Roldán activa el expediente de regulación de empleo por la falta de suministros
La mitad de la plantilla de la factoría de Santo Tomás de las Ollas dejará de trabajar a partir del 1 de mayo.
La compañía acerera Roldán activará a partir del 1 de mayo el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) firmado a pasado mes de marzo con el comité de empresa, que en principio afectará a la. mitad de la plantilla y de forma paulatina se irá aplicando al resto hasta alcanzar a los 400 empleados de la factoría de Santo Tomás de las Ollas.
La empresa alega que la huelga de los empleados de Acerinox en Cádiz, que se acerca ya a los tres meses de duración, está provocando dificultades en el suministro de materia prima, sin que los intentos para sustituirla por la servida por otros proveedores haya obtenido el resultado apetecido al no reunir las características adecuadas para la producción. En principio, la duración de esta primera aplicación del ERTE será como mínimo de un mes.
El nuevo ERTE mantiene los mismos criterios que el anterior, aplicado durante el último año. Los trabajadores percibirán el 85% del salario, aunque solo durante los primeros 80 días de vigencia después el porcentaje irá descendiendo hasta el 75% a partir del día 120 de aplicación. El período de vigencia será de un año, desde el 31 de marzo de 2024 al 30 de marzo de 205.
La novedad es que en esta ocasión el expediente va acompañado de un acuerdo –firmado en un documento aparte– para establecer una bolsa de horas de horas de trabajo, precisamente la medida que encendió la mecha del desacuerdo en la planta de Acerinox en Los Barrios (Cádiz), que acumula ya 80 días en huelga por la negociación de un convenio colectivo en el que la acerera pretende poner este sistema de flexibilidad cuestionado por los sindicatos.
La aplicación de la bolsa de disponibilidad permitiría de forma voluntaria que los trabajadores no entren hasta un máximo de 30 días al ERTE a cambio de recuperarlos en momentos de producción y evitar perder jornadas de paro. Roldán alega que esta medida «es positiva para las partes». Sin embargo, seis de los trece miembros del comité de empresa (cinco de CCOO y uno de CGT) rechazaron firmar el nuevo ERTE, que contó con el apoyo de las otras cuatro centrales sindicales (AITAR, USO, CSIF y UGT) que suman siete votos en el órgano de representación de los trabajadores.