[TRIBUNA] Sanidad en El Bierzo: Entre el caciquismo, la privatización y el silencio culpable
PACIENTE IRRITADO | La situación de la sanidad en El Bierzo es insostenible. Atrapada entre el caciquismo, los intereses privados y la indiferencia de las autoridades, la salud pública de la comarca se encuentra en una grave crisis que no parece tener fin. Los problemas estructurales, la falta de recursos y una gestión que favorece a unos pocos en detrimento de la mayoría están socavando la confianza en un sistema que, cada día, deja más ciudadanos desatendidos y desesperados.
El cáncer del caciquismo y la sanidad privada
El caciquismo en El Bierzo ha permeado todos los ámbitos de la vida social y política, y la sanidad no es una excepción. En este contexto, el grupo Recoletas ha sabido aprovechar la oportunidad, expandiendo su influencia en la comarca no solo a través de la sanidad privada, sino también mediante una red de control social que incluye el patrocinio de equipos de fútbol y baloncesto, así como el apoyo a movimientos sociales y asociaciones de enfermos. Recoletas ha tejido una red que penetra en todos los rincones de la vida berciana, utilizando su poder económico para silenciar las críticas y consolidar su dominio.
El último en caer bajo esta influencia ha sido el Consejo Comarcal del Bierzo, que, lejos de defender la sanidad pública, ha optado por una postura ambigua ante la colaboración público-privada. En lugar de proteger el sistema público, ha permitido que la privatización avance sin oposición, apadrinando un plan de negocio basado en el miedo. La estrategia de Recoletas es clara: fomentar la idea de que solo a través de la sanidad privada se puede acceder a una atención de calidad y rápida. Y el Consejo Comarcal parece haber caído en esta trampa.
Un ejemplo claro de esta peligrosa deriva es la vergonzosa imagen de una furgoneta oftalmológica privada estacionada frente al Consejo Comarcal del Bierzo. Esta furgoneta, si nadie lo impide, recorrerá los pueblos de la comarca cazando a una vulnerable población rural mayor, empujándola a depender de un sistema privado que no garantiza ni la equidad ni la calidad del servicio. La sanidad pública ha sido relegada a un segundo plano mientras los intereses privados toman el control, con la complicidad de los poderes públicos y el silencio de los movimientos sociales.
La influencia del grupo Recoletas en El Bierzo ha sido sumamente efectiva. Han tejido una red de control social que abarca desde el patrocinio deportivo hasta las asociaciones de enfermos, logrando que prácticamente no existan apenas voces críticas ante este fenómeno. Conocen muy bien la sociedad berciana y han sabido utilizar su poder económico y social para neutralizar cualquier oposición a la creciente privatización de la sanidad en la comarca.
El trato preferencial: el verdadero «beneficio» de la sanidad privada
Lo más grave es que, en muchos casos, el único «beneficio» que obtienen los pacientes que acuden a la sanidad privada en El Bierzo no es una mejor calidad en el servicio, sino un trato preferencial en la sanidad pública. Esto es algo profundamente éticamente reprochable. Los mismos profesionales que trabajan en clínicas privadas también lo hacen en la sanidad pública, lo que genera un círculo vicioso: los pacientes que pueden pagar por consultas privadas son los que luego reciben una atención prioritaria en el sistema público.
Este trato preferencial en la sanidad pública a los pacientes que han pasado previamente por la privada perpetúa la desigualdad y margina a quienes no pueden permitirse acceder a la sanidad privada. Los más pobres, aquellos que dependen exclusivamente del sistema público, quedan aislados, sin la posibilidad de obtener la atención rápida y de calidad que deberían recibir por derecho. En lugar de garantizar una sanidad equitativa para todos, se está fomentando una división entre quienes pueden pagar por acelerar su atención y quienes quedan relegados solamente a las largas listas de espera del sistema público.
La expansión de la sanidad privada: ¿a qué precio?
La reciente inversión de 5,2 millones de euros en la instalación de una unidad de radioterapia en la Clínica Ponferrada, propiedad del grupo Recoletas, es otro claro ejemplo de cómo la sanidad privada está expandiendo su influencia en El Bierzo, muchas veces con recursos públicos. A través de conciertos económicos con la Junta de Castilla y León, parte de esta expansión se financia con dinero del erario público. Mientras tanto, la sanidad pública sigue enfrentando una falta crónica de recursos y una obsolescencia que impiden atender de manera adecuada a los pacientes.
