El zofreral de Cobrana, un destino de interés natural finalista en el Bosque del Año
El majestuoso bosque de alcornoques ubicado en Cobrana, en el municipio de Congosto, ha sido seleccionado como uno de los finalistas del concurso Bosques del Año por su belleza natural y su relevancia ecológica.
El objetivo del concurso es destacar los interesantes bosques singulares de nuestro territorio, como un importante patrimonio natural y cultural que deberíamos apreciar y proteger. El galardón busca reconocer la historia y la relación con las personas y el territorio, y como estos parajes se han convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio.
Este bosque, conocido localmente como zofreral, es una de las zonas más característica y emblemática que distinguen a la comarca leones de El Bierzo. El zofreral de Cobrana, con sus 280 hectáreas de árboles monumentales, es un maravilloso conjunto natural que se extiende desde el pueblo de Cobrana hasta el mirador ubicado en su monte desde el que se puede admirar todo el Bierzo Alto.
La Asociación de Vecinos de Cobrana lleva más de 15 años cuidando, protegiendo y trabajando el cuidado del entorno, y ha señalizado dos rutas de senderismo que recorren este impresionante alcornocal para facilitar y promover el encuentro con la naturaleza de sus habitantes y visitantes. La primera de ellas es una ruta de 3 kilómetros adecuada para toda la familia, que permite disfrutar de un agradable paseo por los alrededores del pueblo. La segunda recorre 10 kilómetros entre los parajes de La Cabaña, el zofreral de El Escobal o los Tesos para los más aventureros. Ambas rutas son una excelente oportunidad para descubrir la biodiversidad de este ecosistema y disfrutar de un día en la naturaleza.
Además, los visitantes más afortunados y silenciosos podrán encontrarse con los seres mitológicos que, según la tradición local, habitan el bosque en algunos meses del año. Estos personajes, entre los que se encuentran el trasgo, la meiga, la driada, el dianu burlon y la nubeira, son parte de la rica tradición oral de la región y ofrecen una experiencia única a los visitantes más peños en los meses de verano y les enseñan a respetar, cuidar y valorar la riqueza natural de nuestros entornos, así como de la flora y fauna que en ellos habitan.