[CRÓNICA] A favor de el El Bierzo
XABIER LAGO MESTRE | A la mayoría de los ciudadanos nos gusta la política, ahora bien lo peor de ella es cierta lucha partidista de baja calaña por protagonismo mediático o para arañar unos votos al contrario. Ejemplo de esto es la nueva polémica por la contracción o no de la expresión de El Bierzo. Recordamos que ya en 2013 la Real Academia Española dictaminó sobre el tema, en contra de los intereses bercianos. A saber, según ella, hay que contraer y poner el artículo en minúscula. Convendría saber el origen y las funciones de dicha RAE. Institución real creada en 1713 en una coyuntura política de supresión de los fueros y lenguas de ciertas regiones peninsulares por la fuerza militar. La RAE tiene la función de uniformizar la lengua castellana en todos los ámbitos, lo que también implica expansión territorial sobre los otros idiomas.
No deja ser raro que se pida un informe sobre este problema gramatical a una institución foránea, la dicha RAE, mientras que no se consulta a los bercianos. Nuestros políticos siempre han sido muy servilistas a los poderes lejanos. ¿Será esto miedo a su propia autonomía?. Esta política dependiente evita el diálogo berciano, ante una decisión que toman en León, Valladolid o Madrid. Bien, nosotros apostamos por nuestra capacidad de decisión, por eso estudiamos este tema desde el punto de vista histórico por si les sirviese para algo a los indecisos políticos.
En 1486 los Reyes católicos conceden la provincia de El Bierzo. Desde esta fecha comienzan a aparecer documentos con la expresión “de El Bierzo”, por supuesto que hay otros con la referencia contractuada. En ese año leemos, “alcalde mayor de la villa de Ponferrada y de la provincia de El Bierzo” (AGSimancas). Seguimos en 1525, “e es camino real fragoso e estrecho e no ay otro camino por donde pasar para El Vierzo por uno e otras mercadurias” (J. Uria Maqua), en este caso en mayúscula. Cuando se habla del puente de Cacabelos (1524), “que dará seguridad bastante a esta provincia de´El Bierzo” (AGSimancas).
Cuando Ponferrada, en 1567, se queja del centralismo de la capital leonesa se escribe “que los Alcaldes mayores de esta Audiencia del Adelantamiento de León no puede hacer justicia de los negocios que se ofrecen en El Bierzo” (J. Maria Luengo, Promesa, 1954). Con el siglo XVII las actas de las Cortes de Castilla (1607-1611) recogen “ciudad de Astorga y provincia de Ponferrada y El Bierzo”, con mayúscula claro.
Pasamos al siglo XVIII, y estudiamos los censos fiscales. El Catastro de Ensenada parece claro, Carracedo “en el partido de el Vierzo”, Dragonte merindad de Corullón, provincia de el Vierzo” (1752), y “Villafranca de el Vierzo”, El Acebo “nombre es conocido en esta provincia de el Bierzo”. Documento de 1748, “el Real Valle de Ancares, abadía de Espinareda y todos lo de esta provincia de el Vierzo”, y valle de Fornela, “pasan pescados, aceyte y otros géneros de parte a parte a los Reynos de Castilla, provincia de el Vierzo y otros” (1749) (Historia de El Bierzo, DdL, T.9).
Cuando se elabora el famoso mapa de la provincia de El Bierzo (1786), de Tomás López, este cartógrafo pide información a los bercianos. El corregidor de Ponferrada le contesta sobre “las villas y lugares que comprende esta Provincia de el Vierzo” (1770). Por su parte, el arcipreste de Bembibre le indica “villa de Bembibre es como una hermosa Antesala de la Provincia de el Vierzo”. Francisco Datoli escribe el “Informe sobre la posibilidad de establecer fábrica de armas en El Bierzo” (1797, Archivo militar Segovia).
En la documentación eclesial encontramos las referencias a nuestras Vírgenes. Una estampa del santuario de la Peña de Congosto (siglo XVIII) aparece “está sobre las Aguas del Sil I es patrona de la Provincia de el Vierzo y sus montañas”. En otro grabado de Manuel Sutil (1797) leemos “milagrosa imagen de la Madre de Dios que en la villa de Ponferrada, venera por su patrona la provincia de el Bierzo”. Incluso en el Museo nacional de Santiago de Chile se encuentra un cuadro que incorpora el texto “patrona de la villa de Ponferrada, capital de la Provincia de El Vierzo”. También tenemos los apeos realizados por el monasterio de Samos en “Villadepalos e otros de esta Provincia de el Bierzo” (1747). Cuando Ponferrada quiso conseguir su colegiata redactó un Memorial que contiene “villa de Ponferrada, capital de la provincia de el Vierzo” (1775).
En el siglo XIX se impone más la lengua castellana en la escritura, por mor de las políticas liberales en la enseñanza y la burocracia y los dictados de la RAE. Por eso escasea lo visto en los siglos anteriores, aún así leemos, en marzo de 1808, “Junta de Gobierno, armamento y defensa de la Villa de Ponferrada y su provincia de El Bierzo”. También surgen los topónimos Ponferrada del Vierzo o Bembibre del Vierzo. Incluso abundan las referencias a la región del Vierzo, que en el siglo XX se reservan para la comarca. Cambios favorecidos por el poder político y académico de la RAE.
Hemos fundamentado la falta de contracción de El Bierzo y la utilización de la mayúscula en la historia berciana. Por supuesto se imponen en la documentación los dictados de la RAE, de ahí que los escribanos y notarios pasasen el examen de lengua castellana cuando ejercían sus oficios a lo largo de estos siglos. A los inseguros políticos bercianos que tienen dudas con el mencionado debate les indicamos algo más. Las leyes regionales que aprueban la Ley de la Comarca de El Bierzo (1991 y 2010) oficializan la expresión de El Bierzo, ¿deberían cumplir estas dos leyes?.
Los bercianos gallegohablantes hemos visto el nulo respeto por nuestra toponimia tradicional. Son los casos de las castellanizaciones progresivas del río Valcarcel, Valcarcer, Vega de Valcarce, Barjas, Sotogayoso, Pereje, Cornatelo, etc. Hemos tenido que soportar la pérdida de nuestros artículos determinados en gallego de la toponimia (A Cabreira, A Somoza, As Médulas…). Nosotros creemos en la existencia del artículo toponímico tradicional visto y en el artículo de notoriedad, caso de El Bierzo que refuerza la existencia de nuestro topónimo.
Ahora viene la RAE madrileña a imponernos sus mandados gramaticales, eso sí, cuando quiere establece su relato toponímico alternativo, caso de El Escorial y el periódico El País, que mantienen su artículo en mayúscula y no contractualizan jamás. Conviene decir que el relato lingüístico de la RAE no siempre ha sido el mismo. Por ejemplo, en el “Esbozo de nueva Gramática” (1986) decían “la escritura suele suprimir también la contracción cuando el artículo forma parte de un nombre propio: La región de El Bierzo”. Hoy opinan de otra forma, “loucuras de vellos académicos”.