El exalcalde, en su libro: «La dicotomía izquierda/derecha no me parece operativa»
Ismael Álvarez presume de su gestión municipal y dedica un capítulo de Escrito queda a reflexionar sobre la política actual.
Ismael Álvarez, animal político al fin y al cabo según la definición clásica, no ha podido o no ha querido sustraerse a la tentación de exponer sus opiniones en una obra dedicada sobre todo a ofrecer su versión del caso Nevenka, pero en la que también tienen cabida un repaso a su trayectoria vital y una orgullosa reivindicación de su gestión al frente del Ayuntamiento de Ponferrada, enumerando las actuaciones de las que se siente más satisfecho a lo largo de más de cien páginas de las 376 del libro.
Así, en el capítulo titulado Penúltimas cavilaciones afirma que «la dicotomía izquierda/derecha no me parece operativa». Y se explica: «Somos muchos los ciudadanos que no encontramos el encaje en ninguna de las dos opciones. En según qué asuntos puedo estar del lado de la izquierda, y en otros, de la derecha. En lo referente a la gestión de los gobernantes, y a medida que adquirimos más conocimientos, el individuo se torna inconformista, pues dispone cada vez de más herramientas para consolidar un criterio propio, lo que está llevando a que los políticos vayan p0r un lado y la calle vaya por otro».
El exalcalde se muestra crítico con las restricciones. «La palabra que ha guiado mis convicciones es libertad», proclama. Y en esa línea apunta que «en seguí qué circunstancias, como fue la de la pandemia, los gobiernos adoptan medidas que lesionan los derechos fundamentales, pero esas medidas deben conciliarse necesariamente con el máximo respeto posible a las libertades. Y, sobre todo, descartando con total transparencia que se trate de acciones convenientes a los intereses de determinados grupos o personas».
Quizá le falte al libro un indice onomástico. En sus páginas aparecen numerosas personas con nombres y/o apellidos. Por supuesto el más repetido es el de Nevenca (escrito así, con c, como aparece en la querella y en otros documentos oficiales), también los de su pareja, sus hijos y nietos. En cuanto a los políticos, Carlos López Riesco es objeto de unas cuantas menciones entre críticas y distantes. Más cariñosas son las que dedica, solo con su nombre de pila, a compañeros del PP con los que en su día se las tuvo tiesas como «Ángel, Fátima y Alberto«. Darío Martínez, María Gutiérrez (citada a veces como Marujina), Manuel Rodríguez o Juan Vicente Herrera también desfilan por las páginas de Escrito queda.
Aparte de Charo Velasco, a la que otorga un papel protagonista en la supuesta conspiración contra él junto a los periodistas Antonio García Ferreras y Ana Pastor, también se recogen alusiones a José Luis Rodríguez Zapatero y a su antecesor en la alcaldía Celso López Gavela, en este caso neutras y siempre respetuosas. El magistrado que presidía el tribunal que lo condenó, José Luis de Pedro, con el que se muestra en todo momento muy crítico, médicos a los que acudió Nevenka, el forense del TSJ, periodistas como el ya fallecido Chencho, Carlos Fra o Arcadi Espada, al que dedica un agradecimiento muy especial, también desfilan por las páginas del libro.