Ismael Álvarez señala a Ferreras, Pastor y Charo Velasco como artífices de una conjura contra él
El exalcalde de Ponferrada desvela en su libro varias notas manuscritas de Nevenka Fernández y afirma que el magistrado que lo condenó «no debería dormir tranquilo».
Escrito queda, «la historia del entramado que truncó la carrera política» del exalcalde de Ponferrada Ismael Álvarez, ya está en las librerías de la capital berciana horas antes de la presentación pública del libro. Y su autor no se anda con rodeos a la hora de señalar a los artífices de la supuesta conjura, con tres nombres destacados: los periodistas Antonio García Ferreras y Ana Pastor, y la entonces portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la ciudad, Charo Velasco.
De Velasco, Ismael Álvarez escribe que «pensó de inmediato que se le presentaba una oportunidad de oro para desalojarme de la alcaldía» y asegura que fue la edil socialista la que «buscó y convenció a Nevenka» para que actuara contra él. «Lo hizo sin escrúpulos, y aunque esa clase de conducta, a corto o largo plazo, se vuelve en contra de los que se prodigan en ella, Velasco no solo salió indemne sino que, además, se vio muy beneficiada económicamente por decisiones adoptadas por la cúpula de su partido», en alusión a los cargos que ocuparía en años posteriores.
Álvarez afirma en su libro que Velasco «y algunos otros dirigentes del PSOE» mantuvieron varias reuniones en Madrid con periodistas de la cadena SER, cuya jefatura de Informativos desempeñaba entonces Antonio García Ferreras. Aparte de la amplia cobertura mediática en los informativos, el exalcalde asegura que un antiguo trabajador de la cadena le confesó que «el gran objetivo de aquellas reuniones fue esbozar una sentencia judicial condenatoria». Y el fallo del juez De Pedro, apostilla, «casualmente coincidió punto por punto con lo que ellos habían anticipado: me impusieron una pena mínima, me absolvieron del delito de lesiones y no me inhabilitaron. Y es que lo único que les interesaba era la palabra condenado, lo que les servía en bandeja mi destrucción política, en la que pusieron todo el empeño».
En el prefacio del libro, de 367 páginas y que incluye como anexos documentales la sentencia y el voto particular de unos de los magistrados que le juzgaron, Álvarez sostiene que el estreno de la serie Nevenka en Netflix, realizado por la productora Newtral de la periodista Ana Pastor, fue el motivo de que se lanzara a escribir su versión de los hechos ante el «cúmulo de falsedades» que se vertían.
Una serie documental «con un cúmulo de falsedades»
«Ana Pastor ha conmemorado sus 20 años de persecución con un documental absolutamente obsceno, falaz y partidista», escribe Álvarez en uno de los capítulos del libro. Y admite que «es probable que mi guerra con Ana Pastor, aunque indeseada por mi parte, no tenga fin. Entre otras razones porque para ella la cruzada ha devenido en negocio». Al exalcalde le sorprende que mientras la mayoría de los medios ya no se ocupan del asunto, ella «erre que erre, prosigue con su relato ficticio (en cuya construcción ya debió de participar cuando, en la SER, trabajaba junto a su marido».
Para tratar de desmontar ese relato y reforzar la versión del exalcalde, que atribuye el abandono del Ayuntamiento de Nevenka Fernández a una decisión voluntaria, el libro reproduce varios mensajes y cartas manuscritas de la exconcejala que hasta ahora no habían visto la luz. Asimismo, dedica dos páginas a detallar los días y horas de las llamadas que el entonces alcalde recibía de Nevenka, algunas de ellas a altas horas de la madrugada.
Ismael Álvarez también se detiene en el relato del juicio y la sentencia de la que fue ponente el magistrado José Luis De Pedro.»Es posible que el juez De Pedro me condenara por la presión social, o por el pertinaz trabajo propagandístico que llevaron a cabo medios (de comunicación) de ideología opuesta a la que yo representaba. Pudo doblegarle el temor a que colectivos influyentes entorpecieran su carrera». Es más, apunta que el magistrado, estando ya jubilado, «acabó confesando» a un comisario de Ponferrada con el que había coincidido en un acto en Valladolid que «apenas había motivos reales que sustentaran la condena, pero la presión mediática lo había puesto contra las cuerdas». El exalcalde cree que el juez «no debería dormir tranquilo».
En el libro, Ismael Álvarez también achaca el revuelo en torno a la moción de censura contra Carlos López Riesco –después de que este se opusiera a la vuelta al PP de su antecesor en el cargo– a la presión de Charo Velasco y José Luis Rodríguez Zapatero, que «movieron hilos» para que La Sexta desacreditara la moción «y forzaron a Rubalcaba a expulsar a Folgueral y a su equipo».
Epílogo de su abogado y agradecimiento especial a Arcadi Espada
Al final de la obra, Álvarez incorpora un epílogo escrito por su abogado en aquel proceso judicial, el catedrático de Derecho Penal de la Complutense Luis Rodríguez Ramos. Bajo el título Crónica de un error judicial anunciado, el letrado aborda desde una perspectiva jurídica cuestiones como los errores judiciales que «son excepción, pero existen», lo que denomina «populismo judicial» o «los estereotipos sociales y sus riesgos para la Administración de Justicia».
En el capítulo de agradecimientos, fundamentalmente dedicado a su familia, el exalcalde incluye con especial aprecio al periodista y escritor Arcadi Espada, que viajó desde Barcelona a Ponferrada en marzo de 2021 tras ver el documental de Netflix «movido, como es habitual en él, por el afán de verdad». Álvarez le informó de su idea de escribir un libro, aunque en ese momento se encontraba desanimado. «Debes escribir ese libro. Si pudiera, lo haría yo mismo, pues hay causa suficiente, pero en estos momentos no dispongo de tiempo», le alentó Espada.
Para Ismael Álvarez, esas palabras fueron «el estímulo definitivo» para hacer realidad su proyecto. «Arcadi es un hombre sensible a las injusticias, y tiene detrás un largo historial de artículos y ensayos en defensa de individuos tan impopulares como yo. Perdedores a los que la justicia, pero sobre todo el populismo ambiental, ha declarado culpables sin que medie hecho alguno que lo justifique o aun habiendo pruebas y testimonios fehacientes de los que solo puede desprenderse un veredicto de inocencia», se explaya el autor de Escrito queda.