Vecinos de Castropodame alegarán contra la planta de biogás del grupo Lamelas Viloria
El proyecto, cuestionado por sus posibles efectos sobre la salud de la población, contempla la creación de cinco puestos de trabajo.
Vecinos de todas las pedanías del municipio de Castropodame han anunciado este jueves su «rechazo y máxima preocupación» por el proyecto de biogás promovido por una empresa ligada al grupo Lámelas Viloira, que pretende ocupar unas 45 parcelas en la zona, con capacidad para quemar más de 75 toneladas al día de “residuos no peligrosos”, según la solicitud de autorización ambiental presentada ante la Junta de Castilla y León.
«Queremos hacer saber al grupo empresarial, así como a las Administraciones locales y a la propia Junta Castilla y León, que no vamos a permitir que ni en Castropodame ni en el Bierzo se nos convierta en tierra de sacrificio», claman los vecinos que se oponen al proyecto en un comunicado.
«Mo vamos a convivir entre pestilentes olores de basura orgánica, lagunas de estiércol y purines, lodos de depuradora, residuos de mataderos y de industrias alimentarias, que no vamos a vivir entre depósitos de restos cadáveres de animales en ocasiones llenos de hormonas y antibióticos porque han muerto enfermos. Que no vamos a convivir rodeados de plagas de insectos y roedores ni nos van a condenar al tráfico masivo de camiones para traer a nuestras tierras 200.000 toneladas anuales de este tipo de residuos orgánicos», explican.
Los vecinos alertan de las consecuencias del proyecto, si llega a ajeceutarse, sobre la calidad del aire y las emisiones acústicas que «influirían de forma directa y muy negativamente en la salud humana», con afectación directa a pueblos como Villaverde de los Cestos (770 metros), Castropodame, Almázcara, Calamocos, Matachana, San Miguel de las Dueñas, Turienzo Castañero, Cobrana, Congosto, Bembibre o San Román de Bembibre.
El propio proyecto reconoce de forma implícita la cercanía de la planta a algunos núcleos de población y admite que «puede perjudicar de forma grave a los habitantes de ellas y con absoluta falta de empatía y desprecio indican que son entornos muy poco poblados». En cuanto a la creación de empleo, señalan que los puestos directos «ofrecidos para trabajar en el estercolero» son tan solio cinco. Con estos argumentos y otros que «continuamos estudiando», los opositores a la planta han iniciado una recogida de firmas para que la ciudadanía presente alegaciones contra el proyecto.
«No estamos dispuestos a contribuir con nuestra salud, pérdida patrimonial y pérdida de calidad de vida al lavado de cara del biogás como algo sostenible, que cuando se hace en proyectos de estas dimensiones e invadiendo los pueblos no es más que una injusticia ambiental y social que solo beneficia a las grandes corporaciones energéticas y a los grandes fondos de inversión a la caza de subvenciones para enriquecerse a costa de sufrimiento, empobrecimiento y devastación de los pueblos», advierten.