Un informe alerta sobre la precariedad laboral en el Bierzo y el éxodo de los jóvenes
Las mujeres mayores o migrantes y los adultos sin formación, los sectores más vulnerables según la investigación de AFA Bierzo.
El Centro de Desarrollo Rural (CDR) AFA Bierzo ha presentado los resultados de la investigación sociológica destinada a diagnosticar y proponer soluciones para luchar contra la precariedad sociolaboral en las áreas rurales. El trabajo de campo del estudio se desarrolló de abril a junio de 2024 en 18 municipios de la comarca berciana, que suman una población total de 43.193.
El informe final, elaborado de la mano de la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder), incluye los datos obtenidos a través de entrevistas con informantes clave de administraciones públicas, organizaciones del tercer sector y empresas, así como los obtenidos mediante las técnicas cualitativas de análisis DAFO y de un grupo de discusión en el que participaron personas que han experimentado la precariedad durante su trayectoria laboral.
Respecto a su contenido, el informe destaca cambios significativos que han impactado el mercado laboral en el Bierzo, como el cierre de las minas de carbón, que históricamente proporcionaban empleo a muchas familias. El proceso de transición energética ha generado nuevas actividades económicas, relacionadas con el turismo y la agroalimentación, aunque existe preocupación por el escaso desarrollo de estos sectores. El mercado laboral local está marcado por la precariedad, especialmente en sectores feminizados como la hostelería, los cuidados, la limpieza y la agricultura.
Políticas públicas «insuficientes, burocráticas y poco eficaces»
El análisis sobre la comarca también revela un progresivo envejecimiento de la población, un problema común en las zonas rurales de España, y un éxodo juvenil debido a la falta de atractivos para los jóvenes y pocas oportunidades laborales para los más formados. Esta situación agrava la despoblación y el desequilibrio territorial.
Por otro lado, el estudio identifica los perfiles particularmente vulnerables a la precariedad, entre los que se encuentran las mujeres mayores, los adultos jóvenes sin educación básica y las mujeres migrantes, especialmente las que trabajan en la economía informal. Las dificultades para acceder a la vivienda y la falta de transporte público complican su integración laboral y social.
En cuanto a las políticas públicas, se percibe que son insuficientes, burocráticas y poco eficaces, especialmente a nivel local, y que existe falta de transparencia en el acceso al empleo público. Las oportunidades de futuro se centran en el turismo rural, la atención sociosanitaria, el empleo verde y la transformación industrial de productos agroalimentarios. Para aprovechar estas oportunidades, se destacan la necesidad de mejorar la formación profesional, ajustar el sistema educativo a las demandas laborales y fortalecer la coordinación entre la formación y el mundo empresarial. Se sugiere además impulsar un desarrollo rural integral que aborde también los problemas de vivienda, transporte y servicios de conciliación.