[EL PROTECTORADO] Prada, Yasodhara, Temboury y otros bercianos de pro
AL RAISULI | La movida leonesista evidenció de nuevo que las aspiraciones e intereses del Bierzo no se tienen en consideración al otro lado del Manzanal. Tienen claro que vamos incluidos en el paquete; mejor dicho, en cualquiera de los paquetes territoriales que se les ocurren a los mandarines de esa meseta, tan próxima en lo geográfico como lejana en lo emocional, que vierte al Duero.
Es curioso, todos dan por sentado que les pertenecemos como si fuéramos la pareja cautiva de un matrimonio infeliz pero indisoluble. Y tiene bemoles la cosa cuando aquí los leonesistas son escasos como los osos pandas y los castellanistas extintos como los mamuts. Pasado el calentón queda constatado que, si no espabilamos y tomamos el timón de nuestro destino, las decisiones, siempre malas, vendrán impuestas para mayor desgracia de los bercianos.
Solo nos llegan malas noticias del poder foráneo. La simple valoración de dos de ellas, a cada cual más perversa, injusta y descerebrada, nos coloca ante la realidad de un Bierzo al que se le mea encima simplemente pidiendo el permiso afuera. Me refiero a esa línea de evacuación eléctrica que machaca salvaje e innecesariamente el territorio desde la Maragatería al Montearenas para verter la corriente que no producimos ni necesitamos; todo porque Redia le hace pagar a nuestra esplendida naturaleza sus carencias de planificación e infraestructuras, y porque no decirlo también de sensibilidad y escrúpulos.
Y me refiero también al regalito envenenado, del que repugnan en cualquier lugar del mundo, del desguace de baterías que pretenden emplazar en el peor de los peores sitios posibles: en la cabecera de las aguas de un el depósito sedimentario ultra permeable de una fosa tectónica; increíble pero cierto. Es otra de las ingratitudes de esa Endesa insolidaria y vengativa que mereciendo ser declarada non grata en el Bierzo, aspira a ser seleccionada como ejemplo destacado cuando se escriba la Historia Universal de la Infamia Empresarial.
Por eso no se entiende que la Ciuden, tan cucos como ignorantes, meta el soplete en la herida y con honores y loores haga poseedora de sus méritos a quien nada heredó del señorío de la Endesa auténtica. Son las cosas de Yasodhara que, con nombre de monja budista y hechos de monja clarisa de Belorado, ya apuntó maneras inequívocas con la adquisición de un ferrobús para desgraciar, antes de empezar, al proyecto del tren histórico Ponfeblino.
Claro que si lo de la exposición permanente de Endesa se le ocurrió a Yasodhara a pachas con su inefable paisano Temboury cualquier disparate es posible. Aunque disparate, disparate el de los que con su presencia, siendo electos por los ciudadanos, dieron cobertura a esa mascarada; y asistieron complacidos tras de haber sido engañados y usados en el Plan Futur-e, a sabiendas de que todo era un patraña como previamente había dejado constatado en Roma el CEO Bogas.
Lo de Temboury da para una buena reflexión sobre los traidores a su patria sin intención de serlo, esos que lo hacen por obligación y después no les ofrecen más salida que el sonrojo. Y lo de Yasodhara da para otra sobre las maneras de perder el tiempo en los entes públicos con juegos florales, en vez de emplearse en encontrar solución y rumbo cierto a ese navío llamado Ciuden, encallado en la ineptitud y lastrado por el autobombo y el exceso de tripulación.
Y como las vísperas de las vacaciones veraniegas propician las perrerías para coger al personal desmarcado, no podía faltar a la cita del desconcierto un particular con ínfulas de gurú e incoherencias de cantamañanas. Vale que en su delirante egomanía se refiera a sí mismo en tercera persona; pase que con su proverbial morro meta las manos en tu plato y se lleve una tajada a la boca mientras elogia lo cojonuda que está la comida que te va a cobrar; sálvese que tunee de un insufrible kish sus gloriosas aportaciones a la humanidad.
Todo sea por su particular derecho a beneficiarse y experimentar que hasta la mierda es un manjar si millones de moscas lo constatan. Lo que no es de recibo es que se pase de la raya y trate de vender la mercancía falsificada en cuestiones cardinales. La contaminación paisajística es contaminación paisajística y punto. Tanto da una placa solar como un cartel hagiográfico y en eso no valen excusas, justificaciones ni excepciones.
Confío en que sabrá poner coto a su cagada quien públicamente se opone a lo mismo que ahora fomenta. ¿Se imaginan un Bierzo infestado de carteles?