El PCE cuestiona que el servicio de radioterapia privada cumpla todos los requisitos
Los comunistas creen que no se implantará en el Hospital y auguran que los pacientes acabarán «pagando para curarse».
El Partido Comunista de España en el Bierzo (PCE) ha hecho público un comunicado en el que afirma «que la Junta ha privatizado la terapia contra el cáncer» y lamenta que «quienes sufran esta enfermedad acabarán pagando para curarse». Desde el PCE consideran que la puesta en marcha del servicio privado de radioterapia en la clínica Recoletas «confirma» que no habrá un servicio público y aseguran que «no va a haber dos unidades de radioterapia» y advierten que la sanidad privada «no regalará sus servicios».
Según la formación, está situación contrasta con la de otras ciudades más pequeñas como Ávila, donde la Junta sí ha cumplido con el compromiso de prestar un servicio público de radioterapia. Asimismo, aseguran que la «rápida implantación de la unidad en la Clínica» confirma «que si se quiere se puede» y «que es necesaria». En este sentido la organización considera que un servicio público de radioterapia compartido para Laciana, el Bierzo y Valdeorras sería «eficiente y barato».
Isabel Maroto, secretaria comarcal, advierte «que un servicio privado no es el mal menor, posiblemente sea un mal mayor» y aseguran «que acabarán cobrando por ello igual que en Estados Unidos». Los comunistas recuerdan que en países donde no existe un servicio público para el tratamiento oncológico, estas terapias pueden llegar a costar 100.000 euros.
El PCE también cuestiona la concesión de la licencia para instalar este servicio y le recuerdan al PSOE «que fue su corporación la que concedió el permiso». En este sentido, desde la formación indican que cabría preguntarse «si el emplazamiento cumple todos los requisitos para localizar este tipo de unidades».
Finalmente, el Maroto pide a la ciudadanía berciana «no dejarse engatusar por falsas promesas de un servicio gratuito» e insta a los representantes comarcales del PP y Vox a posicionarse contra lo que llaman «políticas cancerígenas de Mañueco y Gallardo».