[LA PIMPINELA ESCARLATA] Ponferrada, la Facultad de Medicina y mi persona
EDUARDO FERNÁNDEZ | Hay gente que ha esparcido por el mundo credenciales de democracia y legalidad y que aguanta muy mal el escrutinio, unas veces de la opinión pública, y otras de la judicatura. Mi persona, que es la forma pomposa con la que Sánchez se designa a sí mismo porque aún no se atreve con el plural mayestático Nos, ha decidido enviar al universo. Me consta que hay varias galaxias conteniendo el aliento por su futuro y el de los pobres mortales si nos abandona, aunque vamos a apostar el salario de un año a que no. Es una carta de la pupita que le hacen los malos, una carta plagada de errores gramaticales que demuestran cuando hay todavía que hacer para mejorar el manejo de la lengua española, de la ciudadanía en general y de los políticos en particular. Su forma de puntuar es, como la gestión de su gobierno de los latifundios del franquismo, manifiestamente mejorable.
Pero no resulta su carencia absoluta de estilo -no iba a tener más estilo literario que estilo al manejarse por la vida- el problema principal. Yo no creo que judicializar la vida política sea precisamente signo de una democracia de calidad. Claro que tampoco me parece signo de una Universidad de calidad colocar al frente de una cátedra para hacer recomendaciones por escrito a alguien que no tiene siquiera un título de grado.
Pero cuando otros deciden hacer uso de los mecanismos que la ley prevé y los jueces comienzan a actuar, sí que es signo de una democracia de calidad no caer en la paleta, salvo que tengas muy poca confianza en la acción de la justicia o mucho temor por las cosas que no se saben. Sinceramente no creo que sea el caso; en mi opinión este presidente del gobierno es con diferencia el peor de la historia y eso que en la convulsa historia española los ha habido de escasa altura moral, y me estoy refiriendo únicamente a los de los períodos democráticos, los otros no puntúan siquiera.
Durante el tiempo que estuve en política me cayeron nada menos que once denuncias, algunas tan pintorescas como por injurias y calumnias a toda la profesión médica. Y también otra de uno de esos grupos que se autoconcede la sacrosanta misión de limpiar España, como el que parece haber denunciado a la mujer de Sánchez. El de ella es Manos Limpias, el mío fue Batas Blancas. Fue extremadamente desagradable, y tal como estaba la justicia española y sigue estando, tardaron exactamente catorce meses en archivar el procedimiento por ser falsa la denuncia. Algunos están esperando que el de la mujer de Sánchez se archive antes de empezar y rapidito, que mi persona está un poquito afectadito. Pues a gobernar, que es para lo que le habían elegido en ese heterogéneo bloque de socialistas e indepes, a victimizarse menos en un país en el que todavía sigue habiendo muchas víctimas reales a las que ya no se recuerda y a venir llorado de casa, aunque la casa sea La Moncloa. Porque hay muchas cosas de verdad de las que ocuparse.
Por ejemplo, de financiar adecuadamente a las universidades españolas, que el año pasado aprobaron la ley y ahora se dan cuenta que van a tener que poner dinero. Menos mal que sale al quite Olegario Ramón pidiendo que sea la Junta de Castilla y León la que financie la Facultad de Medicina.
Opinaba Voltaire que el arte de la medicina consiste en mantener al paciente en buen estado de ánimo mientras la naturaleza le va curando. Aunque sea así, hacen falta médicos. Muchos más. Porque no es verdad la espuria frase atribuida a Alejandro Magno de que moría debido a la ayuda de demasiados médicos.
Pero a Olegario se le olvida decirnos si la pasta la pide para León capital, porque eso es lo que tienen en mente los que piden la Facultad para León. En esto llega tarde y llega mal.
Tarde porque hace ya unos cuantos meses, cuando empezó el curso, que Morala, para fastidio de todos los que tienen orquestada la campaña leonesista de la Facultad de Medicina, ha reclamado que se pongan aquí también esos estudios cuando se le concedan a la Universidad de León. Claro, los mismos que cuando se aprobó el Grado en Nutrición y Dietética votaron para quitárselo a Ponferrada e implantarlo en León, se han inventado el rollo de que algunos estudios de Medicina habrá en Ponferrada, que todos tranquilos.
Pero, inasequible al desaliento frente a esa gente que cree que en El Bierzo somos todos unos pueblerinos que no nos enteramos, como gritan en el fútbol, Morala ya anticipó que no valían las prácticas ni el MIR, que lo que quiere son cursos reglados de grado. Olegario, como le han colado la moción sus colegas de León, no ha tenido esto en cuenta para explicar por qué hay que votar en Ponferrada pedir financiación para León capital.
Lo segundo es que además de llegar tarde, llega mal, porque de la Facultad de Medicina se habla mucho en los medios de comunicación y la campaña electoral rectoral, pero todavía no hay solicitud en firme como hay que hacerla, con una memoria para que la agencia de calidad la evalúe. Y se da la circunstancia de que la agencia de calidad es un órgano externo a la Junta y que la comisión que analizará lo que se pida para la Universidad de León en Medicina estará compuesta por gente que es, no ya ajena a la Junta, sino de fuera de Castilla y León, y también se da la casualidad de que son profesores de Medicina, qué algo de esto sabrán. Probablemente no sepan nada y ya se lo aclarará el experto en la tramitación de las nuevas titulaciones universitarias Olegario Ramón en dos tardes, que es lo que tardaron en explicarle economía a Zapatero.
Resumiendo, que Olegario Ramón pide que en el Ayuntamiento de Ponferrada se vote para mandar pasta a León de algo que todavía no está ni solicitado. No se lo pueden poner más fácil a la Junta por tocar de oídas e intentar ganarse un titular. Mientras tanto, lo que es de aquí y lo que es urgente, si eso ya, para cuando mi persona deja de sentirse deprimidito.