[LA OVEJA NEGRA] Diez años después, seguimos pagando el Mundial de ciclismo
GERMÁN VALCÁRCEL | Hoy, 21 de septiembre, se cumplen trece años de la designación, en Copenhague, de Ponferrada como sede del Mundial de ciclismo de 2014 y, también, una década de la celebración de la primera prueba del evento. Resulta fácil, en estos momentos, afirmar que aquello fue un tremendo fiasco y un fracaso económico del que todavía esta ciudad sigue pagando sus últimas facturas. Pero servidor puede decir, bien alto, aquello de “os lo dije”. De notarios de esa petulante afirmación quedan decenas de artículos sobre el tema y un opúsculo –titulado Mundial a la contra– que todavía se puede encontrar en alguna librería de Ponferrada.
Si para algo me sirvió todo aquello, fue para conocer y observar las entrañas y las entretelas de esta ciudad, y los graves problemas éticos y políticos que padece. También fue un buen observatorio de la corrupción, mediocridad, mezquindad y miseria moral de la castuzilla política y empresarial local. Asimismo, me fue útil para comprobar el servilismo clientelar, el sectarismo, la actitud genuflexa ante el poder, la hipocresía y absoluta ausencia del más mínimo espíritu crítico de amplias capas de la población y de una buena parte de la profesión periodística local. Todo ese cóctel ha convertido al Bierzo en ese lugar sin alma y sin futuro que es hoy en día. No obstante, para mí, fue un provechoso e iluminador, aunque descorazonador y durísimo, paseo por los esquemas culturales, sociales, políticos y éticos de la sociedad ponferradina en particular y de la berciana en general.
De ese viaje, casi antropológico, obtuve dos cosas (digo obtuve porque las asumo como medallas): mi condición de paria social (desarrapado me llama un conocidísimo y veterano dirigente del PSOE, a mucha honra) y una demanda por atentado al honor por parte del exalcalde Samuel Folgueral y cuatro concejales de su equipo de gobiernos, tres directamente implicados en la gestión del evento y al que se añadió el perejil de todas las salsas podridas, ese “escritor de un solo libro”, el mismo que realizó públicamente un repugnante comentario sobre Carme Chacón, el mismo día de su muerte; actualmente reconvertido en televisivo feminista feroz, eso sí, después de haber pactado con el condenado acosador de Nevenka Fernández, algo que se le olvidó contar en su aparición televisiva.
Los demandantes, además del entonces alcalde, fueron: Emilio Cubelos, Sergio Gallardo, presidente de la Fundación de Deportes, ambos de IAP (el partido de Ismael Álvarez) Fernando Álvarez y Santiago Macias, (tránsfugas expulsados del PSOE) y el jefe de prensa y vicepresidente de la Fundación de Deportes, encargada por el ayuntamiento de la gestión del evento. Curiosamente, o no tanto, esa eminencia, Marcos Diez Bodelón, actualmente se encuentra al servicio del PP como cargo de confianza, después de pasar por PSOE y USE, también como cargo de confianza. Es lo que hacen los buenos mercenarios, trabajar para quien paga.
Estos personajes demostraron, durante sus pocos más de dos años al frente del Consistorio, que eran un auténtico peligro para la convivencia. Su sectarismo, su caciquismo y su concepción patrimonialista del Consistorio y del poder era francamente preocupante para todos los que discrepábamos con su forma de hacer política. No hablo de oídas, me tocó coincidir con ellos, dos años, como pedáneo de San Cristóbal de Valdueza. Durante los ocho años que ejercí tal responsabilidad nunca hubo en Ponferrada unos dirigentes, al frente del Ayuntamiento, tan autoritarios, mezquinos y vengativos con todo aquel que se oponía a sus caprichos. No solo yo sufrí su miserable y despreciable forma de ejercer el poder, además de otros críticos, algunos funcionarios todavía recuerdan su prepotencia y sus mezquindades.
