este procedimiento legal y algunos acreedores reclamaron el pago de la deuda en los juzgados, lo que disparó los rumores sobre una inminente entrada en concurso voluntario.
El presidente del consejo de administración de Clínica Ponferrada, Antonio Pol Arias, emitió entonces un escueto comunicado en el que, sin entrar en ningún tipo de detalle, negaba tajantemente esa posibilidad, que finalmente se ha visto confirmada. El concurso de acreedores es un procedimiento jurídico destinado a solventar los problemas de insolvencia y falta de liquidez de un negocio, procedimiento que persigue por una parte que los acreedores puedan cobrar y por otra la búsqueda de soluciones para conseguir la continuidad del negocio y evitar la quiebra.
La actividad de Clínica Ponferrada, con alrededor de 80 personas en plantilla, ha caído sustancialmente en los últimos años, como ya había reconocido la propia dirección de la empresa. Entre las causas se apunta la pérdida de clientes, la disminución de conciertos, la reducción de la carga de trabajo procedente de aseguradoras y mutuas, y la incidencia de la crisis en el poder adquisitivo de los ciudadanos que ha mermado el número de pruebas diagnósticas encargadas por personas dispuestas a pagar para evitar las listas de espera de la sanidad pública.