El movimiento contra los macroparques censura el silencio de la mayoría de los municipios
Los ayuntamientos de Congosto y Castrillo de Cabrera se suman al manifiesto contra la implantación de energías renovables.
El movimiento social por el futuro del Bierzo «no entiende la falta de respuesta de numerosos ayuntamientos a la carta enviada por la Fundación Prada a Tope para adherirse al manifiesto», asegura en un comunicado difundido a tres días de que se celebre la manifestación unitaria convocada por 58 colectivos sociales y ciudadanos del Bierzo.
Convocada bajo el lema Renovables sí; pero no de cualquier manera, la protesta se dirige «contra el abuso en las tramitaciones de macroproyectos eólicos y fotovoltaicos y sus infraestructuras de evacuación, siguen siendo muchos los Ayuntamientos que no han dado respuesta, de ninguna clase, a la carta enviada hace ya 15 días por la Fundación Prada a Tope». En los últimos días se han sumado Congosto y Castrillo de Cabrera, pero más de dos tercios de los ayuntamientos de la comarca siguen sin pronunciarse.
«El próximo domingo 22 nos manifestamos contra un problema estructural, que amenaza con enviar al Bierzo al furgón de cola de La España vaciada. Estamos en un punto de inflexión en el que el futuro de la comarca berciana está en juego y en el que, debido a las infraestructuras asociadas a la generación de energía de las antiguas térmicas, vamos a condicionar también el futuro de comarcas aledañas, sin embargo, antes de enfrentarse al problema, muchos ayuntamientos han evitado posicionarse y asumir su responsabilidad, esperando a que pase el chaparrón», explican en un comunicado.
Para los convocante de la protesta, «la dejadez de estos ayuntamientos y la escasa preocupación por la ciudadanía quedan en evidencia ya que no han presentado argumentos que justifiquen una posición en un sentido o en otro, bajo un paraguas de silencio que deja en entredicho la falta de reflexión y el modelo de progreso que esperan para sus vecinos».
Los 58 colectivos sociales y ciudadanos convocantes reiteran su preocupación por los efectos del cambio climático y la necesidad de dar el salto hacia las energías renovables limpias y sostenibles, «pero sin poner en riesgo la biodiversidad, la agricultura, la ganadería, el paisaje y las formas de vida tradicionales de la zona».