La demanda de estos demócratas de cartón acabó con una condena en costas para los “ofendidos”. Espero que la argumentada y extensa sentencia les sirva para entender que la crítica política, por desagradable y dura que les pueda parecer, entra en el sueldo a los políticos profesionales, así se lo recuerda la señora jueza. A diferencia de ellos, jamás he entrado en su vida privada para intentar desprestigiarles, pero podría. Aunque soy consciente de que a esta sociedad mezquina, mediocre y aburrida le encantan los chismes y cotilleos maledicentes, jamás lo haré. Eso sí, el precio que han pagado por la lección reconozco que no ha sido barato. Pero es, prácticamente, el mismo que me hubiera correspondido pagar –costas aparte- de haber sido condenado por el supuesto atentado al honor y ofensas recibidas a través de mis columnas.
A veces he tenido la sensación de ser un estúpido que ha puesto la cara para que otros sacaran beneficio
De todo lo que se escribió y se dijo del Mundial de ciclismo, a los usitas y sus socios solo le molestaron y atentó contra su honor, lo escrito en BierzoDiario, por su editor y por mí. Las gravísimas acusaciones que una publicación de ámbito nacional, Interviú, hizo sobre el exalcalde Samuel Folgueral no parecieron importarle.
Una década después, tengo que reconocer que el tema del Mundial ha sido utilizado por unos y por otros en beneficio propio, desde el PSOE al PP. Les recomiendo la lectura del artículo publicado en este mismo medio, Política, deudas y traiciones: el legado del Mundial de Ciclismo donde se explica con claridad la utilización que esa máquina de trepas codiciosos y pancistas que es el PSOE hizo del caso. Tal vez por ello, a veces he tenido la sensación de ser un estúpido que ha puesto la cara para que otros sacaran beneficio, pero como decía Henry David, padre del ecologismo y de la desobediencia civil: “La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento aquello que considero recto”.
Antes de continuar, debo confesar algo que durante algún tiempo me extrañó: ¿cómo era posible que tuviera que ejercer de portavoz del colectivo Cuentas Claras cuando desde enero de 2016 a enero de 2020 mi presencia en España fue testimonial?, ya que la mayoría de ese tiempo me encontraba en Hispanoamérica. Curiosamente la instrucción se activaba cada vez que volvía a España. Ahora, que llevo cuatro años seguidos viviendo en Ponferrada, sospecho el motivo: En primer lugar ayudó que el proceso de instrucción se alargara en el tiempo, cinco años, después mi absoluta falta de miedo hacia este tipo de personajes y mi inconsciente desprecio –consecuencia de mi arraigada cultura urbanita- por el statu quo vigente y a los chismorreos y maledicencias como método de silenciar y desprestigiar a la gente, tan comunes y cotidianos en esta cerrada, cutre y miedosa sociedad.
Sobre la asociación Cuentas Claras, y su papel en el tema del Mundial, se han dicho muchas mentiras, medias verdades e inexactitudes. Es falso que el colectivo fuera quien abrió la causa. Fue el fiscal de zona quien la abrió, al tomar en consideración la documentada denuncia de dos grupos distintos de ciudadanos. Cuentas Claras se constituye tras iniciarse la causa, y con el objetivo de impulsarla y de poder tener conocimiento de lo que ocurría durante el proceso. De los dos grupos, el que primero entregó la documentación en fiscalía fuimos cerca de una treintena de personas, entre ellos varios dirigentes del PSOE local y de IU, además de personas pertenecientes a movimientos sociales, ajenas por completo a partidos políticos. Las otras algo más de cien firmas fueron presentadas, posteriormente, por un pequeño partido, Compromiso Socialista y por un curioso personaje que, muy activo en la época, presumía de haber sido persona de confianza de García Damborenea, expolítico socialista, condenado por su implicación en los GAL.
La derecha local también anduvo enredando con el tema, por pura venganza; personas política y socialmente cercanas al PP fueron las que filtraron toda la documentación que se aportó al fiscal. Esa documentación salía del propio Ayuntamiento y nos llegaba después de un curioso y larguísimo viaje. Pero dejaron de colaborar en el momento en el que los dirigentes del partido dieron la orden de no seguir haciéndolo, el argumento que dieron a sus huestes: “Estos no van solo a por USE, vienen a por todos”.
