La Banda de Música Ciudad de Ponferrada recoge la Castaña de Oro de la Fundación Prada
Ana Beatriz Silva y Javier Cerezo, presidenta y director respectivamente de la Banda de Música Ciudad de Ponferrada, fueron los encargados de dar luz al Palacio de Canedo en la Navidad 2024 que con la entrega de la Castaña de Oro dio anoche comienzo en el Bierzo.
El jurado de la Fundación Prada a Tope destacó cómo la banda había innovado en su repertorio adaptándose a los tiempos, pero sin perder las raíces de la música popular, convirtiéndose en un estandarte musical y cultural de Ponferrada y el Bierzo allá donde va.
La Banda, con sus más de 70 miembros estables y cerca de trescientos socios, es hoy un referente de la música en la comarca. Aunque los primeros pasos los dio hace casi 150 años cuando el Ayuntamiento inició los trámites para constituir una, la Banda actual es fruto de la refundación promovida desde hace 28 por la Asociación de la Banda que sirve de soporte institucional y organizativo a los músicos y sus iniciativas.
En el discurso de entrega, Flor Bonet, de la Fundación, recordó que hace casi treinta años entró en la asociación un grupo de gente joven que renovó repertorio y forma de trabajar, incorporando a varios valencianos de honda trayectoria en las bandas de sus pueblos. “Hoy la banda interpreta temas de rock, ópera, cine, o hace conciertos de Navidad sin renunciar al pasodoble y la zarzuela”, dijo.
Ana Beatriz Silva, su presidenta, fue la encargada de recoger el galardón. Emocionada, recordó a los músicos que estaban allí que hace más de treinta años tenían que colocar carteles fotocopiados por las farolas para conseguir público, “y tocábamos para los pájaros del parque, porque era muy poca la gente que congregábamos”.
Silva quería hacer hincapié que los llenos de los teatros que ahora son habituales en las actuaciones de la banda en el Bergidum tienen su origen en aquel paso del desierto, en el que las grupis eran las madres de los jóvenes intérpretes. De aquella época recordó que quedaban apenas cuatro personas, siendo ella una. Recordó también el afán de superación en cada piedra que encontraron en el camino, “a veces auténticos muros”, y terminó diciendo que para “una banda todoterreno, lo que sobran son caminos”.
Prada cerró el acto animando a los artistas a mantener ese espíritu de superación que los había hecho grandes y que los había traído hasta este premio y la situación extraordinaria en la que están en este momento, a la vez que les subrayó que “lo importante no es la meta, sino disfrutar del camino”.