[LA OVEJA NEGRA] Una mirada lejana
GERMÁN VALCÁRCEL | Observada desde la lejanía, la campaña electoral que está teniendo lugar en Ponferrada confirma que la actividad política, en el Bierzo, y todo lo que en torno a ella se mueve (periodistas, intelectualillos subvencionables, culturetas de medio pelo, escaladores sociales y demás clientes dependientes del negocio de la representación institucional), tiene un carácter circense: Enanismo moral, trapecistas del cargo público, manipuladores de humo, serpientes mitineras, magos del sobresueldo, malabaristas de la mentira, viles payasos sin alma, lanzadores de cuchillos envenenados, volatineros del eslogan insustancial, domadores de esperanzas y artistas del chanchullo a todo trapo. Si las encuestas no se equivocan y, lo que es más esclarecedor, no se yerran las brújulas de todos los oportunistas que se mueven entre las bambalinas del circo político, parece que en la capital berciana se avecina un cambio político.
Servidor no lo tiene tan claro. La mafia que lleva tres décadas esquilmando y expoliando la ciudad no va a soltar la presa tan fácilmente, aunque esté en los huesos y prácticamente agonizando, el baile de sillas de sus sicarios en las distintas listas electorales de la derecha política y, sobre todo, el descabalgamiento de la candidatura de Vox, con premeditación, nocturnidad y alevosía, además de la renuncia de Pablo Álvarez, después de nominarse y ser aceptado como cabeza de lista de Cs, indica que los siniestros fontaneros de las cloacas, de eso que algunos llaman política, siguen haciendo su trabajo.
Don Olegario Ramón parece ser el nominado para encabezar ese cambio político, después de un cuarto de siglo de latrocinio de las derechas locales. Hay varios datos que así lo apuntan, el señor Ramón empieza a cosechar enemigos entre quienes hasta hace poco ni reparaban en él, o lo hacían con disciplencia, el trato que recibe del Diario de León es un buen baremo, pero lo que nos da pistas fiables es que, el para muchos hombre aburrido y soso, el mediocre funcionario sin carisma, empieza a ser ese hombre templado, sereno y responsable tan necesario para el cambio tranquilo que necesita la capital berciana, permitan me carcajee, pero es que algunos tienen una jeta, un cinismo y unos «cojinetes» que para si quisiera el caballo de Espartero.
El señor Ramón tendrá que tener cuidado con esos poderosos enemigos, empiezan a ver en él la persona que puede estropearles sus negocietes, y no van a dudar en enviarles a sus sicarios disfrazados de periodista, pero de quien haría bien en cuidarse, y muy mucho, es de toda esa colección de progres, socialpancistas y demás personajillos que cada vez que la socialdemocracia toca poder aparecen como las setas tras las primeras lluvias de otoño, algunas ya han brotado, mira que estoy lejos, pero sus egos, sus ganas de empezar a vender su próximo proyecto y sus ansías de protagonismo les hace muy visibles, ridículamente visibles y presentes.
Podríamos hablar del programa electoral del señor Ramón, aseadito y creíble, muy en la línea del escaparatismo clasemediano del PSOE que ganó las pasadas Elecciones Generales, pero a don Olegario no se le van a pedir responsabilidades por el grado de cumplimiento de ese programa, que también, si no por lo que, curiosamente, no lleva escrito en él, pero sí se ha comprometido a hacer, en sus ya múltiples intervenciones públicas, y es donde está el meollo de la política local.
