[TRIBUNA] El esperpento del Ayuntamiento de Ponferrada con la ZBE
COMITÉ PCE BIERZO | Los últimos acontecimientos en el Ayuntamiento de Ponferrada se aproximan a la deformación de la realidad en su forma más grotesca, aquello que se denominó esperpento. Una muestra más de que las ingratitudes de que la infantería del Régimen, PP y PSOE, se revela en cada rincón del país y en cada toma de decisión por trivial que parezca.
Situando los antecedentes, el anterior Gobierno municipal del PSOE con sus muletas entonces, solicitó una subvención de 2,4 millones de euros con cargo a los fondos Next Generation para establecer una zona de bajas emisiones (ZBE) en Ponferrada, dotada con todo tipo de opulentas modernidades para lo que es una simple restricción del tráfico. Algo que cuestiona per se al destino de los fondos y a la propia UE, que en lugar de dedicar recursos a eliminar la decadencia económica de la Comarca invierte en barnizarla con una capa futurista. Pero la realidad es que la subvención está concedida y, en parte, ejecutada.
Cuando el PP junto con VOX y Coalición por El Bierzo llegaron al gobierno municipal, sufrieron un arrebato de populismo de barra de bar en el que se decidió eliminar esta medida. La cortina de humo sería el deterioro del comercio local, algo inconexo con la realidad, a todas luces ahogado por la destrucción del tejido productivo, el cambio de hábitos de consumo y la consecuente despoblación. En esta tesitura, el celestino Iván Alonso, otrora valedor de la ZBE, traicionó por primera vez la propuesta aprobada con el PSOE cuando eran estos quienes financiaban el sustento, y demás prebendas institucionales, del líder de Coalición. Pero la jugada salió mal porque a Morala (–inciso- es abogado) le costó unos meses darse cuenta de que eliminar la ZBE suponía perder la subvención. O quizás lo sabía y mintió. Así que cambiando la terminología se embarcó en ‘la modificación’.
No iba a ser Iván Alonso el último en bajarse de otro barco hundido y decidió acompañar al PP en el nuevo viaje. Una traición más, está vez a los votantes que le confiaron la eliminación de la ZBE. Pero el divorcio de Morala y VOX abrió un tercer escenario. Los números para la modificación no dan y ahora los de Ramón vuelven a tener la llave y la usan para poner en la mesa 12 tibias enmiendas a la nueva Ordenanza de Morala. En los sustancial no cambian nada, pero en la democracia burguesa (liberal o superficial) el contenido es lo de menos y el espectáculo es lo que cuenta. Así que, PP y Coalición, perdieron el órdago y ahora lo que está en la mesa es la devolución de 2,4 millones. Algo jubilosamente celebrado por VOX, quienes ya han demostrado que no les importa ni lo más mínimo quién va a pagar la factura.
¿Es culpa del PP no aprobar la Ordenanza del PSOE? ¿Quizás es culpa del PSOE por no apoyar la Ordenanza del PP? ¿Se podría haber llegado a un acuerdo? ¿Existe algo de coherencia en Coalición? Son preguntas sin respuesta ni importancia. Lo único tangible es que las familias trabajadoras de Ponferrada tendrán que costear la ineptitud del bipartidismo y sus marcas blancas.
Y junto con esta factura podrá llegar también la del Mundial de Ciclismo, otro chiringuito –esta sí que es buena– montado por un Gobierno de exmilitantes del PSOE y exmilitantes del PP.
Este proceso esperpéntico no sólo deja claro que la capacidad de transformación de las instituciones está limitada, también reafirma los turbios intereses de los representantes locales del bipartidismo, que no se detienen ni por la acuciante decadencia de El Bierzo.