Una exposición en La Térmica Cultural pone en valor el trabajo de las mujeres en la mina
La exposición fotográfica Pioneras, las mujeres del carbón desarrolla un recorrido en imágenes que reivindica la presencia, la contribución y el protagonismo de las mujeres en la mina desde los últimos años de la década de los 60 en Asturias.
Del 18 de agosto al 1 de octubre, La Térmica Cultural albergará esta muestra itinerante que reivindica el papel de la mujer en la industria del carbón. Esta exposición Pioneras, las mujeres del carbón, fue elaborada por el Archivo Histórico de Hunosa.
Yasodhara López, directora general de CIUDEN, afirma que “esta exposición está dentro del espacio de La Térmica Cultural dedicado a dar visibilidad a todas las zonas de transición justa en España. Hoy llega aquí “Pioneras”, que visibiliza el papel de la mujer en la minería, no siempre muy conocido, y en el que Hunosa ha tenido mucho que ver”.
A su vez, el presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal, ha resaltado «la importancia de mantener vivo nuestro patrimonio y nuestro pasado. Dentro de este marco se inauguró esta exposición, que se nutre de fondos documentales de nuestro archivo histórico, que recoge documentación de las empresas mineras asturianas desde mediados del siglo XIX».
El espacio dará cabida, simultáneamente, a una segunda muestra que, bajo el título Mineras de la mar, de la Asociación Cultural Garabuxada, rinde tributo a las mujeres que pañaban carbón en la playa de San Juan de La Arena (Soto del Barco), desde comienzos del siglo XX y hasta bien entrados los años 80, un tributo muy necesario tanto para reconocer un trabajo que quitó mucha hambre como para proteger del olvido una labor única en el mundo y que con el paso del tiempo acabaría por desaparecer incluso del recuerdo.
Desde los inicios de la actividad minera en Asturias, la presencia de la mujer ha sido una constante. La exposición plantea, a través de imágenes del Archivo Histórico de Hunosa y otras cedidas por el Museo del Pueblo de Asturias y de ciudadanos particulares como Angelita Cueva, un acercamiento a una larga historia llena de sacrificios y renuncias que saca a la luz una labor silenciada, alejada de la épica que rodea el trabajo de los mineros y ajena, hasta hace muy pocos años, a cualquier reconocimiento. Consideradas en muchos casos como intrusas en un mundo de hombres y cuestionadas por romper con el papel asignado tradicionalmente a las mujeres, las trabajadoras de la mina nunca tuvieron una vida fácil. Mantener el equilibrio entre el hogar, donde eran esposas, madres e hijas, y el trabajo, donde libraban una dura batalla jornada a jornada, no fue una tarea sencilla.