El Hospital del Bierzo es un ejemplo claro de esta decadencia. Los pacientes se ven obligados a gestionar sus citas mediante correo postal, un sistema anticuado que no garantiza la transparencia en la gestión de las listas de espera. Además, la ausencia de dispensadores de turnos en las consultas genera caos y desorganización, sumiendo a los pacientes en la incertidumbre sobre cuánto tiempo tendrán que esperar para ser atendidos. Esta falta de modernización no solo afecta la experiencia del paciente, sino que también imposibilita una auditoría efectiva de la calidad del servicio y de los tiempos de espera, y siembra muchas dudas en algunos pacientes de como son citadas otros.
Gestores dudosos y el mal clima laboral
La falta de transparencia y la mala gestión de la sanidad pública en El Bierzo no son casualidad. Están directamente relacionadas con la incompetencia y los intereses de los gestores que han estado al frente del sistema. Un ejemplo claro es el caso de Alfonso Rodríguez-Hevia, exgerente del Hospital del Bierzo durante 11 años y actualmente gerente del Hospital de León. Su historial incluye su paso por la política como senador del Partido Popular (PP) y su relación con la empresa Herrero Brigantina, investigada por la Audiencia Nacional por un presunto fraude de 70 millones de euros.
Pero la mala gestión no se limita a la alta dirección. El clima laboral en el Hospital del Bierzo ha llegado a ser insostenible bajo la actual gerencia, cuyo «reinado de terror» ha generado un ambiente tóxico que ha provocado la desmotivación de los profesionales sanitarios. Esta situación ha disuadido a muchos profesionales de apostar por trabajar en la comarca, agravando la crisis de personal en un sistema que ya sufre una escasez crónica de recursos humanos. Si no se pone fin a este clima de miedo y presión, será imposible atraer y retener talento en El Bierzo, lo que solo empeorará la calidad de la atención sanitaria en la comarca.
Propuestas para cambiar el rumbo
La sanidad en El Bierzo necesita un cambio radical. Para recuperar la confianza de los ciudadanos y asegurar una atención médica digna y equitativa, es fundamental llevar a cabo una serie de reformas estructurales que aborden tanto los problemas específicos de recursos y modernización como la cultura de gestión y el ambiente laboral.
- Separación de funciones entre sanidad pública y privada: Es urgente establecer regulaciones que prohíban a los profesionales de la salud ejercer en ambos sectores dentro de la misma área geográfica. Un médico que trabaje en la sanidad privada en Ponferrada no debería poder atender en el Hospital del Bierzo. Esta medida ayudaría a eliminar el caciquismo y el trato preferencial que favorece a quienes pueden permitirse pagar consultas privadas.
- Modernización del sistema de citas: El Hospital del Bierzo necesita con urgencia un sistema informatizado de gestión de citas. Los pacientes deberían poder gestionar sus citas a través de una plataforma web o una aplicación móvil, como ocurre en la mayoría de los hospitales públicos en España. Esta modernización mejoraría la transparencia, reduciría el caos en las consultas y haría el sistema más eficiente.
- Revisión de la gestión sanitaria y fin del reinado de terror de la actual gerencia: Es fundamental un cambio en la dirección del Hospital del Bierzo. La actual gerencia ha creado un ambiente laboral tóxico que desmotiva a los profesionales y dificulta la retención y atracción de talento. La sustitución de la actual gestión por un equipo comprometido con mejorar el clima laboral y fomentar la colaboración es imprescindible para revitalizar el sistema sanitario.
- Inversión en infraestructuras y recursos humanos: La sanidad pública debe ser reforzada mediante una inversión adecuada en infraestructuras, equipamiento médico y personal sanitario. Esto incluye la modernización de las instalaciones del hospital y la contratación de más personal para reducir las cargas de trabajo excesivas y mejorar la calidad del servicio.
- Revisión de los conciertos con la sanidad privada: La Junta de Castilla y León debe revisar los acuerdos económicos con la sanidad privada para asegurar que los recursos públicos se utilicen de manera justa y equitativa. No se puede permitir que el dinero público financie la expansión de un sector privado que compite directamente con la sanidad pública, debilitándola aún más.
- Creación de nuevas facultades de medicina: Para garantizar la formación de suficientes profesionales sanitarios en el futuro, es urgente la apertura de nuevas facultades de medicina en León y Burgos. Esto es esencial para cubrir la demanda de atención médica en la región y evitar la falta de personal en los próximos años.
Conclusión
El Bierzo no puede seguir permitiendo que el caciquismo, los intereses privados y la mala gestión dominen la sanidad. Es hora de tomar medidas concretas para garantizar que el sistema sanitario público recupere su papel central y que los ciudadanos reciban una atención médica justa, equitativa y de calidad. Las propuestas aquí presentadas son solo el inicio de un camino hacia la recuperación de la sanidad en la comarca. Es responsabilidad de todos, desde los ciudadanos hasta los responsables políticos, exigir un sistema sanitario digno y poner fin al ciclo de favoritismos, malas prácticas y abandono institucional que actualmente lo lastra.