[EL PROTECTORADO] Endesa: ochenta años de historia, veinticinco de saqueo y cinco de perfidia
AL RAISULI | Lo de los ochenta años de historia nos lo recuerdan por si todavía queda algún masoquista agradecido en el Bierzo y le da por comprar una botella de brandy para celebrar la efeméride. A falta de mariachis para cantarles las mañanitas a esa inefable pareja de baile, concupiscente de la transición justa y del ahí os quedáis troncos, que forman Yohasdara y Temboury, les ha dado montar un revival de paneles y fotos en ese Parque Temático de la Intrascendencia que es la Ciuden.
A la nueva Endesa parece que le gusta mirarse al ombligo de las glorias que nunca forjó pero que ha sabido convertir en un oprobio sin retorno en la tierra que le vio nacer. Ya es casualidad que no se atrevan a elegir, ni tan siquiera a mencionar, al Bierzo en esa campaña, con Ana Duato e Imanol Arias, vendiendo lo buena que es la empresa con sus territorios termoeléctricos. Aquí no cuelan sus cuentos de Cuéntame.
El caso es que cumplen ochenta años y es precisamente en los últimos veinticinco años cuando ha pasado de ser una empresa modelo a un modelo de empresa dedicada al auto-saqueo; no lo digo yo, que no me muevo en ese proceloso mundo de los altos enjuagues, lo decían ya en 2014 dos expertos en el sector energético, Jorge Fabra y Javier García Breva, sobre cómo una Enel renqueante exprimía a una Endesa esplendorosa.
Ríanse ustedes de las pelis de la Cosa Nostra. La lectura les habrá dado la lección de cómo se afanan miles de millones de euros con menor riesgo del que tiene un hambriento por robar una pizza en Mercadona. Miles de millones del patrimonio común de los españoles que se fueron a las alcantarillas de los listos, simplemente desguazando la empresa de excelencia que levantaron muchos bercianos.
Los últimos cinco años rebasan lo imaginable, han dejado plantado y en proceso acelerado de ruina al Bierzo. Hicieron promesas de farol que no tenían intenciones de cumplir con el solo ánimo de engañar, mientras se dedicaban a la orgía chatarrera de un desmontaje pleno de sospechas. Abortaron quirúrgicamente cualquier posibilidad de crear alternativas autóctonas y de regalo no traen reciclajes venenosos, desguaces indeseables y renovables devastadoras.
Los bercianos estupefactos; las autoridades locales sin cojones para ponerlos en su sitio; los mandarines provinciales pasivos y callados, cuando no colaboracionistas con la hecatombe; los jueces missing sin cumplir, aunque solo fuera para que no se rieran de todo un pueblo, con la sagrada encomienda de ser la última defensa de la ciudadanía.
¡Felicidades Endesa, así reventéis con vuestro empacho de insidia!

Inauguración de la exposición permanente de Endesa