A saber: municipalización o gestión directa del servicio de recogida de basuras y del TUP, limpiar o acotar a los funcionarios corruptos, que los hay, en el Consistorio, si no puede llevar a cabo dicha tarea, sabemos va a ser muy muy complicado y difícil sortear los tentáculos y «orejas» que la «mafia» ha dejado tras casi tres décadas en la Casa Consisotorial, al menos informe a los ciudadanos; es preferible que la gente conozca los límites y las enormes dificultades a las que se va a tener que enfrentar, a ser juzgado como cómplice de mafiosos y corruptos. Acabar con el tema de los cargos de confianza (el PSOE no los tiene en la actualidad, siendo el segundo partido en representación), algo que forma parte de las redes clientelares que tanto gusta tejer a los políticos por esta tierra, resulta llamativo que un pequeño municipio, como es Ponferrada, tenga tal cantidad de «cargos de confianza», se ve que los funcionarios no son de fiar. Reducir los costes que los representantes políticos nos cuestan a los ciudadanos –se va a servir al ciudadano, no a servirse del cargo, el acceso a la representación política es voluntario–; también tiene la compleja tarea de terminar con los procesos judiciales abiertos, defendiendo, eso sí, los intereses colectivos, no los de los que han dado lugar a esos procesos judiciales. Ardua tarea le espera, pero sería la única forma de regenerar la vida pública en Ponferrada, de limpiar el Consistorio de esos peces negros de los que habló Juanjo Millás y lo más importante, que los ciudadanos honrados recuperen algo de confianza en una institución que ha estado más al servicio de intereses espurios que de los colectivos.
En el otro lado del espectro ideológico, dentro de ese escaparate repleto de mercaderes sin alma que pretenden convertir la ciudad en un zoco donde se compren y se vendan, al mejor postor, los restos del naufragio al que sus antecesores nos han guiado. El hasta ahora partido mayoritario estrena candidato, un personaje que una vez proclamado se ha desembozado y dejado al descubierto su verdadero rostro, el que se esconde tras su afable sonrisa y sus modales amables, el de representante de una clase media conservadora, rancia y casposa, sobreviviendo entre el sueño de ser poderosa y la realidad de ser el rebaño del pastor de turno, el de un duro y ortodoxo neoliberal, el de alguien dispuesto a anteponer los intereses de los suyos por encima de los generales. Un ejemplo que a servidor le llega muy hondo es su propuesta para Los Aquilanos, uno de esos proyectos inútiles que solo esconde las corruptelas y los oscuros, y ya antiguos, intereses de alguno de los miembros de su candidatura, personaje que ya fue «asesor» de López Riesco en el anterior intento de destruir el Morredero con una estación de esquí; ahora el cambio climático que niegan parece les obliga a cambiar la estrategia y el nuevo proyecto amplía la zona de mercantilización, llevando la destruccion a toda esa zona protegida por normativa europea. Dentro de ese proyecto se inscribe, también, quien está detrás de la candidatura de su partido a la pedanía de San Cristóbal de Valdueza. La recuperación del tráfico rodado por calles de la ciudad que llevan décadas peatonalizadas (las chorradas y necedades de la candidata a la Comunidad de Madrid parece que han creado escuela en el PP), las infraestructuras ligadas al uso de vehículos de motor y proyectos sustentados en el transporte de mercancías, nos dicen lo que piensa de la transición hacia energías renovables, de la situación de emergencia climática que vive el planeta (decretada ya por países tan comunistas como el Reino Unido), y del descenso en la producción de petróleo y de derivados de él que, como el gas oil, van a poner hacer obsoleto el modelo de movilidad actúal. Pero al Bierzo este tipo de noticias no llegan y si llegan siempre encontraremos al erudito de turno que nos informe de que son cosas de agoreros o de comunistas totalitarios. Además, a nuestras élites de la derecha les da lo mismo, ellos están a otra cosa, no a luchar por el futuro de esta tierra o a defender las necesidades reales de sus habitantes. La recuperación de alguno de los planes de la época de López Riesco muestra los tutelajes y dependencias de los que es deudor y la prueba de que los depredadores que llevan expoliando la ciudad casi tres décadas van ha tratar de vendernos hasta la soga con la que pretenden ahorcarnos. En esa clave se debe leer el que ha sido su fichaje estrella, la exportavoz de Ciudadanos, metida en la lista a calzador por un sector del empresariado local.
