[EL PROTECTORADO] Forza Teresa, Europa te merece
AL RAISULI | Escribo la columna algo descentrado pues no encuentro una novena para ir a rezar el rosario, y es que la ocasión lo impone. No es que sea un gran rezador como el Don Guido del casino provinciano de Machado, más bien no soy nada, en cambio hoy me pedía el cuerpo marcarme los veinte padrenuestros y las doscientas avemarías de rigor para pedir que Teresa, nuestra Teresa del alma, apruebe los exámenes.
Santa, lo que se dice santa, no es como sus dos tocayas de Ávila y Calcuta. Lleva tiempo profesando como paladina del fundamentalismo renovable, esa doctrina perversa idólatra del sol y el viento que amamanta, desde el gineceo laico del que es superiora, a las liturgias tramposas sembradoras del caos mientras se presenta como redentora del mal que a multiplicar viene.
Se examina como una vulgar meritoria y mis rezos son por evitar que la cague por no tener limpio el barranco del Poyo; por perderse por París un par de días cuando la dana amenazaba con llorar sangre sobre Utiel; por echarle la culpa al móvil cuando ya ciento veinticinco mil coches flotaban aguas arriba del Mediterráneo y la Albufera.
Claro que quiero que apruebe Teresa, faltaría más, y que sea por fin Comisaria Europea de Competencia y de los tropecientos chollos comunitarios más. Si la suspenden, se hacen un roto y tendrán que conformarse de no saber lo que vale un peine. Ignoran, si la catean, el tesoro que se pierden los politicastros y burócratas de Bruselas porque, Teresa, es harto competente en dejar que aflore la… incompetencia.
Teresa es ángel custodio de los bercianos que tiene a todo un regimiento en la Ciuden dedicado a los juegos de manos, que oficio productivo no es pero reduce el paro; Teresa nos ampara del fantasma de la despoblación animando al desguace baterías y palas que peligroso es mucho, pero menos que vivir en Gaza; Teresa es la leche de campechana y tuvo el cuajo de decir, a los líderes anti-renovables, con un morro que se lo pisaba que no entendía de qué protestan todos a una; Teresa es una benefactora de Fabero donde obró el milagro, sin asegurar el alpiste del futuro, de convertir a la gigantesca poza de un golfo convicto en la tierra más cara de España; Teresa es tía de soluciones mágicas que seguro cuenta con un laboratorio secreto, Yashodara al frente, de níscalos cibernéticos y vacas robotizadas para ponerlos debajo de molinos, paneles y cableado cuando por fin arrase con todos los bosques, prados, viñas y castaños.
Una pena que no nos preguntaran a los bercianos, antes del examen, si es la idónea para tan alto cargo, que la apoyaríamos a fondo con mentiras piadosas. Pero como no lo han hecho, de ahí mis oraciones para que la aprueban cum laude en Competencia, y Transformación Social Competitiva si fuera el caso, y nos la quiten de en medio.