[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] 2025
UNA GATA | Estamos estrenando el año con la resaca del montón de “felicidades” que hemos recibido y repartido en estas fechas a propios y extraños, como si un simple cambio de año pudiera traer a nuestra vida algo inesperado, nuevo y bueno ¡¡Ojalá!!. Pero, en realidad, sabemos que nuestros deseos, aun siendo sinceros y ambiciosos no tienen la fuerza de los conjuros mágicos; en otras palabras, que no hemos bebido tanto como para ver alucinaciones y aceptamos con naturalidad esta convención social que actúa como el bálsamo de fierabrás, que tanto gustaba a Don Quijote por su virtud de sanar las heridas, en este caso del espíritu, y levantarnos el ánimo.
Sucede, sin embargo, que el año comienza como terminó, con guerras salvajes como la de Gaza, en la que siguen muriendo personas asesinadas impunemente por el ejército israelí comandado por el Sr Netanyahu, con la inestimable colaboración norteamericana. O la de Ucrania, que el Sr. Putin, el gran jerarca ruso, mantiene para su divertimento, sin que nadie sepa cual es el objetivo de esa invasión más allá de demostrar que sigue siendo uno de los duros del grupo y que tiene la capacidad de actuar impunemente, matando, destruyendo o derribando aviones de pasajeros cuando le plazca.
Y a esta galería de “prohombres” se unirán dentro de poco el Sr. Trump, que para abrir boca anuncia que quiere quedarse con el canal de Panamá y Groenlandia y anexionarse Canadá, como si fuera un John Wayne del oeste americano; o en otro estilo, el Sr Maduro que tomará posesión de la presidencia de Venezuela, pasándose por el forro los requisitos básicos del funcionamiento democrático. Todos ellos tienen algo en común: actúan como si las leyes internacionales y nacionales fueran papel mojado cuando no responden a sus intereses y fantasías y están dispuestos a tomarse la justicia por su mano. Hay más personajes de esta calaña y más situaciones que pueden llevarnos a más muertes innecesarias y absurdas, a que se encarezca el petróleo o el aceite o el trigo o cualquier otra materia prima como el litio o los componentes electrónicos. En fin, que es para estar intranquilos, porque sabemos, además, que asuntos aparentemente lejanos pueden afectarnos de lleno.
Y, cambiando de escala, ¿cómo vamos en casa?. ¿Qué pasa en nuestro pequeño universo berciano?. ¿Tenemos alguna expectativa real de que suceda algo inesperado nuevo y bueno? ¿Tenemos razones para creer en la magia de la felicidad que acompaña al nuevo año? Y en este caso, ¿quiénes serían nuestros reyes magos?.
Desde luego, si alguien puede apoyarnos de algún modo, no serán los prohombres de nuestra galería particular, que no están en la categoría de malvados y peligrosos como las grandes estrellas internacionales, pero de los que ya está sobradamente demostrado que, por incapacidad o desidia, no podrán generar dinámicas de cambio que reviertan el declive inexorable de nuestra comarca. Como botón de muestra, baste decir que cerramos 2024 con 31 municipios con más pensionistas que afiliados a la Seguridad Social. Así que, salvando todas las distancias para que nadie se dé por aludido, ellos serán como mínimo y como hasta ahora, rémoras, es decir una carga para todas nosotras; y esta valoración aplica tanto a los políticos y responsables institucionales como a los empresarios, que unos y otros están a “lo suyo”, que, salvo excepciones, no suele coincidir con “lo de todos”.
Entonces, ¿quién hará algo por nuestra felicidad?: Vosotras.
Vosotras las gentes de a pie, que todos los días empujáis vuestro particular afán consiguiendo pequeños momentos mágicos. Por eso queremos distinguiros de los paniaguados que viven y medran a costa de la comarca y dedicaros singular y especialmente un feliz año nuevo.
Amén.