Similar lectura debe hacerse con los trasvases en sentido inverso de ese saltimbanqui de la política, Reiner Cortes. y de Teresa Magaz, ella empleada, siempre fiel y leal a quien manda, con amplia experiencia en el Área de Medio Ambiente, área clave en el próximo Consistorio, hay que volver a negociar el contrato de basura, uno de los motivos que desencadenó la moción de censura que llevó a la Alcaldía a Samuel Folgueral.
Estos movimientos preparan la mesa y marcan las cartas para lo que van a ser las partidas de interés del próximo mandato, para las mafias que llevan tres décadas expoliando el municipio, las adjudicaciones de los contratos de la basura y el del TUP, estamos hablando de concesiones municipales que mueven, en conjunto, cifras en torno a los ocho millones de euro anuales, ahora mismo no puedo afirmar la cifra con exactitud, al encontrarme fuera del país.
Del programa de Folgueral y sus mariachis, nada voy a decir: ese mentiroso compulsivo que encabeza la lista de USE da lo mismo lo que diga, sus objetivos quedaron claramente demostrados los dos años que gobernó y su disonancia cognitiva los cuatro últimos en la oposición. Si sacan representación estarán donde estuvieron los dos años en los que secuestraron el Ayuntamiento, prestos a auxiliar cualquier operación que garantice los intereses de los grupos que le llevaron a la alcaldía. La presencia en el número dos de la candidatura «usita» de un peón de confianza de Ismael Álvarez es algo más que un guiño. Respecto a USE, un apunte final, a servidor le resulta sorprendente que el engendro samuelista tenga, todavía, el apoyo de casi el 10% de los previsibles votantes de esta ciudad. Me pregunto de que pasta está hecha esa gente, me pregunto cuál es el mecanismo que les lleva a seguir votando a un individuo que el poco tiempo que gobernó destrozó y pervirtió todo lo que tocó (no lo digo yo, lo dicen los tribunales), me pregunto no ya qué es lo que pasa por sus cabezas, sino que anida en sus corazones, y no hay más que una triste respuesta: amplios sectores de la sociedad ponferradina no es que estén acostumbrados a convivir con la corrupción, es que la aplauden, al menos si es la de los suyos, lo cual me reafirma que de igual manera que no todas las ideas son dignas de respetar, tampoco lo son todos los votos, esos votos denigran y ensucian la imagen de Ponferrada, como años atrás lo hicieron los dirigidos a Ismael Álvarez, del que ha resultado ser su auténtico hijo político y heredero.
Coalición por el Bierzo siempre servirá para moverse hacía un lado u otro, apoyar a un posible cuatripartito, para dejar las cosas como están o ejercer de freno a las intenciones regeneracionistas, si las tuviera, del candidato del PSOE, su método de cogobernar sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Las ambiciones y dependencias del actual líder bercianista siempre han estado claras, su ya larga trayectoria política habla por él, don Pedro solo engaña, a estas alturas, a quien está dispuesto a dejarse engañar. Pero el señor Muñoz tiene una grave rémora, dejando a un lado su paso por la alcaldía de Toreno: es corresponsable de la inacción de estos cuatro años de cogobierno y de haber permitido que doña Gloria Merayo practicará la táctica del avestruz ante los gravísimos temas jurídicos que asolan el ayuntamiento. Enfrentarse con Folgueral en los plenos y los medios de comunicación, con toda clase de aspavientos físicos y dialécticos, es uno de esos recursos populistas que tan bien maneja, con ello pretende tapar su connivencia, efectiva, a la hora de sepultar en el olvido ese negro periodo de la vida municipal. Por otra parte, el señor Muñoz va a ser en este próximo mandato, con casi total seguridad, el único vocero del bercianismo político, esperemos que esta vez la ciudadanía haga, no por hacer un favor a don Pedro, un ejercicio de higiene no ya democrática sino social y mande definitivamente a su casa a ese ridículo personaje que se ha empeñado en hablar en nombre de toda la Comarca.
