[TRIBUNA] El aceite de oliva, un lujo para las clases populares
MANUEL DE LA FUENTE | El aceite de oliva no para de encarecerse hasta el punto de ser ya un articulo de lujo para la clase trabajadora. El precio sube y sube y ningún gobierno lo detiene o regula. La ministra en funciones Yolanda Diaz, decía que necesitamos un gobierno que actúe contra la inflación y la especulación”, se olvida que forma parte del actual gobierno en funciones; sea como sea, nadie de los que pudieran hacer algo, hace nada al respecto, ni ella, ni los ministros en funciones, tanto el de Agricultura Planas, como el de Consumo Garzón que ni está ni se le espera, ni los dirigentes que tenemos más próximos, como los de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León.
El aceite de oliva es un elemento de primera necesidad, básico de nuestra gastronomía y de la dieta mediterránea. En la actualidad, es un producto inalcanzable para la inmensa mayoría de las familias, especialmente para las más precarias. Antes, el aceite de oliva formaba parte, aunque en cantidades mínimas, de los repartos de alimentos a las familias más pobres. La administración estatal considera que los pobres están acostumbrados a pasar hambre, y porque pasen algo más de lo normal no va a caerse el mundo.
En el sistema productivo el aceite de oliva forma parte de un legado histórico y cultural, debiera ser uno de nuestros productos por excelencia, y un alimento primordial en la alimentación de las familias. Sin embargo, es una evidencia que “Los precios del aceite de oliva están en manos de las grandes empresas del envasado y la comercialización de las que son extremadamente dependientes centenares de pequeñas cooperativas y almazaras que, antes o después se verán absorbidas por los monopolios. Son estos los que expolian las tierras, los olivares y arrancan de las manos de los agricultores el aceite y lo exportan barato a la Unión Europea”.
La problemática vuelve a poner de manifiesto que la igualdad de la que hablan los políticos es una farsa, es una falacia, no existe, es una manera de confundirnos y alinearnos con sus mentiras.
De aquí la urgencia de acabar con este monopolio burgués que cada vez se está poniendo más rico a costa del trabajo y el sudor de los agricultores.
Esta es la igualdad que tanto predica la derecha española.
- Manuel de la Fuente Castro, exconsejero comarcal del Bierzo.