[EL PROTECTORADO] Endesa dinamita la memoria del Bierzo
AL RAISULI | Si yo fuera juez las torres de refrigeración y chimenea de Compostilla II estarían en pie, pero como no lo soy me gustaría saber la razón por la que las instancias judiciales dieron luz verde a la demolición sin pedir un informe, solvente y ajustado al objeto, en contraste con el contratado por la Consejería de Cultura.
Si yo fuera el Consejero de Cultura de la JCyL las torres de refrigeración y chimenea de Compostilla II estarían en pie, pero como no lo soy le pregunto a quien lo es: ¿Cuál es la poderosa razón que le ha llevado a privar por las bravas a un territorio del mejor símbolo arquitectónico y cultural de su inmediata memoria colectiva? Y por favor, que no ofenda al sentido común apelando a ese informe fake que ningún experto serio avalaría por no corresponderse en absoluto con su objeto exacto.
Si yo fuera el Presidente de Castilla y León las torres y chimenea de Compostilla II estarían en pie, pero como no lo soy no puedo entender la claudicación que le llevó a permitir una puñalada en el corazón de la mayoría de los bercianos; una agresión innecesaria que solo le va a reportar mayor rechazo a su Autonomía, a su partido, y a él mismo que se consagra como un dirigente nada fiable y poco amigo.
Si yo fuera Presidente del Gobierno de la Nación las torres y chimenea de Compostilla II estarían en pie, pero como no lo soy me imagino que viendo las voladuras por la tele aplaudirá a su ministra Ribera que lleva a cabo hasta con dinamita esa “solución final” llamada Transición Justa, que se traduce en dar la espalda a las demandas de la gente y ponerse a la grupa de los intereses empresariales más caóticos y despreciables.
Si yo fuera Enel, el dueño de Endesa o un alto representante, las torres y chimenea de Endesa estarían en pie, pero como no lo soy me atrevo a sugerirles que llamen a capitulo al CEO Bogas para que explique a fondo, sin triquiñuelas y sin pamplinas redentoristas, las oscuras razones del circo impresentable que su gestión ha propiciado en el Bierzo. La tierra fundacional de Endesa se duele del proceder tramposo, hostil e insolidario de la empresa que en su día amamantó hasta hacerla grande, y que hoy solo consigue alimentar un odio creciente y aversión a su presencia.
Y como no soy ninguno de los mentados las torres y chimenea ya están voladas porque ellos así lo han querido, propiciado, apañado, autorizado o consentido. No obstante el trasfondo de este asunto no es tan simple como parece, mosquea que ese interés tan desmedido en volarlas lo quieran presentar como una gresca entre los partidarios de tumbarlas o no tumbarlas. Igual esos derribos que tanto impacto mediático y cabreo ciudadano concitan, esconden una auténtica novela negra por escribir sobre hechos constatables y otros aún ocultos que aflorarán; un argumento que ni pintado para un guión cinematográfico de una película de malos tipo Chinatown o Erin Brockovich. Atentos que no estamos en el terreno de la ficción sino de la realidad.
Me he referido a los de arriba, poco se puede decir que no sea miserable de las mesnadas políticas de rangos inferiores que, bovinos, se han humillado en su pasividad cómplice. No es que no hayan movido un dedo para impedirlo, es que se han callado como muertos todos sin excepción. Y lo han hecho porque el suyo es un silencio ladinamente comprado y asquerosamente vendido, la vergonzosa mudez de la pasta gansa.
Pero hay tres de ellos que no tienen un pase. Muy activos en los últimos tiempos para procurarse los garbanzos con foie y angulas, pero eludiendo el necesario remojo. El Presidente de la Diputación saliente y Senador optante, el Presidente del Consejo Comarcal entrante y Alcalde de Ponferrada saliente y el Presidente de la Diputación entrante y Presidente del Consejo comarcal saliente. ¿Que no se han enterado quienes son en ese vodevil de mamaderas puras y duras? Los tres valientes, callados y cebados, cuyas ausencias retumbaron con las explosiones son: Eduardo Morán, Olegario Ramón y Gerardo A. Courel.
La voladura de las torres y chimenea de Endesa no va a ser otra anécdota trivial más. Siempre hay gotas que colman y esta tiene pinta de tomar cuerpo como un agravio de los que cuentan y no se olvidan. Como lo fue el desastre de la Rosaleda por la diestra que arruinó al comercio local o el secuestro del AVE por la siniestra que nos aisló. Endesa, guste o no, se adjudica simbólicamente con esas voladuras el tiro de gracia a las expectativas de un Bierzo con futuro, ese mismo que nos están negando y que con su cierre precipitado ya había fusilado.
Igual, tras tragar hasta lo indigerible, es el momento de que los bercianos digan: hasta aquí hemos llegado. Y que al decirlo lo hagan persuadidos de que no hay más remedio que tirar por otro lado pasando de los desgraciados que nos asfixian. Y eso no va a gustar en el Colegio de la Asunción, ni en Génova, ni en Moncloa, ni en número 60 de la calle Valle del Loira.