[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Difícil de entender
LAS GATAS | Hay comportamientos, actitudes y visiones de la realidad que resultan difíciles de entender. Por ejemplo, la creación de un muelle de ocasión para que puedan llegar, por mar, alimentos y medicinas a la franja de Gaza y aliviar la hambruna, la desnutrición y las enfermedades que sufre su población, que está siendo masacrada ante los ojos y la indiferencia de medio mundo, precisamente del mundo que, nos gusta decir, es el mundo civilizado.
Hace un par de días los periódicos y las televisiones se hacían eco de la “buena nueva” y nos trasladaban la imagen tierna y dramática del barco español “Open Arms” portando unas pocas toneladas de material de primera necesidad, que a buen seguro no serán suficiente para aliviar las carencias brutales con las que viven y mueren los gazatíes. «Irán más», se dirá; probablemente, pero ¿por qué ahora, y por qué así?.
Bien por el barco español, que goza de un merecido prestigio en su trabajo en el mar, pescando vidas a la deriva para salvarlas de una muerte injusta y atroz. Y llegado un momento, se alejaba en la imagen de los medios, al tiempo que emergía una pregunta que nosotras no somos capaces de responder: ¿Era necesario construir un muelle, cuando por carretera se podían hacer llegar camiones que han estado en las puertas de los pasos fronterizos durante semanas sin poder cruzar?. ¿Por qué la pantomima del muelle que ha apoyado EE.UU. y al parecer también Israel, después de tolerar durante meses la muerte de hombres mujeres y niños inocentes y consentir la degradación más absoluta de la vida en la franja de Gaza.
Y, ¿por qué?, esa indiferencia calculada de la mayoría de gobiernos de la Unión Europea volcada en su apoyo a Israel, silenciando la masacre diaria de miles de personas. ¿Qué razones pueden llevar a mantener un comportamiento que falta no solo a las leyes de la guerra sino a los principios de humanidad más elementales?. Para “Biden” y sus elecciones, tal vez, la necesidad de lavarse la cara ante un electorado que puede reprocharle que su país haya vetado tres veces una resolución de la ONU para conseguir un alto el fuego. Para Israel, tal vez, la conveniencia de blanquear un poco una imagen que, por sus actos, recuerda las acciones del monstruo que cometió el genocidio del pueblo judío. No es lo mismo dirán algunos….. Nosotras nos hemos documentado un poco y, por ejemplo escuchado las reflexiones de Tomás Duplá, un español, experto en la materia, que recientemente dio una conferencia en la Universidad Popular sobre la guerra en Oriente Medio (https://youtu.be/PMmoUheP2YE). Las conclusiones son aterradoras y, si Dios no lo remedia, parece que el destino de los palestinos es la extinción; como si fueran una rara variedad apestada de la especie humana, de la que podemos desembarazarnos sin que nos afecte; sin sentir que ellos y nosotros somos uno. Sin entender que su destino y el suyo está ligado por los lazos de hermandad de todos los seres humanos.
Y así estamos, con pocas voces discrepantes como la de Josep Borrell, (“chapeau” por Vd.), la del secretario general de la ONU Antonio Gutierres, cuya dimisión a sido pedida por Israel en una reunión del Consejo General de esa organización y el presidente español Pedro Sánchez que ha comunicado su intención de reconocer el estado palestino en esta legislatura.
Y, salvando todas las distancias, la voz de las gatas del callejón, que desde la modestia más absoluta sentimos y pensamos que no es posible asistir en silencio a estas acciones de destrucción masiva del pueblo palestino.
Bercianas, recordar aquel poema escrito por un pastor alemán, una de cuyas estrofas reza: “Cuando vinieron a llevarse a los judíos no protesté, ya que no era judío…”. Y si hoy cambiáramos la referencia al pueblo judío por la del pueblo palestino, ¿no es verdad que tendría el mismo significado?.