[EL PROTECTORADO] Nos manifestamos contra su soberbia, ministra
AL RAISULI | Dicen que un tonto que se hace el listo tiene mucho peligro, pero con una lista que se hace la tonta ese peligro se agudiza, máxime cuando da por sentado que todos los demás somos imbéciles. Esto viene a cuento de la campanuda afirmación de la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra Teresa Ribera, cuando se declaró sorprendida por la protesta contra los macroparques eólicos y fotovoltaicos. Dijo textualmente. “No entiendo muy bien contra que se manifiestan” ¿Es tonta o se lo hace?
Está claro: se han manifestado porque los domingos cuando llueve a los bercianos les priva hacer el canelo, y lo mismo que van de vinos o a misa montan un títere sin pensar en el bien que usted y su señorito Sánchez nos brindan. No hay mala intención en ello, ministra, es que nos dejamos llevar por la desinformación de la ultraderecha y como ignorantes que somos no reconocemos el ímprobo esfuerzo que usted hace por esta tierra. Ole y olé.
Creo, a tenor de lo dicho, que usted adolece de humildad que es lo mismo que decir que está sobrada de soberbia. Ha insultado a la gente, dando por sentado que son unos tarados incapaces de discernir sobre sus propios actos, al punto que según usted se han manifestado sin una razón objetiva que lo justifique. La arrogancia la ha delatado y ese desprecio a las cuitas de los demás lo dice todo, todo lo peor por supuesto.
No se trata de rebatirla, da pereza tener que ponerse a evidenciar el rosario de agravios padecidos y padecientes que usted va a multiplicar hasta la desolación. El Bierzo, Señora Ribera, es un paraíso que usted con sus obsesiones fundamentalistas va a rematar y convertir en un vertedero del progreso de los demás. Si pregunta si se le está llamando ecocida, le digo que sí, exactamente eso sin matices ni disculpas.
Vamos a ver ministra ¿A usted quién le ha informado de lo que aquí se cuece? ¿Morán, Ramón, Courel, por decir tres que de boquilla y asistencia apoyaron la manifestación? Pues ya puede saber que ocupados como están en mantener lo suyo, su aportación no pasará de decirle SÍ, BWANA a lo que crean que le gustará oír. No se equivoque todo, absolutamente todo, cuanto pretenden imponer choca con los deseos de la mayoría de los bercianos.
Ya que usted lo tiene tan claro y sus razones son mejores que las de los protestones, ¿por qué solo se prodiga en escenarios amables, eludiendo contestarnos lo que de verdad nos interesa? ¿Por qué, antes de seguir apretando el acelerador de la devastación, no acepta debatir cara a cara con esos que no sabe de qué protestan? Le animamos a ello, que baje a la arena y tenga la vergüenza torera de ponerse delante de los sobrantes de tienta.
Así igual nos enteramos si sabía que Endesa iba a adelantar la espantada imprevista, sin un plan de choque serio. Así igual conoceremos el motivo por el que consistieron, o colaboraron, en abortar todas las propuestas para Compostilla II. Así sabremos sí eran conscientes, y no evitaron, la barbaridad de volcar hacia el corazón del Bierzo la producción de otras zonas periféricas. Así descubriremos el porqué esa presión desmedida de autorizaciones en un territorio que, salvo las de autoconsumo, no merece tener ninguna. Así nos informará a qué mente maléfica contrataron para ocurrírsele hacer del Bierzo un basurero.
Es de suponer que no va a aceptar el reto de debatir con quienes cree firmemente que no están a su altura; con quienes se manifiestan sin motivo alguno; con los perjudicados en un bien común que no le hacen la pelota; con quienes a la postre, aunque no sepan tanto como usted, distinguen lo blanco de lo negro. En definitiva con los que estamos persuadidos que usted no tiene un pelo de tonta, pero que sabe hacerlo parecer de cine.
Y si aún sigue sin saber el motivo por el que protestamos, con su contestación nos lo ha puesto a huevo: nos manifestamos contra su soberbia, ministra. Contra esa suficiencia menospreciativa que denota cuales son las únicas manifestaciones que entiende: las de los elegidos que pueden manifestarse en su despacho planteándole despropósitos irracionales contra la naturaleza; esos que la animan a arrasar con lo que haga falta con tal de defender sus mendaces intereses.