[PAJARITOS Y PAJARRACOS] Parábola del rico ‘Epuleón’ y el pobre Bierzo
XAN DAS VERDADES | Un paisano alcarreño, después de escuchar los reproches de un jerarca franquista que le echaba en cara su falta de solidaridad por oponerse al trasvase Tajo-Segura, le contestó que él sería solidario con la sequía levantina cuando a ellos les trajeran, a cambio del agua que les requisaban, unos cuantos kilómetros de playas junto con su clima más benigno y algún millón de turistas.
Viene a cuento la anécdota de aquella España, que pasaba de carpetovetónica a desarrollista, por la insólita ocurrencia de dos bercianos pata negra, uno de de Lillo y otro de Camponaraya. Hete aquí que el director de la Ciuden y el presidente de la Diputación, sin que nadie lo pida, se han juramentado para redimir a la cazurrería.
Más o menos han pactado extender los efectos de las actividades de la Ciuden allende el Manzanal hasta los límites provinciales; esto es, que tendrán la misma consideración en las actuaciones de la Ciuden Tierra de Campos que los Ancares, Mansilla de las Mulas que Villablino, Gordaliza del Pino que Cacabelos y La Bañeza que Bembibre. Este bandazo, por sí solo, vacía de contenido el espíritu fundacional de la Ciuden y la aboca a su irrelevancia como actor genuino y principal de la recuperación del Bierzo.
Igual que si a los de “Teruel Existe” les diera por ir de salvadores de la capital autonómica, y se ofrecieran a cerrar el comercio local tres días por semana para incentivar las compras en Zaragoza. Es la versión caciquil de Los Santos Inocentes que, tras muchos años de decir servilmente a mandar que para eso estamos, ahora van a la finca de los señoritos a regalarles las piezas cobradas fuera de su feudo.
La cosa no tiene un pase, salvo que sea en clave de aspirar a ser, ex aequo, candidatos al premio a los Valores Humanos del Decano. Es tan absurdo como el recuerdo infantil del colegio cuando, tal vez influenciados por su pasado jesuítico, los curas nos lanzaban con huchas a pedir para, sorpréndanse, los japoneses.
Vamos a ver, ilustres paisanos, esta movida en realidad qué es: una sutil estrategia electoral, el delirio de dos errados desfacedores de entuertos, o un simple calentón de dos compis sociatas? Porque eso más que una peculiar solidaridad a la inversa, es la consagración de la caridad mal entendida que pasa por beneficiar a los menos necesitados a costa de castigarse a sí mismos.
Con la sangría presente, la ruina latente y la solución ausente, resulta poco menos que increíble que a los mencionados les dé por montar una OSG (Organización Sí Gubernamental) para ir al socorro de los genuinos leoneses de León y su zona de influencia.
Cierto que León con su alfoz más las montañas y planicies de soberanía, no están para tirar cohetes; cierto también que el presidente de la Diputación lo es de toda la provincia, y como tal debe actuar con equidad e imparcialidad, pero de ahí a esta tentación providencialista con quien no nos necesita hay un abismo.
La Ciuden ya no es del PSOE o del gobierno de turno, es un patrimonio común de los bercianos que lo han hecho suyo
Acaso ellos solitos no supieron arreglar lo de Vestas, pues ahí está solucionado. Cosa que no se puede decir ni de lo de Compostilla, ni de lo de la minería, ni de nada de lo nuestro que siempre les ha traído al fresco y nunca se han preocupado por solventarlo. Si intervienen solo es para jodernos más eficazmente; sirvan de ejemplos la tibia, cuando no cómplice, actitud con el dislate medioambiental de Cosmos, o el resuelto apoyo a esa planta de biomasa que amenaza con australizar los ecosistemas bercianos.
La Ciuden tiene unos cometidos probablemente difusos, pero muy definidos en su ámbito territorial. Mear fuera del tiesto implica alterar su principal objetivo y hasta su propia razón de ser. Es la única herramienta, mellada pero al fin herramienta, que nos dejaron tras la asolación a que nos sometió la puta indiferencia de capitalinos y mesetaríos ombliguistas.
No sé que punto quieren marcarse ofreciendo compartir nuestra escasa migaja, cuando esa frivolidad puede acabar como el rosario de la Aurora, y es que este asunto a pachas con la “leonería” no va a funcionar ni para unos, ni probablemente tampoco para otros. Es sabido que dar la teta con poca leche a dos cachorros es garantía de que siempre lleva las de perder el más débil; y a estas alturas, supongo que nadie dudará a quién le va a tocar el pezón atrofiado.
No nos importaría ser generosamente solidarios si nos trajeran el AVE que nos guindaron; si llegaran las autovías de Orense y Asturias que nos regatean; si metieran en cintura a la Endesa de irse de rositas por la puerta trasera; si de verdad se acometiera un plan alternativo serio a la liquidación minera; si se ejerciera una política ambiental sostenible, coherente y sin gateras; si nos dejaran tener un poder político correspondiente con nuestra singularidad territorial. Entonces, ser solidarios con los cazurros sería hasta una obligación.
La Ciuden, la Ciuden del desencanto y la esperanza, es el referente del sebastianismo redentor que el Bierzo anhela. Ha pasado de ser un ente satélite para tomar carta de naturaleza propia, y si no existiera habría que inventar algo parecido. La Ciuden ya no es del PSOE o del gobierno de turno, es un patrimonio común de los bercianos que lo han hecho suyo, más allá de cualquier título de propiedad o apropiación partidista. Y con ese valor taumatúrgico que se le adjudica, bueno sería que sus barandas eviten cagarla poniéndolo en almoneda.
No sé si todo lo anterior está condenado a ser un lamento estéril, y que el único que me dé la razón sea Tarsicio; son los gages de ir a contracorriente. Por eso, y para poner las cosas en su sitio de manera nítida formulo unas preguntas con la respuesta implícita: ¿Están los leoneses dispuestos a compartir las actividad del INCIBE con nosotros? NO. ¿Y a dejar que la Jefatura de Tráfico con el CTA incluido, desdoble su localización en nuestro favor? TAMPOCO ¿Y a que la UME, Unidad Militar de Emergencias, comparta acuartelamientos con nosotros? POR SUPUESTO QUE NO. Y así, hasta hacer un pleno al NO. ¿Entonces, por qué coño el empeño de comprometer a la CIUDEN con quienes nunca nos soltarían nada?
Será porque quieren hacer piadosa pedagogía activa con la que neutralizar el omnipresente dicho de que: “al berciano ni la mano”; será porque quieren dulcificar con buen rollito la certeza de que le tienen tomada la medida a nuestra candidez; o será porque quieren dar un original golpe de efecto, y tomar la delantera moral a sabiendas de que a nadie en León se le ocurriría montar una película de semejante de amor fraterno. El caso es que sea por lo que sea, ahí está su disposición explícita publicada.
Todas esas actividades tienen un origen coetáneo con la Ciuden, pues fueron creadas en el mismo mandato de Zapatero. Y de la misma manera que a nadie en León se le pasa por la imaginación compartir nada que mitigue la suerte adversa de los bercianos, es de cajón que lo que procede es estar a la reciproca. Aún siendo todos hijos de la misma camada es evidente que no son bien avenidos, pues cada cual sabe muy bien que parte le corresponde en la ley del embudo.
La enseñanza moral a extraer de esta parábola del “ventunocento”que la saquen los concernidos, que a ellos les toca.