Este episodio, tan grotesco como penoso, ejemplifica lo que es la política institucional y la sociedad ponferradina y berciana
De sobra sabían en el PP que el responsable original del desaguisado era el anterior alcalde, Carlos López Riesco (ahí tienen ahora al actual alcalde, correligionario de López Riesco, tratando de blanquear el desaguisado) y que la asociación iba a intentar que todo saliera a la luz. La instrucción de la causa judicial no me deja por mentiroso. López Riesco y su concejal de Hacienda fueron llamados a declarar a instancias del abogado de Cuentas Claras.
Desgraciadamente para Cuentas Claras, las ayudas económicas prometidas para hacer frente al proceso nunca llegaron y las escasas aportaciones se fueron distanciando hasta prácticamente desaparecer. La imposibilidad de encontrar abogado en Ponferrada, y el dinero que, para provisión de fondos, nos pidieron algunos abogados de fuera, obligó a la asociación a contratar a un novel abogado laboralista madrileño, al que el proceso no solo le vino muy grande, sino que no se enteró, en ningún momento, de lo que allí dentro pasaba. Qué diferencia con el magnífico abogado defensor que tuvieron los usitas, o con Aegis, la empresa que, para recuperar el aval del millón de euros, contrató a Antonio Camacho, exministro de Zapatero y defensor de Begoña Gómez, esposa del actual presidente del Gobierno. Pero al menos se tuvo acceso a la instrucción y a las declaraciones, algunas muy ilustrativas y jugosas. Como ese video donde el asesor jurídico -el de aquellos momentos- del Ayuntamiento presta declaración. Sus respuestas, por llamarlo de alguna manera, la mejor explicación a lo que ocurre en el Ayuntamiento ponferradino, esa pecera repleta de peces negros que se comen a los pececillos de colores, empleando una terminología utilizada por Juanjo Millás cuando describe al Consistorio ponferradino en su libro sobre Nevenka Fernández. En esas declaraciones podemos intuir uno de los motivos por los que el Ayuntamiento decidió no recurrir el archivo de la causa, a pesar de las importantes irregularidades detectadas.
El exalcalde Folgueral, sus concejales y muchos de sus seguidores, siempre hablaron de una conspiración para alejarlos de la vida pública. Desconozco si la hubo, personalmente lo único que me movía, y a otros miembros del colectivo, era sacar a la luz los repugnantes métodos políticos, carentes de la más mínima ética, de esta gente.
Pero, como he dicho anteriormente, en diferentes momentos tuve la sensación de que había una mano oculta que movía los hilos. No quiero pasar por alto que el fiscal, curiosamente, abrió el proceso en el momento en que se iniciaban las negociaciones que convirtieron a Gloria Fernández Merayo en alcaldesa. Aunque, en última instancia, fue la soberbia, el egocentrismo y narcisismo –enfermedades muy extendidas entre los usitas– y la falta de visión política a largo plazo de Folgueral y los suyos lo que impidió (su exigencia de ser él alcalde) que hubiera un gobierno distinto al del PP y Coalición por el Bierzo. Siempre he sostenido que en el Bierzo hay una tupida, putrida y subterránea red que controla toda la vida política, económica y social. Algo similar, aunque en cutre, a lo que en Estados Unidos llaman el Estado profundo. No olviden que fue, por estas tierras, donde primero se acuñó el término PPOE.
En este río revuelto aparecieron una seria de personajillos, trepas codiciosos y sin ningún escrúpulo que, como el oportunista y mediocre Olegario Ramón, o la manipuladora y perversa Mabel Fernández (tesorera de Cuentas Claras, hasta su nombramiento como concejala de Hacienda), utilizaron este episodio para medrar en esa, políticamente corrupta, estructura que es el PSOE ponferradino. Una vez logrados sus objetivos, olvidaron sus declaraciones de transparencia y servicio al ciudadano. Ambos han cimentado su carrera política en la traición y la felonía. Y como no, en algo que es seña de identidad del socialpàncismo, los intentos de desprestigio de quien no se pliega a sus exigencias e intereses.
Como no creo que llegue a ver el veinte aniversario del evento, aquí termino con este episodio, tan grotesco como penoso, pero que tan bien ejemplifica lo que es la política institucional y la sociedad ponferradina y berciana. Seguramente por eso, y dada mi bien ganada condición de paria social, hoy me ha venido a la mente esa frase del escritor y pensador hindú Jiddu Krishnamurti: “No es signo de buena salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”.