En la izquierda del PSOE, la que se hace llamar transformadora, pero con unos programas que no solo no va más allá del escaparatismo del PSOE sino que solo ofrecen el parcheo de los problemas mediante medidas efectistas. Vergonzoso resulta, en un partido como PODEMOS, su apuesta, irrenunciable, por la construcción de las autovías de la A-76 y la de La Espina que nos une con Asturias. Servidor puede esperar esa propuesta de la derecha, pero resulta impresentable en un partido que dice ser de izquierda y que tiene como bandera el ecologismo, ¿de que ecologismo hablan?, ¿qué izquierda esa que no solo no cuestiona el modelo capitalista de crecimiento sin límite si no que se limita a vivir en él? Pero esa propuesta de construir nuevas autovías no es solo una barbaridad medioambiental, si no que obvia algo que ya he apuntado anteriormente, y que está a punto de poner de rodillas al sistema de transporte mundial, base de toda la economía globalizada, como es el descenso de la producción de diesel, que va a cambiar todo el modelo de movilidad y transporte hasta la fecha conocido, como resultado del declive rápido del petróleo, aceptado hasta por la propia Agencia Internacional de la Energía.
En definitiva: unos programas sin política, trufados de las sempiternas proclamas pero incapaces de señalar estrategias ni prácticas impugnatorias del orden. Unas propuestas en general tristes, viejunas, repetitivas, fofas, asistencialistas, decadentes, como esa brasa que, por más que soplas, ya no forma llama y se apaga sobre sí misma antes de deshacerse en girones grises que desaparecen barridos por el terrible viento del fracaso.
En otro orden de cosas, la encuesta publicada por este medio deja claras algunas cosas: la decisión de la candidata podemita de no pactar, a nivel local, con ese miniaparato especialista en prácticas canibalistas que es en la comarca IU y negarse en redondo a cualquier tipo de pacto con los ególatras e insustanciales desertores podemitas que encabezan las otras dos candidaturas ha sido premiada, de confirmarse los resultados de la encuesta, por el sector social que se siente representado por esas franquicias, ya que parece han tomado la decisión de votar, mayoritariamente, a la que, posiblemente, es la candidata menos mala de las cuatro que encabezan las candidaturas en las que se ha fragmentado ese espacio político. A la candidata podemita se le notan, y mucho, los cuatro años de prácticas en el Parlamento regional. Saca muchos km de ventaja al candidato «nini» de IU, heredero del viejo tankismo y aburrido recitador de los viejos y gastados mantras de la socialdemocracia estalinista. Por cierto, debería explicar en que acabó aquella denuncia de acoso y maltrato que su compañera de partido, y todavía concejala, dio a conocer a toda la ciudadanía en rueda de prensa, en la que él apareció como apoyo; resulta llamativo encontrarlo, ahora, fotografiado y siendo el delfin de quienes les acusaron de mentir, en un documento interno de la coalición, pero seguramente en esto, como en otras facetas, también será nini.
Las otras dos candidaturas no son más que proyectos personales y personalistas sin ningún recorrido político, solo resaltar que, de confirmarse los datos ofrecidos por la encuesta de Bierzodiario, serán responsables, con los resto del «tankismo», de impedir que en Ponferrada pudiera gobernar la izquierda institucional en solitario y sin adherencias extrañas, no descarten que, en una ciudad como la nuestra, esa haya sido la causa de la fragmentación. El ya retirado exconsejero Fernández hizo ese trabajo perfectamente durante veinticinco años. Los mismos que la derecha llevar arrasando en y a Ponferrada.
A la otra izquierda, la que ya no cree que sea solo votando y delegando como se cambian las cosas, le queda un larguisimo y tortuoso camino, autoorganizarse, construir espacios de autonomía y autogestión, espacios donde la democracia real y directa, los consensos y el respeto a las decisiones tomadas sea la forma de funcionamiento y las bases de un nuevo municipalismo, un municipalismo del día día, no del mes antes de las elecciones.
Vienen tiempos muy difíciles y complejos, es necesario iniciar la construcción de un islote o más bien, de una barca plantada en el mañana, ahí donde ahora solo se vislumbra tormenta.