Bierzo Aire Limpio ve en el cierre de Forestalia la prueba de que es «inviable»
La organización pide replantear el modelo energético y económico de la comarca, priorizando proyectos sostenibles.
A tres años de su inauguración, la planta de biomasa Forestalia, ubicada en el polígono del Bayo de Cubillos del Sil, ha cesado su actividad, «dejando a la vista la falta de planificación y las carencias estructurales de un proyecto que nació bajo la sombra de la dependencia de ayudas públicas», asegura en un comunicado Bierzo Aire Limpio (BAL), que desde el principio advirtió sobre «la inviabilidad de la iniciativa, predicción que hoy se confirma».
El cierre de Forestalia obedece principalmente a una deuda por parte del Gobierno de España de más de 12 millones de euros en concepto por prima de producción. Sin embargo, incluso después de recibir estos fondos, la planta no pudo mantenerse operativa, evidenciando su «deficiente gestión», que el consejero de Medi0 Ambiente de la Junta de Castilla y León atribuyó a “falta de compromiso por parte de la empresa”, añadiendo que buscarán nuevos propietarios.
Para Bierzo Airle Limpio, «lo cierto es que la falta de biomasa suficiente para mantener la operación y la dependencia de subsidios públicos para sobrevivir han propiciado la paralización de su actividad». La mercantil fue creada como una sociedad limitada con apenas 3.000 euros de capital, diseñada exclusivamente para captar ayudas públicas y eludir responsabilidades en caso de fracaso. «Los estudios técnicos sobre la disponibilidad de biomasa presentados por la empresa carecían de rigor científico, tal y como señalaron organismos como el Ceimat. Además, los elevados costes de la corta, astillado, ensilado de la biomasa, transporte y logística, dependientes del petróleo, en un radio de abastecimiento de 150 kilómetros, agravaron la inviabilidad económica de la planta», señala BAL.
La planta supuso un desembolso público de 42 millones de euros gestionados por el Ente Regional de la Energía (EREN), provenientes del Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, además de otros 42 millones en préstamos sindicados por varios bancos y 28 millones aportados por socios privados. Aunque el proyecto prometía 36 empleos directos en la planta y 200 indirectos, la realidad es que su impacto en el tejido laboral de la comarca «fue limitado y efímero». Actualmente, las superficies de extracción de biomasa se solapan con las de otras plantas proyectadas en Galicia y Asturias que aspiran a recopilar la biomasa dentro del mismo radio de actuación.
Un ejemplo de modelo económico fallido
Bierzo Aire Limpio señala que Forestalia «es otro ejemplo más del modelo económico fallido que las administraciones han promovido en territorios periféricos como El Bierzo». El respaldo político al proyecto desoyó las advertencias de expertos y ecologistas, priorizando beneficios económicos a corto plazo sobre la sostenibilidad y el bienestar de la población. La asociación advierte de que la crisis actual «era previsible y podría derivar en nuevas propuestas más perjudiciales aún, como la incineración de neumáticos fuera de uso u otro tipo de residuos en la planta».
La asociación ecologista llama a las autoridades a replantear el modelo energético y económico de la comarca, priorizando proyectos sostenibles y beneficios reales para la población. “Es momento de reflexionar y actuar. No podemos permitir que empresas cuyo único objetivo es maximizar beneficios a costa del medio ambiente y la salud de nuestra gente sigan esquilmando nuestra comarca y la salud de las personas”, afirman desde Bierzo Aire Limpio.
Al mismo tiempo, el colectivo subraya la necesidad de priorizar inversiones en servicios esenciales, como la sanidad pública. «La reciente manifestación de 20.000 personas en defensa del Hospital del Bierzo refleja el clamor de una sociedad que demanda soluciones reales y un futuro sostenible», apuntan. Asimismo, alertan de que «empieza a calar entre la población berciana la opinión de que la crisis generada por la ausencia de médicos especialistas, oncólogos entre otros, se pueda deber, quizá, a la saturación de trabajo por la excesiva incidencia de ciertas enfermedades, como el cáncer, en nuestra comarca».