[ZASCAS] A Morala le entra el vértigo y Vox le dobla el pulso
El alcalde de Ponferrada cede a 24 horas del pleno a las pretensiones de Vox, le otorga las concejalías que hasta ahora le había venido negando y después las deja en suspenso.
La astracanada se instaló este martes en el Ayuntamiento de Ponferrada. Cuando parecía que se encaminaba hacia un equipo de Gobierno tripartito (si es que no lo era ya), Marco Morala decidió con nocturnidad desconvocar el pleno de presupuestos y dejar sin efecto las delegaciones de Cultura y de Formación y Empleo que había otorgado por la mañana a los concejales de Vox, volviendo a la casilla de salida. La maniobra no disipa, sin embargo, la impresión de que al alcalde le han doblado el pulso.
A Morala le falló el cálculo cuando pensó que aplicando la misma fórmula jesuítica (ya saben: no se puede fumar mientras se reza, pero se puede rezar mientras se fuma) que Gloria Fernández Merayo utilizó con la entonces portavoz de Ciudadanos Rosa Luna contentaría a los representantes de Vox. Pero Patricia González y Gerardo González le salieron respondones y cuando comprobaron informes en mano que la creación de los prometidos institutos era inviable –a pesar de las reiteradas declaraciones del alcalde afirmando lo contrario– decidieron apostar fuerte e ir a por todas.
Parece que al alcalde le entró el vértigo y ni siquiera tuvo en cuenta otras posibles alternativas. Que las hay. Una es negociar con el PSOE de Olegario Ramón, solución comprensiblemente incómoda tanto para él como para sus socios de Coalición por El Bierzo. Y la otra seguir tensando la cuerda para ver hasta dónde llega Vox. ¿Sumaría sus votos a los socialistas para tumbar las cuentas en el pleno sabiendo que eso implica el fin de sus jugosos sueldos?
En caso de no haber acuerdo con Vox, la única salida para los presupuestos pasaría por someterse a la cuestión de confianza. Una opción que parecía abrirse paso incluso entre algunos miembros de su equipo como la menos arriesgada. ¿Se atrevería Vox a devolver la alcaldía a los socialistas? Pero a Morala, como en su día a Gloria Fernández Merayo, le entró el vértigo ante esta posibilidad y prefirió ceder a las exigencias de sus interlocutores.
A última hora se desdijo, al menos temporalmente. Pero quedan muchas cuestiones por aclarar en torno a esta negociación de la que por ahora tan solo ha trascendido la versión de Vox. Por ejemplo, ¿desde cuándo conoce el alcalde esos informes que cuestionan la viabilidad de los tan manoseados institutos? No vaya a ser que haya venido manteniendo contra viento y marea la versión de que sí era posible a sabiendas de que no lo era. Y otra, ¿la portavoz de Vox formará parte de la Junta de Gobierno Local? Porque ella no lo ha desvelado y el alcalde –sin duda quien más tiene que explicar en este asunto– se mantiene en silencio.
A falta de esas explicaciones, la marcha atrás de Morala acaso signifique que ha reflexionado sobre aquello que nos enseñó Plutarco: «Los dioses ciegan a quienes quieren perder». Pero que nadie se engañe, en el fondo la cuestión sigue siendo la misma y la cancelación del pleno de este miércoles tan solo servirá para ganar tiempo y aplazar una decisión clave para el futuro del Gobierno municipal.