Una nueva central hidroeléctrica amenaza con asestar «un golpe mortal» al río Cabrera
Cuatro asociaciones y numerosos vecinos presentan alegaciones contra el proyecto que pretende instalarse en Losadilla.
Una nueva amenaza en forma de proyecto hidroeléctrico se cierne sobre el río Cabrera. En esta ocasión se trata de una central hidroeléctrica en la zona alta del valle, en la población de Losadilla, con un proyecto que pretende represar el Cabrera y su afluente el arroyo Pedro para extraer la mayor parte de su agua por unas tuberías a lo largo de 1,4 kilómetros hasta llevarla a una turbina para la producción de electricidad.
Las asociaciones Cabrera Despierta, Cabrera Natural, Ríos con Vida y ARBA, entre otras, están presentando alegaciones al proyecto, además de las múltiples alegaciones individuales llevadas a cabo por los ciudadanos de la Cabrera. «Sus gentes son conocedoras del patrimonio natural que les rodea, lo defienden y saben que es la mejor garantía que tienen para promover un desarrollo sostenible de la zona», destacan desde las organizaciones opuestas a esta iniciativa empresarial.
Entre los argumentos que se esgrimen para justificar el rechazo a la central se subraya que los caudales ecológicos que se quieren dejar en el río en ese tramo «son exiguos, un insulto y golpe mortal al río». En este sentido, explican que el turbinado «se haría vaciando ambos embalses que se originan tras las presas en ambos ríos, por lo que el caudal aguas abajo de la turbina sería totalmente intermitente e irregular, es decir, escasísimo mientras se llenan los dos embalses, y elevadísimo al vaciarlos para la generación de electricidad».
«Esta desnaturalización de los caudales, ya desde esta zona de cabecera, se dejaría notar en toda la longitud del rio, y tendría un efecto devastador en su biología, incapaz de adaptarse a cambios de caudal diarios tan bruscos. Degradaría el río para siempre, y todo para producir una pequeña cantidad de electricidad en un mercado eléctrico sobredimensionado como es el español, eso sí, para el enriquecimiento de una sola persona, el promotor», detallan.
Un río en el punto de mira de la industria renovable
Las asociaciones expresan su preocupación porque «parece que la industria de la energía renovable quiere convertir todo un valle salvaje de más de 60 kms de longitud en un inmenso polígono industrial, y todo en nombre de la transición energética verde y de la lucha contra el cambio climático». Sin embargo, apostillan, «la realidad es que la preservación de los ecosistemas funcionales fluviales y boscosos presentes en La Cabrera son el mejor aliado para la adaptación al imparable cambio climático que ya estamos viviendo».
Desde la aparición en 2020 de los fondos Europeos Next Generation, destinados a cubrir el 100% de los gastos de los proyectos de energía renovable aprobados por la administración, el río Cabrera está en el punto de mira de grandes empresas energéticas. «Todo el valle es una joya que ha llegado muy intacta a nuestros días, patrimonio de todos, y sobre el que habría que priorizar su conservación para las generaciones futuras», advierten.
Precisamente es ese gran valor natural, señalan estos colectivos, es lo que ha despertado «la codicia de la industria renovable, que ha proyectado ya una mega central hidroeléctrica reversible que devastaría por completo el curso medio del rio y su valle, multitud de parques eólicos en sus cumbres, con sus líneas de evacuación, y una central hidroeléctrica en uno de los afluentes del Cabrera, el arroyo de la Sierra de Odollo. También hay que nombrar el atentado que suponen las escombreras de las explotaciones de pizarra , que en algunos casos como en Odollo , llegan al propio cauce del río».