[OBITUARIO] Javier Otero, el concejal de la tiza y el encerado
Dos meses y tres días después de que se fuera su esposa, Julita Furelos, ha fallecido en Ponferrada el profesor Javier Otero Vales a los 96 años.
Javier Otero fue jugador de la Ponferradina en sus años mozos, profesor muy querido por sus alumnos, y candidato de Independientes del Bierzo a la alcaldía de Ponferrada en las elecciones municipales de 1979. Hijo de la emigración gallega a Argentina, nació en Avellaneda y llegó de niño a España en la antesala de una Guerra Civil que vivió en Santiago de Compostela, donde dio sus primeras patadas al balón y se licenció en Químicas.
Llegó a Ponferrada en 1952, en una época muy distinta a la actual, con la ciudad en plena expansión. Compatibilizó sus clases en una academia privada con el futbol y militó durante cuatro temporadas en la Ponferradina, donde ejercía como lateral zurdo o centrocampista. Como al famoso Chispa, también le era inverosímil la posición en la que jugara. Tuvo que dejarlo ante la creciente dificultad para acudir a los entrenamientos y fundó el Centro Ágora, referente de las clases particulares en Ponferrada durante décadas.
Su compromiso social lo canalizó primero formando parte del núcleo fundador del Centro Gallego de Ponferrada y posteriormente tendría un paso fugaz por la política. En los meses previos a las primeras elecciones municipales tras la restauración de la democracia, en 1979, Javier se integró en el grupo de los llamados anti-plan (en referencia al Plan General de Ordenación Urbana que había despertado una amplia oposición en algunos sectores de la ciudad), que posteriormente se escindiría en dos candidaturas: Asociación de Vecinos Independientes (AVI) e Independientes del Bierzo (IB).
La primera la lideró el abogado Ovidio González Canedo y la segunda –con José Luis Cerezales como muñidor y alma mater– encomendó el número 1 a Javier Otero y el 2 a Lorenzo García Rodríguez, conocido como El Mejicano. Ambos obtuvieron un escaño en la corporación que eligió alcalde al socialista Celso López Gavela. Otero se ocupó en primera instancia de la Concejalía de Fiestas, iniciando una renovación de la fórmula tradicional en la que luego ahondaría José Carretero, y posteriormente de Turismo.
Siempre se jactó de votar lo que consideraba más beneficioso para Ponferrada, al margen de cualquier disciplina de partido. «Lo mío es el clarete, la tiza y el encerado», solía bromear. Las comisiones informativas se celebraban por las tardes –entonces los concejales no cobraban– y la suya siempre terminaba antes de la hora de los vinos. Dotado de un sentido del humor muy gallego, se le atribuye la autoría de las pintadas con tiza que proliferaron durante algún tiempo por Ponferrada (sobre todo en los baños de algunos bares) con el lema Lume de Viqueira. O con esta precisión: Viqueira non é un político, é un gran fogueteiro.
Casado con la también profesora Julita Furelos, fallecida el pasado 23 de junio, fue padre de cuatro hijos: Javier, Reyes, Susana (fallecida a los 64 años en junio de 2023) y Miguel. Las dos mujeres heredaron el compromiso social de su padre y participaron activamente en política, especialmente Reyes, mientras Miguel tiraba por la vertiente de profesor y escritor.
La capilla ardiente de Javier Otero Vales ha quedado instalada en el nuevo tanatorio de Ponferrada. El funeral por su eterno descanso se oficiará este martes a las 12 horas en la iglesia parroquial de San Pedro y posteriormente sus restos mortales serán incinerados en la intimidad familiar.