[PAJARITOS Y PAJARRACOS] Morala, uno de los suyos
XAN DAS VERDADES | A uno le repugnan las afrentas y Morala, en su condición de mancillado, atrajo mi simpatía. Incluso celebré su designación de candidato por el PP al Ayuntamiento de Ponferrada. Ilusoriamente, pensé que con él se ponía fin a los candidatos del PP serviles con la rapiña.
Ahora ha debutado con guión propio en el lado oscuro y se ha retratado para los restos, salvo que reflexione y haga del error arrepentimiento a toda pastilla. Con todo, me resisto a echar a los leones a un cofrade que hace menos de un año aún distinguía bien el capirote del klan del suyo nazareno.
¿Será una amnesia pasajera, el síndrome del plató a la carta o una imperativa orden partidista? Adivinen. Lo único seguro es que la abducción está en marcha. Un chasco monumental el de este cristiano del que pensamos que era de los nuestros, de los que no se arrastran, pero que tras posar con la reina de las golosinas mediáticas nos deja claro lo bien que se le da cambiar de capirote.
La política causa estragos cuando mete en el fregado profesionales urbanos con el perfil del que nos preocupa. Antes de otorgarle tanto crédito moral de Morala, tenía que haber reparado en una cuestión cardinal que lo supera por mor de la biología. Me explico: la sucursal de Génova que nos pastorea desde Pucela promociona un biotipo de triunfador de secano del que Morala es su paradigma de regadío.
Vean, si les queda alguna duda, la congregación donde profesa: San Herrera del triste recuerdo; Beato Silván del silbando me quedo; Fray Fernández del silente escaqueo y el nuevo Prior Mañueco de la continuidad continua. Les faltaba un lego de su misma tipología para cubrir la portería de un Ayuntamiento complicado, y nadie mejor que Morala metido en cintura.
Centrado el nexo político morfológico que causa furor en los dominios de Pucela, cabe reparar en la vergonzante querencia de estos píos adoradores del becerro de oro. Ya que sin otro mérito que aburrir a la cabaña ovina, se las han pintado para enriquecer y apalancar durante más de dos décadas a un fulano innecesario.
Don Marco, en confianza, usted sabe perfectamente por qué no fue Alcalde de Ponferrada en el anterior mandato. Una verdadera pena, por otra parte; lo habría hecho mucho mejor y evitado padecer a la insufrible doña Gloria. Al grano: a usted le puso el veto quien todos sabemos menos, al parecer, usted mismo.
Puede que le guste ofrecer la otra mejilla para que le partan la cara con una nueva hostia
También sabe que sus señoritos tragaron como bellacos con la imposición, no quedándole otra que fastidiarse y rumiar el agravio. Le dejaron en la estacada por una razón de cajón: el sátrapa desconfiaba que usted se dejara manejar a la medida de su insaciable voracidad.
Y ahora nos sale con esta cantada. Nadie pretendía que usted fuera en la corporación municipal un ariete contra la ignominia del mentado, se esperaba que haciendo gala de dignidad y coherencia mantuviera una sanitaria distancia con los apaños e intereses de autor de tamaña canallada. Pero no somos los llamados a decidir sus ventoleras, si acaso a reprocharlas.
Bien, pues esa esperada postura la arruinó con un tuit baboso y una foto para el mal recuerdo. Lo malo es que la pasada no solo es de una lenidad incomprensible, sino una torpe inoportunidad; le diré el porqué.
Más pronto que tarde, el PP tendrá que quitarse de la chepa al tóxico personaje cada día más incómodo para sus intereses. Gran parte de la nómina pepera sigue cautiva por la manga ancha que un día tuvo con quien ahora les puede arruinar la carrera. Lo que no es el mejor escenario para seguir cambiando titulares amables por favores económicos.
No se equivoque Morala, la suerte de ese Titanic esta echada, y la música de su orquesta mediática solo puede aliviar la espera, pero de ninguna manera taponar la incontenible vía de agua causada por el iceberg de la corrupción.
No se está por casualidad implicado en tres de las mayores causas contra la corrupción de España; y si coincide que el mismo paisano copa los asuntos más turbios y espinosos del ayuntamiento de Ponferrada, el margen para darle cuartel público, señor Morala, se les estrecha.
Claro que igual me cuelo y a usted lo que le va es la marcha y, estando como siempre ha estado cercano a los pasajes bíblicos, puede que le guste ofrecer la otra mejilla para que le partan la cara con una nueva hostia. Si es así y le va la copla, a disfrutar que son dos días.
Finalizo con una sentencia impepinable: En el Partido Popular de Castilla y León no aflorará un líder que merezca la pena mientras siga cautivo del lamentable personaje que lo tiene hundido en el total descrédito ético. Tome nota Morala, y cambie de brújula que la que maneja marca el norte equivocado.