Los sectores hostelero y turístico del Bierzo Alto rechazan el proyecto eólico de Repsol
El colectivo Atudebial se pronuncia «en defensa del paisaje y el paisanaje» para evitar «un nuevo As bestas a la berciana».
La Asociación de Turismo y Desarrollo del Bierzo Alto (Atudebial), que agrupa a propietarios de alojamientos rurales, restauradores, artesanos y promotores de actividades turísticas, ha manifestado este jueves su «profunda preocupación» por el macro proyecto de aerogeneradores que la multinacional Repsol pretende llevar a cabo en la Sierra de Gistredo y Alto Sil, que en su opinión «se opone de manera directa a los objetivos que hemos defendido como asociación durante más de 20 años».
Los objetivos del colectivo se centran en resaltar los diversos atractivos culturales, gastronómicos, ambientales, así como la riqueza del patrimonio arquitectónico y los recursos naturales «que posee nuestra maltratada comarca». Atudebial recuerda que «las secuelas de décadas de proyectos depredadores, especialmente aquellos vinculados a la minería del carbón, aún perduran en la memoria colectiva del territorio».
La instalación de aerogeneradores en la sierra de Gistredo representa, advierte la asociación, «un nuevo ejemplo de esa visión miope que prioriza beneficios inmediatos a expensas de recursos que debemos conservar y transmitir intactos a las futuras generaciones». En un contexto global marcado por la crisis climática, la transición energética «debe fundamentarse en un modelo que respete tanto la biodiversidad como el legado de territorios de valor excepcional». Por ello, creen que «el Bierzo no requiere más sacrificios; debe ser un modelo de cómo el desarrollo puede coexistir con la protección de su invaluable patrimonio natural y cultural».
Desde una perspectiva vinculada al turismo rural y la naturaleza, Atudebial observa «con alarma y gran preocupación este proyecto, que implicará la destrucción de hábitats naturales y paisajísticos en miles de hectáreas, en una zona virgen que alberga especies únicas como el oso y el urogallo, montañas tan emblemáticas como el Catoute y Valdiglesia o símbolos de identidad de la zona como las brañas».
Altos niveles de ruido, contaminación lumínica y tala de árboles
Asimismo, el colectivo destaca que la instalación de estos macroparques eólicos en áreas rurales presenta una serie de incompatibilidades con el desarrollo del turismo, que se manifiestan en diversos aspectos. «Las comunidades que habitan cerca de estos parques han manifestado su inquietud por los efectos negativos que estos generan, particularmente en lo que respecta a la contaminación visual y acústica. En el caso del pueblo de Quintana de Fuseros, que forma parte del municipio de Igüeña, se estima que la población podría estar expuesta a un nivel de ruido constante de 35Db, cifra que supera considerablemente el límite de 20Db recomendado por los especialistas para garantizar un adecuado descanso nocturno», explican.
La presencia de estas imponentes torres también altera la estética natural del paisaje, convirtiendo áreas rurales en espacios industrializados que desvirtúan la belleza del entorno. Como ejemplo de ello apuntan a la línea de evacuación de alta tensión proyectada en el corazón del valle del río Primout, «un verdadero tesoro y santuario natural de la sierra de Gistredo», y cuya ejecución implica «una gran tala de árboles y grave alteración del ecosistema en más de 1.600 hectáreas de terreno».
Asimismo, las luces intermitentes de los aerogeneradores, imprescindibles por motivos de seguridad, contribuyen a la contaminación lumínica, «afectando la experiencia de aquellos visitantes que desean disfrutar de la paz y la pureza de la naturaleza». Este significativo impacto ambiental, apostilla Atudebial, «no solo perjudica la calidad del entorno rural, sino que también puede desincentivar el turismo, dado que los viajeros son cada vez más conscientes de la necesidad de preservar el medio ambiente y buscan destinos que ofrezcan un equilibrio entre el desarrollo energético y la conservación natural».
La devaluación de las viviendas en poblaciones cercanas a parques eólicos, que calculan en un 30%, y la escasa o nula contribución al asentamiento de la población son otros argumentos esgrimidos por la asociación para cuestionar el proyecto de Repsol que plantea la instalación de 43 aerogeneradores de más de 200 metros de altura en el corazón de la sierra de Gistredo y Alto Sil, «lo que equivale a 2,5 veces la altura de la catedral de León».
Aplauso para Páramo y decepción con Bembibre, Noceda e Igüeña
Desde Atudebial anticipan que, de llevarse a cabo este proyecto, se produciría una notable disminución del turismo rural en el Bierzo Alto, que actualmente ofrece alrededor de 300 plazas de alojamiento con unas 30.000 pernoctaciones anuales, con un importante impacto positivo en la economía local. «Este tipo de turismo, sostenible y de calidad, está profundamente arraigado en el paisaje y la cultura local, y ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años, alcanzando niveles óptimos de ocupación y satisfacción entre los visitantes».
La discrepancia política surgida en torno a este proyecto también es objeto del análisis de la asociación, que aplaude la frontal oposición al proyecto del Ayuntamiento de Páramo del Sil, y no oculta su decepción por la actitud de los alcaldes de Bembibre, Noceda e Igüeña, que «parecen dispuestos a sacrificar el invaluable patrimonio natural de la región a cambio de los supuestos beneficios que el proyecto de Repsol podría aportar a sus localidades. Es preocupante que se priorice el beneficio económico inmediato en lugar de salvaguardar un legado natural que pertenece no solo a los vecinos de hoy, sino también a las generaciones venideras».
«No cuestionamos la necesidad de avanzar hacia una transición energética basada en energías renovables, pero esta debe realizarse con un enfoque en la conservación de la biodiversidad y el paisaje. Apostemos por los usos y valores que atesoran estas áreas de montaña únicas y que moralmente estamos obligados a preservar y dejar en legado a las siguientes generaciones cuando menos en las mismas condiciones que nos llegaron», asegura Atudebial, que apuesta por «impulsar iniciativas de futuro para desarrollar el turismo de naturaleza, la ganadería en extensivo o transformar los productos de la zona», un modelo en el que «este tipo de iniciativas, los aerogeneradores y toda su infraestructura no encajan».