[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Repetimos otro año más
UNA GATA | Pues con el cambio del año, se renuevan esperanzas, al menos para aquellas personas que ya las tenían. Para el resto, la inmensa mayoría, otro año más. Este, el sexto de la «transición» que nos iba a llevar a un nuevo plan de reindustrialización revolucionaria, que según cuentan, ha generado la friolera de 15 empleos y ello en labores de reciclado, si finalmente se confirma que van a reciclar algo y no solo a almacenar elementos contaminantes. Hay que reconocer que hasta que llenen la comarca con desechos, se pueden acumular muchas toneladas; demostrado quedó, en su día, con la «solución» a la montaña de carbón.
Es lo que pasa cuando se espera que las soluciones vengan de fuera; en este caso de la inefable transición en la que hemos depositado nuestras esperanzas y producido la parálisis de nuestros gobernantes locales, comarcales y provinciales olvidando el refrán aquel de que “a Dios rogando y con el mazo dando”
Pero, ¿tiene que venir de fuera la solución?; al menos es el mensaje que han querido colarnos -para tapar su absoluta incapacidad- nuestros pequeños oligarcas que controlan los partidos políticos y la dirección de las instituciones. Desde luego, las «cabecitas» que gestionan la política de nuestro entorno próximo, siempre a disposición de lo que ordenen sus mayores, han dejado la comarca convertirse en un desierto demográfico. Podemos ofertarla a los que abanderan las bondades del decrecimiento: «vengan que aquí hay un bonito laboratorio para sus prácticas». Es más, pueden solicitar alojamiento en Ciuden; es posible que así hiciera algo de utilidad, sin necesidad de comprar el cachivache de moda a un tercero para simular una actuación sin contenido propio. No traigan violines ni arpas para darnos el concierto, nosotros les templamos las gaitas, pero pisen por aquí, que más importante que lo que pasará en el 2030, es como terminamos el mes.
Por su actitud y sus obras, parece que: presidente de Diputación, presidente comarcal, alcalde de Ponferrada y cohortes de todos ellos no deben de tener responsabilidad alguna; y desde luego, tampoco vergüenza, porque si realizan el recuento de lo conseguido o proyectado desde mayo hasta hoy, de alguna utilidad (les llevará unos pocos segundos en el mejor de los casos), es sencillamente nada; y a ver si con ese currículo conseguirían trabajo en alguna parte. Si fueran honrados con la comarca dimitirían y se irían a casa, porque en tres años más no solo colgarán el cartel del derribo en centrales térmicas y minas, también lo harán con lo poco que queda de la estructura económica de la comarca.
Pero somos campeones de invierno del grupo primero de la primera federación de fútbol, incluso hemos conseguido que retorne algún berciano y no sea con la jubilación: uno y para ayudar un poco a Yuri, que el día que nos falte si será el final de todo. Y es que parece que las únicas convocatorias que interesan son las deportivas, aunque 2023 no fue un mal año en cuanto a publicaciones de ayudas y subvenciones de todo tipo. En un repaso rápido, la de mayor éxito, pese a lo escaso de la convocatoria, ha debido de ser la de ayudas al cambio de calentadores y calefacciones de la Junta de Castilla y León, y es que en general, se ha producido una escasa presentación de solicitudes en el resto de las convocatorias a pesar de contar con el apoyo de las oficinas de emprendimiento. No tenemos en mucho las convocatorias del ITJ, pero pasar de largo como si estuviéramos en la opulencia refleja una atonía social grande y la ausencia de las instituciones públicas para dinamizar estos procesos. No tienen ideas, ni tampoco la energía necesaria para activar los recursos de la comarca. ¿Para qué sirven entonces?
Tranquilas todas, que en Ponferrada, a falta de «institutos chiringuito resultones», seguramente el triunvirato gobernante resuelva todo con dos concejalías de nueva creación; que podrían ser una dedicada a contar días de sol y otra a contar los días de lluvia. Vamos a dar un detalle que nos ha llamado la atención: más de 300 personas de media se pasean por las Médulas todos los días, según certifica alguna contabilidad de ventanilla; ¿serán las que echamos de menos a diario en las zonas comerciales?, ¿no podrían incentivarlas para que también las visiten? Es tal la pasividad en la que nos hemos sumergido, que hasta las ayudas a la formación que año tras año se convocan como talleres de empleo, para que a ellas acudan los ayuntamientos, se dejan pasar alegremente por no cumplimentar un par de papeles, según cuenta IU en Cacabelos. ¿Por qué será?
No estaría mal despertar del letargo opiáceo que produce la espera de esas mil veces prometidas y comprometidas soluciones para el desarrollo. Vamos bercianas, ¡se puede!